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3,8 millones de euros antes de impuestos

El Tourbillon es la última maravilla de Bugatti: cuatro motores, 1.800 CV y alcanza 445 km/h

Después del Veyron y el Chiron, la última creación de Bugatti es el Tourbillon. Se trata de un híbrido enchufable con un motor de gasolina y tres eléctricos, y unas prestaciones de infarto: acelera de cero a 100 km/h en dos segundos

Solo se harán 250 unidades con entregas previstas a partir de 2026. (Bugatti)

En 2004, la renacida Bugatti volvía a las carreteras con el hiperdeportivo Veyron, que con sus 1.001 CV de potencia se convertía en el primer coche de serie que superaba el millar de caballos mecánicos. Ya en 2016 le sucedía el Chiron, otro hypercar y que también nacía con récord, al ser el primer coche de calle en alcanzar los 1.500 CV. Curiosamente, ambos modelos tomaban como base el mismo bloque, un motor W16 (16 cilindros dispuestos en W) con cuatro turbos y una cilindrada de ocho litros. Y ahora, la exclusiva marca francesa, adquirida en noviembre de 2021 por la nueva Bugatti Rimac al grupo Volkswagen, da un nuevo paso en su historia con la llegada del Tourbillon, que reemplaza al Chiron. De él solo se harán 250 unidades, con un precio de 3,8 millones de euros antes de impuestos y entregas previstas a partir de 2026. Y ya sea por su diseño, tecnología o mecánica, se trata de un vehículo único, con múltiples innovaciones y peculiaridades.

Está diseñado alrededor de un chasis y una estructura de carrocería completamente nuevos.

Pero antes resulta oportuno saber por qué Bugatti ha decidido llamar Tourbillon a su última creación. Y es que la marca, tradicionalmente, bautizaba sus modelos con legendarios pilotos de carreras, como el francés Pierre Veyron o el monegasco Louis Alexandre Chiron. Sin embargo, en esta ocasión se ha optado por Tourbillon, nombre derivado de uno de los mecanismos de relojería más famosos y complejos de la historia. Y, de hecho, la elección de este nombre cobra sentido cuando, por ejemplo, observas su interior.

Las puertas presentan una apertura de tipo 'mariposa', con accionamiento eléctrico.

El Tourbillon es un híbrido enchufable, y combina cuatro motores: uno de gasolina atmosférico y tres eléctricos. El de combustión es un nuevo V16, diseñado con la ayuda de Cosworth y de 8,3 litros de cilindrada, con una potencia de 1.000 CV y tan solo 252 kilogramos de peso, ya que está construido con materiales ligeros. Y se asocia a tres motores eléctricos: dos en el eje delantero, de 340 CV cada uno, y uno en el eje trasero, de la misma potencia, totalizando 800 CV entre los tres. Por lo tanto, el Tourbillon genera 1.800 CV, contando los 1.000 que provienen del V16 8.3 de gasolina y los 800 producidos por el trío de motores eléctricos, que se alimentan de una batería de 800 voltios, refrigerada por aceite, con 25 kWh de capacidad y alojada en el túnel central, por detrás de los dos ocupantes. De este modo, cuenta con una autonomía totalmente eléctrica superior a 60 kilómetros.

No hay pantallas. Cuenta con una instrumentación diseñada por relojeros suizos.

Las prestaciones del Tourbillon son impresionantes. Dotado de tracción integral y de una caja de cambios automática de doble embrague con ocho velocidades, acelera de cero a 100 km/h en dos segundos exactos, y es capaz de alcanzar una velocidad máxima de hasta 445 km/h. "El Tourbillon tenía que ser incomparable en todos los aspectos. Nuestra filosofía ha sido tomar cualquier aspecto de Chiron y elevarlo, buscando soluciones de ingeniería elegantes y sofisticadas, y nuevas tecnologías para ofrecer una obra maestra atemporal", afirma Emilio Scervo, el máximo responsable técnico de Bugatti.

Los asientos están fijados al suelo para que sean lo más ligeros y bajos posibles.

En el apartado de ingeniería, el Tourbillon está diseñado alrededor de un chasis y una estructura de carrocería completamente nuevos. Dicha estructura está hecha de un compuesto de carbono T800 de última generación que incorpora una serie de innovaciones para ahorrar peso, como la integración de la batería como parte estructural del monocasco y un difusor trasero inspirado en el automovilismo deportivo. Los conductos de aire compuestos delanteros, que fluyen por la parte delantera del nuevo hypercar, también son parte integral de la estructura. Además, hay elementos estructurales que están hechos en impresión 3D y desarrollados por Inteligencia Artificial (IA), como los brazos de la suspensión, para así lograr un conjunto mucho más liviano y rígido.

