Mélenchon suspende las negociaciones para proponer un candidato a primer ministro

Francia tendrá difícil formar un gobierno bajo una coalición de izquierdas. La formación de Jean-Luc Mélenchon, La Francia Insumisa (LFI), se ha retirado de las negociaciones con el resto de fuerzas que integran la coalición del Nuevo Frente Popular (NFP) para nombrar a su candidato que dirigirá el gobierno francés como primer ministro. “Por el momento, no participaremos en ningún debate adicional sobre la formación de gobierno”, ha explicado el partido político en una nota de prensa.

Las alarmas por nombrar a un candidato de manera consensuada ya habían saltado por las discrepancias suscitadas entre las principales formaciones del bloque. Pero en esta ocasión, las tensiones han acabado con un comunicado en el que el LFI ha acusado a la dirección socialista de “imponer” su propia candidatura bajo el nombre de la coalición de izquierdas.

Principalmente, tras el veto del Partido Socialista (PS) a la presidenta de la isla francesa Reunión, Huguette Bello, como uno de los nombres propuestos sobre la mesa como candidata a primera ministra. Algo que los insumisos han criticado especialmente porque “a nuestros ojos, ella sigue siendo la mujer valiente que recuperó una región de la derecha y acogió en su mayoría a todos los componentes de la izquierda de la Reunión”.

Pero la formación de Mélenchon no entiende la negativa del PS que “rechazó sin explicación ni motivación” su candidatura. Una posición que cuestionan por si el partido “está ganando tiempo” para que la coalición “se rompa y renuncie al programa con el que fue elegido”.

Grietas en el Nuevo Frente Popular (NFP)

Las tensiones se han aumentado entre ambas formaciones. Primero, porque los de Mélenchon reprochan el “bloqueo político” del partido socialista tras el rechazo de hasta cuatro nombres propuestos para la candidatura a primer ministro. “Por eso exigimos acordar de inmediato una candidatura única de Nuevo Frente Popular a la presidencia de la Asamblea Nacional”, exponen en el comunicado desde su página web.

De hecho, también recriminan las actitudes de la dirección socialista, quienes mantienen su apoyo al primer secretario Olivier Faure bajo el argumento de que necesitan a un primer ministro más moderado en los acuerdos parlamentarios con el resto de las formaciones políticas. En concreto, por los resultados de la segunda vuelta de las elecciones francesas, cuando contra todo pronóstico, la formación de Mélenchon sumó 195 diputados como máximo, unas cifras muy alejadas de los 289 diputados para hacer una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.

Y segundo, porque el partido de Mélenchon se niega a volver a las conversaciones hasta que se obtenga “una candidatura única a la Asamblea Nacional y no se haya realizado la votación”. “No volveremos a esto hasta que el Partido Socialista haya renunciado a su veto sobre cualquier candidatura que no sea la suya”, han matizado. Tras este comunicado, la dirección socialista ha abierto la puerta a los macronistas, como ha manifestado el diputado Philippe Brun, quienes han llamado a “sustituir el Nuevo Frente Popular con otra coalición con sectores del macronismo".

El futuro del gobierno francés sigue caminando hacia un incierto futuro desde los inesperados resultados de la segunda vuelta de los comicios legislativos cuando el partido de Mélenchon triunfó en las urnas electorales como primera fuerza en la Asamblea. Aunque, muy lejos de la mayoría absoluta de los 289 diputados.

La amplia coalición del Nuevo Frente Popular (NFP), desde La Francia Insumisa al Partido Socialista o los Verdes, sumó 182 escaños de los 577 que componen la Cámara Baja. Les siguen la coalición macronista con 168 escaños, los de Agrupación Nacional de Marine Le Pen con 143 y la derecha tradicional de Los Republicanos con 45. Pero con estas cifras tan ajustadas, la pregunta sigue siendo la misma ante las grietas que dividen a la coalición y el futuro de Francia.