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Entrevista con Ludovic Subran

El hombre de la agenda económica de Macron lanza una advertencia: "Le Pen no es Meloni"

El economista teme que la agenda antieuropeísta de Le Pen coloque a Francia en tensión con sus aliados europeos y la aísle política y económicamente

El economista Ludovic Subran. (Cedida)

Ludovic Subran (Tonneins, Francia, 1981) es una de las voces que construyen el coro de la agenda económica de la Francia de Emmanuel Macron. Miembro del Consejo de Asesores del primer ministro francés y asesor en Comercio Exterior, es también director financiero de la aseguradora Allianz. Subran conoce a fondo los entresijos de la economía francesa y su relación con los engranajes de la Unión Europea. Desde el 2013 al 2019, Subran fue elegido como uno de los 100 economistas más influyentes del mundo, según el Institut Choiseul y Le Figaro. El Institut Choiseul y Le Figaro.

La categórica victoria —con el 36% de los votos— de la extrema derecha de Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) en la primera vuelta de las elecciones a la Asamblea francesa dibujó un panorama en el que un hipotético gobierno del partido de Marine Le Pen era ya una clara posibilidad. Y, más allá de las cuestiones identitarias, sobre migración, seguridad o islamismo que llenan el programa de Agrupación Nacional, la incertidumbre va a llegar también a la cuestión financiera en la que es la segunda economía de la Unión, por primera vez a las puertas de un gobierno de extrema derecha desde la Segunda Guerra Mundial.

En entrevista con El Confidencial, Subran habla del modelo "acabado" de la derecha, pero también de cómo la izquierda defiende un arquetipo social que también está agotado. Sin embargo, el Nuevo Frente Popular, que según las últimas encuestas y gracias al cordón sanitario a Agrupación Nacional podría obtener más diputados de lo esperado, es la esperanza de los macronistas para que el partido de Le Pen no consiga la mayoría. Pese a todo, a Subran teme más una mayoría ultraderechista que una hipotética mayoría alternativa o cohabitación con la izquierda.

PREGUNTA. Empezamos por la más urgente: ¿de darse la victoria de Agrupación Nacional en la segunda vuelta, cuáles serían las consecuencias económicas para Francia?

RESPUESTA. Hay múltiples razones que pueden explicar el ascenso de Agrupación Nacional, pero existe una especialmente importante y es un odio a Macron muy fuerte —a pesar del impulso que ha dado a la economía de Francia— pero que radica en todo lo relacionado con inmigración y seguridad. Agrupación Nacional hizo una campaña en la que intentaron poner en el centro el poder adquisitivo de los franceses. También defendieron la necesidad de volver a bajar la edad de la jubilación a los 60 años, además de reducir los impuestos. Dicen que quieren bajar las contribuciones a Europa y que quieren eliminar las ayudas sociales a los inmigrantes… Pero ambas medidas son ilegales. En realidad, hay una falta total de programa económico dentro del partido. Ofrecen medidas tan populistas que es muy difícil no darse cuenta de lo que son, pero al final han conseguido ganar en la primera vuelta.

Aunque no tengan la mayoría absoluta, si consiguen una mayoría relativa, Macron puede decidir dar la oportunidad a Jordan Bardella de formar un gobierno. La idea es que no obtenga el voto de confianza, así que rápidamente Macron tendrá que formar un gobierno tecnocrático, que no tiene la mayoría. Para ello propone pactar las leyes directamente con el gobierno tecnocrático, pero con la firma del presidente, sin contar con el voto de la Asamblea. Es decir, aplicar el artículo 49.3 que ya ha empleado Macron en algunas ocasiones, por ejemplo, con la reforma de las pensiones.

P. ¿Cuáles son los riesgos económicos, pues?

R. Actualmente, en términos de crecimiento, en términos de déficit y en términos de paro, los números son bastante graves. Hay una especie de alivio en los mercados después del cordón sanitario contra la ultraderecha. Este alivio radica en la dificultad para que ahora RN consiga la mayoría, ya que para los mercados, un gobierno de RN podría ser el peor escenario. También lo es para la economía, porque son notoriamente antieuropeos y no tienen credibilidad como Gobierno. Ya el Banco Central Europeo dijo que no iban a intervenir para calmar el viento político y el estrés financiero causado por el riesgo económico.

Para mí el problema es saber cuánta paciencia y cuánta disciplina va a tener que padecer Francia y parte de sus socios europeos con un gobierno que es bastante antieuropeo y que no dudará en provocar a instituciones, a socios y a países amigos. Ya son bastante cercanos a Rusia, están en contra del espacio Schengen y en contra del marco presupuestario europeo. En los mercados, el riesgo no está basado en las políticas que podrían aprobar o no, o en el esfuerzo adicional de financiación de la economía que puedan compensar, sino en su retórica antieuropea en el corazón de Europa. Eso da un poco de miedo. Estarían en riesgo las relaciones con los demás países europeos que ahora son socios de Francia. En España, el Gobierno es bastante antifascista. Esto también se ha demostrado con las relaciones con Italia, ya que este año se ha distanciado más del entorno europeo. En Alemania, la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, ya afirmó que nadie puede quedar indiferente si "su socio más cercano" ve a Europa como el problema y no como la solución.

P. En un discurso, Macron aseguró que "todas las amenazas esconden siempre oportunidades". ¿Qué oportunidad esconde el ascenso de RN?

