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Elecciones legislativas Francia 2024

Francia podría enfrentarse a una cuarta "cohabitación" política: qué significa y cómo afecta al futuro del país

Esta situación se dan cuando el presidente de la República no forma parte del mismo partido político que el primer ministro

Ciudadanos franceses votando en las elecciones legislativas de Francia 2024. ( EFE EPA/LAURENT GILLIERON)

Francia ha vivido tres veces una cohabitación política, un fenómeno donde el jefe del Estado y el primer ministro son de distintos partidos políticos. A partir de los resultados de estas elecciones, adelantadas por el presidente Emmanuel Macron, podría haber una cuarta si gana la ultraderecha de Marine Le Pen, tal y como auguran los sondeos.

En Francia, la cohabitación se produce cuando el jefe del Estado de una República pertenece a un partido político y no puede conformar una coalición donde el primer ministro tiene que ser aceptado por parte del parlamento o de la asamblea. Se trata de un sistema de bicefalia, especialmente en materias como la política exterior. En la política francesa, el jefe de Estado continúa a cargo de las áreas de lineamientos generales del país, como la defensa y las relaciones internacionales, mientras que el primer ministro apunta más a los aspectos internos de la política nacional.

El conservador Jacques Chirac (1986-1988) fue el primer ministro que inauguró esta etapa durante su "cohabitabilidad" con el presidente socialista François Mitterrand. La segunda cohabitación, también con Mitterrand como jefe de Estado, la protagonizó el neogaullista Édouard Balladur (1993-95). Dos años después de ser elegido presidente Chirac, frente al socialista Lionel Jospin, este último ganó en 1997 las elecciones legislativas adelantadas por el jefe de Estado en un error de cálculo y comenzó la tercera y más larga cohabitación, hasta 2002.

Un escenario distinto sin el apoyo del pueblo

Sin embargo, la situación actual en Francia es distinta a la de hace 22 años por dos razones principales. Primero, por el presidente Macron, cuya popularidad ha disminuido significativamente y es percibido como arrogante por muchos franceses. Segundo, por el partido que lidera las encuestas, la Agrupación Nacional de Le Pen y Bardella, que representa una derecha dura con antecedentes de cuestionar la Constitución y querer sacar a Francia de la UE. Esto hace difícil la cohabitación entre un presidente populista, pero demócrata, y un partido con ideas extremas sobre inmigración y sin un programa económico claro.

Además, la figura del primer ministro ha perdido relevancia, con líderes recientes sin experiencia política significativa, lo que disminuye su peso e independencia. En contraste, el presidente de Francia tiene un poder considerable, especialmente en política exterior, seguridad y ejército, más que en cualquier otro país europeo. Sin embargo, si la extrema derecha controla la Asamblea Nacional, este poder podría ser cuestionado, como se refleja en la postura de Le Pen y Bardella sobre la guerra en Ucrania, que difiere de la de Macron y la mayoría de los franceses.

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