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Reform UK consigue cuatro diputados

Farage, el "enfant terrible" íntimo amigo de Trump, entra en Westminster

Acabó consiguiendo su ansiado Brexit y ahora, a su octavo intento, ha logrado meterse en la Cámara de los Comunes con Reform UK, una formación de derecha radical

Nigel Farage, líder del Partido Reformista británico. (Reuters/Belinda Jiao)

El populista Nigel Farage siempre supo cómo acaparar titulares. "Tiene usted el carisma de un andrajo mojado y la apariencia de un empleado de banca de baja categoría", le dijo a Herman Van Rompuy en pleno debate de 2010. Cuando le exigieron que se disculpara por sus comentarios, pidió su sincero perdón "a los empleados de banca por haberlos comparado" con el entonces presidente del Consejo Europeo. Muchos le vaticinaron tan solo los quince minutos de gloria. Pero nada más lejos de la realidad. El "enfant terrible de la política británica" acabó consiguiendo su ansiado Brexit y ahora, a su octavo intento, ha logrado meterse en la Cámara de los Comunes con Reform UK, una formación de derecha radical con tremendas repercusiones en Westminster.

Pese a que el sistema electoral británico hace sumamente complicado la entrada de nuevas formaciones, las filas de Farage han logrado cuatro diputados, incluidos el del exvicepresidente del Partido Conservador Lee Anderson. Este ha conseguido abrir una brecha en el Muro Rojo del Norte de Inglaterra tras demostrar que no solo son una amenaza para los conservadores, sino también un desafío para los laboristas en los distritos de clase obrera donde sigue calando el mensaje de que los inmigrantes quitan trabajos a los británicos y saturan los servicios públicos.

"Algo extraordinario está sucediendo", declaró el que es íntimo amigo de Donald Trump. "Existe una brecha enorme en el centro-derecha de la política británica y mi trabajo es ocuparla", recalcó. Añadió, además, que "este es solo el primer paso de algo que los sorprenderá a todos. Construiremos un movimiento nacional de masas en los próximos años para desafiar a los laboristas por el poder en las próximas elecciones (previstas para 2029)".

Sin asiento, Farage ya había conseguido ser uno de los políticos más influyentes de Reino Unido. Fue su popularidad con el UKIP — su primer proyecto — quien llevó al Gobierno de David Cameron a convocar el referéndum del Brexit. Así que ahora revalida, aún más, su relevancia y casi con toda seguridad forzará ahora a los tories, en plena crisis de identidad, a efectuar un giro a la derecha radical en el proceso de primarias que se abre ahora tras la más que esperada dimisión de Rishi Sunak.

Farage estuvo como eurodiputado desde 1999 hasta 2020 luchando, desde dentro del bloque, por la salida de Reino Unido de la UE. Tras el triunfo del Brexit, formó una nueva fuerza política, llamada el Partido del Brexit, para asegurarse de que se negociaba un divorcio duro. Posteriormente, fundó Reform UK, para denunciar las medidas anti confinamiento durante la pandemia.

Dejó la política de primera línea en 2021 y se embarcó en una carrera televisiva como presentador del recién creado GB News, considerado la Fox británica. Posteriormente, participó en la versión de famosos de Supervivientes. Aunque insistió en que no se presentaría a estas elecciones, finalmente irrumpió en una campaña que no ha estado exenta de polémicas por comentarios racistas y homófobos por parte de activistas de la formación.

"Vamos a ser la oposición de todo el país. Nos comprometemos a trabajar por nuestras circunscripciones y a hacerlo lo mejor que podamos en el Parlamento", apunta. "Lo vamos a hacer desde hoy. Vamos a profesionalizar el partido, lo vamos a democratizar y aquellas pocas 'manzanas podridas' se irán y no volveremos a tener nunca más a ninguna de esa clase en esta organización", afirmó Farage en alusión a la reciente implicación de algunos activistas en diferentes escándalos por sus posturas de extrema derecha.