En el frontal tiene una de las señas de identidad de Bugatti con la parrilla en forma de herradura.

De hecho, el Tourbillon cuenta con suspensiones multibrazo delantera y trasera forjadas en aluminio, frenos con la última tecnología carbocerámica y neumáticos Michelin Pilot Cup Sport 2 (285/35 R20 delante y 345/30 R21 detrás) desarrollados específicamente para este modelo por el proveedor francés.

Un interior analógico

Según Bugatti, uno de los sellos de identidad del nuevo Tourbillon es la atemporalidad. "En un automóvil, la tecnología puede envejecer fácilmente, especialmente las grandes pantallas digitales, por lo que es importante que utilice tantos componentes atemporales como sea posible. Por lo tanto, el Tourbillon cuenta con una serie de técnicas de diseño e ingeniería que nunca envejecerán, incluido un grupo de instrumentos completamente analógico, elaborado por relojeros suizos y terminado con el mismo cuidado y atención que se encuentra en los mejores relojes del mundo. Así es como estos se convierten en reliquias a lo largo de generaciones, y el Tourbillon está diseñado como un automóvil para la eternidad", explica la marca en la primera información oficial sobre el coche.

En el reloj izquierdo vemos la temperatura, la energía eléctrica y la carga de gasolina.

De ahí que el cuadro de instrumentos esté compuesto por más de 600 piezas, o que haya sido construido con titanio y piedras preciosas como el zafiro y el rubí. La consola central es una mezcla de cristal y aluminio, y en ella hay mandos circulares y palancas para controlar funciones como la climatización, el control multimedia, el selector del cambio o el arranque. Por encima se ubica una pantalla digital vertical de alta definición, aunque el conductor puede prescindir de ella, pues es retráctil. Si decidimos desplegarla, muestra información variada del vehículo y las imágenes de la cámara de marcha atrás, y se encarga de la conexión con los dispositivos móviles.

En la zaga el nombre de Bugatti está iluminado y es parte de la firma lumínica.

Los asientos están fijados directamente al suelo para que sean lo más ligeros y bajos posibles, y la caja que integra los pedales se puede ajustar eléctricamente hacia adelante o hacia atrás para garantizar una posición de conducción cómoda, sea cual sea la estatura del conductor. También equipa un sistema avanzado de audio, más ligero y eficiente que los equipos de sonido tradicionales. "Nos centramos en la autenticidad de los materiales y la perfección en cada parte. Informalmente decimos que lo que ves es lo que obtienes, describiendo el hecho de que si ves un material que crees que es titanio, entonces es que lo es. O si ves fibra de carbono o cuero, será exactamente eso, y siempre lo mejor posible", destaca Christophe Piochon, presidente de Bugatti.

En la consola central sí hay una pantalla digital, pero es escamoteable.

Con unas dimensiones de 4.671 milímetros de longitud, 2.051 de ancho y 1.189 de alto, Bugatti afirma que cada superficie, entrada y ventilación del diseño del Tourbillon ha sido cuidadosamente pulida para equilibrar las enormes fuerzas aerodinámicas que un automóvil soporta al circular a más de 400 km/h. Así como los requisitos termodinámicos de un propulsor V16, los tres motores eléctricos y la batería. La marca francesa afirma que, a la hora de crear el Tourbillon, se inspiraron en detalles de varios de sus modelos icónicos, como el Type 35 o el Type 57SC Atlantic. "Cada decisión de diseño está orientada a crear una sensación de velocidad, incluso en parado", explica Frank Heyl, director de Diseño de Bugatti.

Cuenta con frenos de última tecnología carbocerámica y neumáticos Michelín específicos.

El Tourbillon también se beneficia de tecnologías patentadas, presentes antes en el Veyron o el Chiron. Por ejemplo, la parrilla en forma de herradura o el alerón trasero bajado, aunque el coche circule a velocidades muy altas. De hecho, este se utiliza para establecer una mayor carga aerodinámica a velocidades más lentas, y como freno de aire para mejorar la estabilidad al desacelerar con fuerza. Y otro elemento que juega gran importancia es el nuevo concepto de difusor, que comienza justo detrás de la cabina de pasajeros.

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