La importancia geopolítica del litio ha crecido exponencialmente en los últimos treinta años. La región conocida como el Triángulo del Litio en América del Sur, que incluye partes de Argentina, Bolivia y Chile, alberga aproximadamente el 58% de los recursos mundiales de litio y se ha convertido en un centro crucial similar al papel que desempeñan las regiones petroleras en la geopolítica global. Aunque Australia lidera en la producción de litio con técnicas de minería más rápidas pero costosas, el dominio no solo recae en la cantidad de recursos, sino en el control de la cadena de suministro, donde China ha emergido como un gigante, manejando la mayoría de la refinación y producción de baterías a nivel mundial.

Además, han crecido los desafíos técnicos y medioambientales asociados con la extracción de litio, especialmente en formas de salmuera que requieren procesos de evaporación largos y tienen un impacto significativo en el uso del agua local. La volatilidad del mercado del litio, donde los precios han fluctuado drásticamente debido a la especulación y las expectativas de demanda futura, también se examina detalladamente. Con la transición global hacia vehículos eléctricos y la necesidad creciente de soluciones de almacenamiento energético, el litio se perfila como un recurso estratégico. Sin embargo, su disponibilidad y viabilidad económica plantean retos que aún deben superarse para cumplir con las proyecciones futuras de la industria automotriz y tecnológica.