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Sucede a Josep Borrell

Un halcón estonio para la política exterior: Kaja Kallas, la nueva jefa de la diplomacia europea

La primera ministra de Estonia ha sido elegida alta representante, un puesto complejo en el que su enfoque total en Rusia puede llegar a jugarle una mala pasada

La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas. (Reuters/Pool/Urs Flueeler)

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han decidido escoger a uno entre ellos para ser el próximo jefe de la diplomacia europea. Kaja Kallas (Tallin, 1977), primera ministra de Estonia, ha sido nominada como alta representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad (HRVP), un puesto que desde 2019 ocupa el catalán Josep Borrell. Su nombramiento no llega para nada como una sorpresa: lleva semanas sonando como favorita para el cargo.

Se trata de la vuelta de los Kallas a la ciudad. Fue eurodiputada entre 2014 y 2018 antes de ponerse al frente del Eesti Reformierakond (Reforma), el partido liberal que venció en las elecciones generales de 2019, aunque sin poder formar Gobierno hasta que en 2021 dimitió Jüri Ratas como primer ministro. Bruselas no es para nada una ciudad desconocida para ella, no únicamente por su tiempo en la Eurocámara: su padre, Siim, que fundó el partido Reforma en 1994, fue comisario entre 2004 y 2014, después de haber sido primer ministro entre 2002 y 2003.

Kallas no es una opción ideal, pero el Consejo Europeo no tenía demasiada alternativa. El nombramiento forma parte del paquete de los conocidos como "altos cargos de la Unión Europea" que los líderes europeos acuerdan cada cinco años después de las elecciones a la Eurocámara. Se debe nominar a un presidente de la Comisión Europea, un Alto Representante, así como elegir al próximo presidente del Consejo Europeo y también encauzar la elección del presidente del Parlamento Europeo. Y estos cuatro cargos deben repartirse manteniendo un cierto equilibrio geográfico, de género y entre las grandes familias políticas.

Siempre ha estado claro que la alemana del Partido Popular Europeo (PPE) Ursula von der Leyen era la absoluta favorita para repetir en el puesto de presidenta de la Comisión Europea, mientras que el portugués António Costa, un ex primer ministro socialista, era favorito para ser el próximo presidente del Consejo Europeo. La popular maltesa Roberta Metsola ha sido siempre la indiscutible favorita para seguir siendo presidenta de la Eurocámara. Una alemana, una maltesa y un portugués, dos populares y un socialista. Eso dejaba dos equilibrios por cubrir: el político, ya que los liberales de Renew Europe (RE) van a ser claves para el equilibrio de poder de esta legislatura, y el geográfico, ya que el este de la UE está sin representación.

Alguien liberal y del este. Nadie encajaba como Kaja Kallas, a la que ya se había tanteado como cabeza de cartel europeo para la familia de Renew Europe. Pero el perfil de la estonia no es el ideal. O al menos no es el tradicional. La primera ministra ha sido uno de los mayores halcones europeos contra Rusia desde que el Kremlin lanzó la invasión de Ucrania en 2022.

Kallas, líder de un país muy pequeño que representa únicamente al 0,30% de la población de la Unión Europea, ha conseguido hacerse un hueco entre los líderes europeos utilizando un lenguaje con pegada, haciendo a veces declaraciones provocadoras que han hecho que se cuele en los titulares de los medios de comunicación de todo el continente, como cuando avisó del riesgo de una Tercera Guerra Mundial. A través de una cuidada política de comunicación, con una política exterior totalmente volcada en la cuestión ucraniana, Kallas ha logrado boxear por encima de su peso, que es a todo lo que todo líder de un país pequeño puede llegar a aspirar en la política europea.

En un encuentro con periodistas y analistas en Tallin, Marko Mihkelson, presidente del comité de asuntos exteriores del Parlamento estonio, afirmó que el país tendrá un papel más importante a nivel europeo con Kallas al frente de la diplomacia europea. Mikhelson esperó que Estonia puede posicionarse como un ejemplo para otros países del bloque por su apuesta en defensa. El báltico es segundo país de la OTAN que más dinero de su PIB destina a este sector —el 3,4% de su PIB en 2024— y ha convertido la amenaza rusa en una de sus banderas políticas. "Estamos haciendo todo lo que podemos para prepararnos para el día 'X', el día en el que Rusia ataque, dijo en el encuentro al que asistió El Confidencial.

Kallas se convirtió en primera ministra estonia en 2021, pero no fue hasta un año después que empezó a tener una voz importante de la UE a pesar de gobernar para poco más de 1,3 millones de personas. Meses antes del 24 de febrero de 2022, intentaba convencer a los europeos más escépticos que Vladímir Putin se preparaba para invadir Ucrania y se convirtió, proporcionalmente, en uno de los mayores donantes de Ucrania. Su propósito de alejarse de la herencia soviética en el país se tradujo en el desmantelamiento de monumentos de la URSS y está en la lista de busca y captura realizada por el Kremlin.

La estonia se ha ganado la fama internacional como una bestia negra para Moscú y los periodistas internacionales empezaron a referirse a ella como "la dama de hierro". Eso no siempre gusta a todo el mundo. Sonó como posible secretaria general de la OTAN, pero fuentes aliadas coinciden en señalar que tenía un problema que hacía difícil su elección: está demasiado señalada. Y hoy Moscú es el enemigo número uno, pero en algún momento en el futuro probablemente haya que sentarse a hablar con el Kremlin cuando la guerra empiece a tocar su fin.