R. A diferencia de otros partidos de ultraderecha en Europa, como en Italia con [Giorgia] Meloni, que son más liberales en lo económico, el partido de Le Pen es nacionalsocialista, por lo que no veo ningún tipo de oportunidades. Tampoco en términos de confianza. Agrupación Nacional es una forma de populismo macroeconómico, son más aislacionistas y son más proteccionistas. Por el momento, la gente puede ver una serie de soluciones en materia de seguridad e inmigración. Pero la cuestión aquí es que no van a mejorar las necesidades de la gente. Por ejemplo, si finalmente deciden financiar sus medidas económicas con gasto público, sí que vamos a tener problemas más adelante de impuestos, de inflación, etcétera. La investigación académica afirma que los gobiernos populistas siempre son negativos para el crecimiento económico. Yo personalmente no veo la parte positiva.

P. ¿Cuál es, en su opinión, de las decisiones que Macron ha ido tomando, la que más factura ha pasado entre sus votantes?

R. No sé si hay solo una. La gente dice que la reforma de las pensiones es la más importante, pero yo no lo creo. Lo que ocurre es que el modelo francés de redistribución se está acotando. Después de las elecciones europeas, las ciudades en las que más se votó a Agrupación Nacional fueron donde el poder adquisitivo es bajo y el de paro es muy alto. También se dio en las zonas rurales, que están lejos de los servicios públicos. Es un voto de la clase obrera, más que un voto de los liberales. Claro que también hay voto de castigo, hacia el inmigrante o al distinto. Cuando las cosas van mal, es más fácil decir que el responsable es el que es distinto a nosotros. Hay también un poco de fracaso en términos de redistribución o de éxito económico relativo. Por ejemplo, la forma de manejar las crisis —en la que se agregó mucho gasto público y mucha inflación, pese a la crisis del covid-19 y la crisis energética— ha influido en la clase media-alta que tiene ahorros y que puede tener a acciones. No a la gente cuyo salario no se ajustó a la inflación. Las pérdidas de poder adquisitivo afectaron más a la gente que no tiene ahorros y que cobra el salario mínimo. Las decisiones de medidas públicas que tomamos durante la crisis fueron muy regresivas. En cuanto a la distribución, no fueron tan positivas para la clase media.

Cuando las cosas van mal, es más fácil decir que el responsable es el que es distinto a nosotros

P. Hablamos sobre el aumento de la extrema derecha, pero... ¿Cómo influiría un ascenso de la extrema izquierda?

R. Ese riesgo ahora mismo está muy lejos, pero el principal era, en su momento, la huida de capital. Dentro de la izquierda hay personas muy radicales como leninistas y anarquistas. Dicen que estamos donde la izquierda británica estaba hace cuatro años con [el exlíder del Partido Laborista, Jeremy] Corbyn. Ellos hicieron una alianza electoral con gente del gobierno que es bastante proeuropea, pero en esta alianza hay muchos diputados de la izquierda radical. Esto asustó mucho al entorno de los negocios. Lo comparaban mucho con las nacionalizaciones que se iniciaron en 1981, que llevaron al cambio total de políticas públicas de 1983, cuando se dieron cuenta de que el capital productivo estaba influyendo en Francia.

Ese miedo ahora está mucho más lejano. Pero creo que la fuerza radical, también de izquierda, estará muy presente en la Asamblea francesa en los próximos años. Y también el choque fiscal, los impuestos sobre el capital, sobre los ingresos altos. Defienden un modelo social agotado. Ellos también quisieran volver a rebajar la edad de las jubilaciones o establecer un salario mínimo entre los jóvenes. Saldría otra vez este tema de que Francia no necesita producir más de lo que produce, y que se podría compensar con gasto público, que eso para mí es el pecado original. El poder adquisitivo no se puede dar sin un ingreso de capital y de productividad. Es una forma de mentir en general sobre el hecho de que se puede vivir aquí con gasto público o con una reducción presupuestaria enorme. Eso creo que también fue la razón por la cual el programa de la izquierda también generó cierta "urticaria" entre la ciudadanía francesa. El poder adquisitivo no se puede pagar con gasto público.

P. ¿De darse un Frente Unido republicano, cree que Macron cedería si hay un candidato de izquierdas?

R. Sí. Es posible que Macron nombre a un primer ministro de izquierdas. Creo que es bastante posible. Hay varios nombres posibles. Francia no está acostumbrada a coaliciones, es posible, pero sería bastante difícil. Habría una mayoría que vendrá de la unión del centro con un primer ministro de la izquierda socialista, pero que tendrá que ver cómo puede ponerse de acuerdo con los izquierdistas más radicales. Hay otra mayoría alternativa que viene de RN y de la derecha tradicional, porque es posible que, como la Quinta República francesa no está hecha para tener un gobierno tecnocrático, algunos de la derecha dicen que quieren formar coalición con los de la extrema derecha. Son escenarios poco probables, pero no imposibles.

P. Si acabamos en una cohabitación política, ¿cómo afectaría al contexto económico de Francia?

R. La cohabitación es muy fácil. Ya la hemos tenido antes. Habría un poder bastante equilibrado, pero va a haber una inflexión de la política pública. El escenario más difícil es la ausencia de cohabitación. Es decir, que no haya un primer ministro que pueda pasar leyes o conseguir un voto de confianza en la Asamblea. Respecto a nuestras decisiones, es un poco más complicado, por ejemplo, comparado con Italia, que ya han tenido cuatro gobiernos tecnocráticos. Pero la cohabitación, si es con un primer ministro de izquierda, podría ser bastante poderosa. Una cohabitación con Agrupación Nacional sería bastante difícil, por los ideales. Hay muchas oportunidades para evitar lo peor en términos de las leyes propuestas por los partidos extremistas.

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