Fue en 1999, cuando el UKIP consiguió sus primeros tres eurodiputados. En 2004 obtuvo 12. En 2009, los asientos subieron a 13. Teniendo en cuenta que el principal objetivo es precisamente sacar a Reino Unido de la comunidad de los Veintiocho, Bruselas comenzó a tener razones para seguir al enemigo de cerca. Pero era ya imparable.

Farage, en contra de los cánones

En 2015, en las elecciones de Reino Unido, el UKIP consiguió convertirse en la tercera fuerza más votada, desbancando a las Liberales Demócratas. Y ante la popularidad adquirida con su mensaje euroescéptico, los conservadores — a los que estaba quitando cada vez más apoyos — decidieron convocar un referéndum sobre la permanencia en el club.

Poco se sabe de la vida personal de este político amante del críquet. Muchos de sus seguidores más acérrimos desconocen que perteneció al Partido Conservador, que amasó una fortuna en la City y que una de sus tres mujeres (se ha separado varias veces) era alemana. "Precisamente por eso sé los peligros que entraña pertenecer a una familia donde mandan los alemanes", explicó en alguna ocasión cuando le preguntaron por su animadversión por la UE.

Farage es un personaje atípico. Desafía todas las normas que se podrían aplicar a los políticos de Westminster. Aparte de su discurso populista, las fotografías en el pub con una o incluso dos jarras de cerveza ayudan. Le gusta beber y no lo oculta. Eso sí, prefiere no hablar de su infancia. Su padre alcohólico abandonó el hogar cuando él solo tenía cinco años.

El propio Farage ha reconocido en alguna ocasión que no se ve a sí mismo como un político: "En realidad soy un hombre de negocios. Apoyé Margaret Thatcher, creí en Ronald Reagan, creo en el libre mercado, en un gobierno pequeño, en el trabajo duro y en un sistema tributario que no castigue a los que les va bien en la vida".

El alegato, así dicho, suena a música celestial en los círculos tories, círculos a los que él perteneció. Su carrera en el Partido Conservador era prometedora, pero la abandonó cuando John Major firmó el tratado de Maastricht en 1992. Farage vio aquello como una profunda traición.

Fue cuando cofundó el UKIP. Entonces tenía solo 29 años, pero ya había acumulado grandes ahorros durante su paso por la City, donde empezó a trabajar a los 18 años. Ir a la universidad siempre lo vio como una pérdida de tiempo.

Con 21 años, tras una noche de borrachera, fue atropellado por un coche. Clare Hayes, la enfermera que le cuidó, acabó convirtiéndose en su primera esposa y madre de sus dos hijos. Pocos meses después del accidente, también estuvo a punto de morir por un cáncer de testículos. El doctor le dijo que "después de experiencias como esta, los pacientes o se cuidan al máximo o viven al límite y usted parece ser que va a pertenecer al segundo grupo". No se equivocó.

El líder del Partido Reformista Británico, Nigel Farage, gesticula mientras camina tras ganar su primer. (REUTERS/Clodagh Kilcoyne)

La aniquilación de los tories por la sangría de votos hacia Reform UK se compara con los conservadores canadienses en 1993, cuando terminaron con tan solo el 16% de los votos, un apoyo tan nimio que pasaron de 169 escaños a solo dos. Hasta el día de hoy, es la peor derrota sufrida por cualquier partido gobernante en una democracia avanzada.

Coincide que en Canadá, donde existe el mismo sistema electoral británico del FPTP, había surgido un nuevo partido populista, audaz, descarado e influenciado por el núcleo duro de la derecha llamado Reform con el mismo nombre con el que Farage ha bautizado ahora su nuevo proyecto (Reform UK). ¿Casualidades?

Stephen Harper, uno de los fundadores de Reform, se convirtió luego en primer ministro canadiense en 2006, fusionándose con lo que quedaba de los antiguos conservadores ¿Absorbieron los conservadores canadienses a Reform? ¿O fue al revés?

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