Kallas no daba con el perfil que buscaba la administración americana. Pero esa oposición al Kremlin, tan extendida entre muchos políticos del este de Europa, se enraiza con toda una historia familiar. Su padre, Siim, fue miembro del Soviet Supremo de la Unión Soviética, pero su madre y buena parte de su familia materna fueron enviados a Siberia tras la Segunda Guerra Mundial como parte de las deportaciones masivas de Joseph Stalin. Su bisabuelo, Eduard, fue comandante de la Liga de Defensa Estonia durante la guerra de Independencia contra Rusia entre 1918 y 1920.

Un puesto espinoso

El trabajo de Alto Representante no es sencillo. El HRVP preside la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores con los ministros de los 27 Estados miembros, y nominalmente es el jefe de la diplomacia europea, pero en realidad tiene muy poco poder. Su trabajo consiste fundamentalmente en hacer un equilibrio permanente entre países que son muy celosos sobre su competencia exclusiva en política exterior.

Sin embargo, Kristi Raik, jefa del programa de política exterior del Centro de Defensa y Seguridad Internacional (ICDS) con base en Tallin, el poco poder que puede tener Kallas se contrarresta con el liderazgo a la hora de establecer las agendas. "Está muy familiarizada con la forma en que funcionan las instituciones de la UE y sabe lo importante y a menudo difícil que es lograr consenso. Conoce a los líderes de los Estados miembros y tiene autoridad entre ellos, lo que también resulta de gran ayuda. Entonces, creo que tiene mucha experiencia que la califica bien para el trabajo", afirma a El Confidencial.

Volodímir Zelenski y Kaja Kallas, en junio de 2024. (EFE/Olivier Hoslet)

El HRVP tiende a ser diana de muchas críticas por parte de los ministros o diplomáticos de los 27, que pueden llegar a ser muy territoriales si consideran que el Alto Representante se está extralimitando. La antecesora de Borrell, la italiana Federica Mogherini, lo sufrió en sus propias carnes. Kallas no está acostumbrada a tomar órdenes. El trabajo va a ser difícil para ella, porque va a pasar de un puesto en el que tiene el control de la narrativa, en el que puede tomar decisiones, a uno en el que, de alguna manera, va a estar subordinada a los ministros de Asuntos Exteriores de todos los Estados miembros.

Además, como Alta Representante, Kallas deberá ser más comedida en sus declaraciones sobre Rusia que como primera ministra de Estonia. "Tendrá que representar a la UE y su política común, no a Estonia. Éste será un desafío para ella: cómo ser fuerte y clara como líder de la política exterior de la UE, sin ser demasiado radical para el gusto de algunos Estados miembros", sostiene Raik.

Kallas ya no podrá centrar su agenda únicamente en Rusia, aunque la analista sostiene que "es muy consciente de ello". "Creo que el nombramiento de Kallas sería una señal de que los países de la UE reconocen la necesidad de ser duros con Rusia. Es imposible predecir en este momento cuándo y cómo terminará la guerra y cómo habrá que cambiar las posiciones en ese caso", añade en entrevista con este periódico.

¿Por qué Bruselas?

Una pregunta que muchos se hacen en la capital comunitaria es por qué una persona como Kallas querría aceptar el puesto de Alta Representante con muchísimo menos poder que el cargo de primera ministra de Estonia. ¿No arrasó recientemente en unas elecciones generales? La respuesta es afirmativa: en 2023 Kallas obtuvo el 31% de los votos, el récord histórico del partido Reforma. Pero eso no es una mayoría aplastante. La formación tiene 38 de los 101 escaños del Riigikogu (parlamento estonio) y gobierna con una coalición con los también liberales de Estonia 200 y con los socialdemócratas (SDE).

En agosto de 2023 estalló un escándalo que ha hecho mucho daño a la primera ministra: se descubrió que su marido, Arvo Hallik, tenía el 25% de la propiedad de Stark Logistics, una compañía de transportes que tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania ha seguido transportando bienes no sancionados desde Estonia hacia Rusia a pesar de que la primera ministra pidió que se frenara todo tipo de actividades comerciales con Moscú. Kallas aseguró en su defensa que la compañía estaba ayudando a cerrar la actividad de una empresa estonia en territorio ruso, pero eso no hizo que desapareciera la presión política contra ella por parte de distintos sectores, incluido desde sus socios del SDE.

Desde agosto de 2023, Reforma ha caído en picado en las encuestas. Del 31% obtenido en marzo de 2023 ha pasado a encontrarse en un 17% actual, adelantado por el partido conservador Isamaa (que se encuentra dentro del Partido Popular Europeo), que actualmente se encuentra en el 27% según el consenso de las encuestas. El medio estonio ​​Eesti Päevaleht señaló en enero de 2024 que la popularidad de la primera ministra, que había rondado el 40% a principios del año anterior, se encontraba ahora en su punto más bajo, el 16%.

Las elecciones europeas confirmaron la caída en desgracia electoral de Kallas y han reforzado la sensación de que un puesto en Bruselas podría resultar una salida honrosa. "Muchos políticos, tanto del partido oficialista como de la oposición, quieren que sea elegida para el puesto en la UE para que deje el Gobierno. Tienen incluso un nombre sobre la mesa para su reemplazo", afirma el experto de defensa, a El Confidencial.

Estonia pierde a su primera ministra, pero el cambio no supondrá un gran revuelo político. La coalición tripartita que encabeza Kallas tiene mayoría en el Parlamento y no es necesario celebrar elecciones. A pesar de que no hay ningún nombre oficial sobre la mesa, entre los diputados estoicos se barajan nombres como el Hanno Pevkur, actual ministro de Defensa. Para miembros del Gobierno como Marko Mihkelson, lo más importante para el país es continuar centrando los esfuerzos en hacer frente a una hipotética guerra con Rusia que ven como más que probable. "El objetivo del Gobierno sigue y seguirá siendo el mismo", sostuvo.

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