— Aquellos que allí ves —respondió su amo—, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

— Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

Si hay un símbolo de la literatura española que ha traspasado barreras ese es el molino de viento, famoso por su enemistad con el hildalgo Don Quijote de la Mancha, que este año está de aniversario. 400 años ni más ni menos, y aún hay turistas que se lanzan mapa en mano a recorrer las rutas que este y su escudero Sancho difundieron por todo el mundo. 

Pero aunque los molinos más famosos pertenezcan a la ruta quijotesca, los de Campo de Criptana y Consuegra, por ejemplo, descubrimos molinos a lo largo y ancho de la geografía española.