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CON 41 VOTOS DE MAYORÍA

Von der Leyen es reelegida presidenta de la Comisión Europea gracias a Los Verdes

La presidenta de la Comisión Europea logra la reelección para los próximos cinco años con 41 votos de margen, casi quintuplicando su margen de 2019

Ursula von der Leyen en el Parlamento Europeo, el 18 de julio. (REUTERS / Johanna Geron)

Ursula von der Leyen ha sido reelegida este jueves como presidenta de la Comisión Europea para la legislatura 2024-2029, con 401 votos a favor, 41 votos por encima de la mayoría que necesitaba para revalidar el puesto. La alemana, que en 2019 obtuvo la confianza de la cámara únicamente por un margen de nueve votos, ha logrado esta vez una mayoría más sólida en gran medida gracias al apoyo cerrado que le ha ofrecido buena parte de la bancada de Los Verdes, a pesar de que en sus últimos meses de presidencia el cambio de posiciones del Partido Popular Europeo (PPE) y de algunos Gobiernos nacionales hicieron que la alemana se mostrara menos ambiciosa en lo referente al Pacto Verde, el plan europeo para lograr la descarbonización de la economía a mitad de siglo.

Sin el apoyo de Los Verdes, que habían tomado desde hacía tiempo la decisión de respaldar a Von der Leyen, la alemana muy probablemente se habría quedado corta y no habría logrado superar la votación de este jueves, abriendo una crisis institucional sin precedentes dentro de la Unión Europea. Ahora, los ecologistas, liderados en la Eurocámara por la alemana Terry Reintke y por el holandés Bas Eickhout, que se han movido con una gran disciplina interna, con unos 48 de los 53 eurodiputados del grupo votando a favor, pedirán participar de manera más formal en una "gran coalición" ampliada en el Parlamento Europeo.

"Recordáis la última vez que fue ocho votos por encima de la mayoría, esta vez han sido 41, así que mucho mejor", ha bromeado Von der Leyen en una rueda de prensa posterior a su elección. "Manda una fuerte señal de confianza y un reconocimiento del trabajo que hemos hecho en los últimos cinco años", ha añadido la alemana. "Estoy muy agradecida a Los Verdes", ha admitido la alemana. Fratelli d'Italia, el partido de Giorgia Meloni, primera ministra italiana, que forma parte del grupo de los ultraconservadores de los Conservadores y Reformistas (ECR), ha acabado votando en contra de Von der Leyen, a pesar de los esfuerzos realizados por Bruselas para reconstruir los puentes con Roma después de que Meloni se sintiera totalmente aislada por parte de los negociadores del PPE, de los socialistas europeos y de los liberales durante la negociación de los altos cargos de la Unión Europea.

Ursula Von der Leyen, reelegida presidenta de la Comisión Europea. (EFE)

La alemana ha presentado a los eurodiputados este jueves por la mañana dos opciones: o ella, con todos sus errores, con toda su tendencia a prometer cosas que no podrá cumplir, o el caos. A nadie le entusiasma Von der Leyen, nadie está convencido de su programa. Ni siquiera gusta a los suyos, el PPE, donde ha habido un buen número de desertores. Pero es el mínimo común denominador, la opción subóptima que tanto gusta en la Unión Europea como punto común.

Von der Leyen era la absoluta favorita para el puesto desde hace muchos meses tras un lustro de consolidación de poder al frente de la Comisión Europea, fortaleciendo su relación con algunos líderes fuera su familia política, como el socialista Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, o la ultraconservadora Meloni, aunque su partido haya acabado dando la espalda a la alemana. Su nominación solamente fue confirmada por los jefes de Estado y de Gobierno en una reunión del Consejo Europeo a finales de julio, cuando también se eligió a António Costa, exprimer ministro portugués, como nuevo presidente del Consejo Europeo, y a Kaja Kallas, actual primera ministra de Estonia, como futura Alta Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, el cargo actualmente ostentado por el español Josep Borrell.

Este jueves por la mañana ha pedido el voto a los eurodiputados con una agenda centrada en seguridad y defensa, un tono más duro en materia migratoria, una apuesta por la inversión en industrias limpias, por la simplificación administrativa y manteniendo relativamente protegido el Pacto Verde, el plan europeo para la descarbonización de la economía que en los últimos meses ha recibido muchas críticas, también desde dentro del PPE.

Ha sido una intervención ante el Pleno en el que Von der Leyen ha descrito a una Europa agarrotada por la ansiedad y la incertidumbre, asediada por las fuerzas externas e internas que intentan "dividir" y "polarizar". Ella se ha presentado como la abanderada para proteger una "Europa fuerte" en ese contexto. "Nunca aceptaré que los demagogos y los extremistas destruyan nuestro modo de vida europeo. Y hoy estoy aquí dispuesto a liderar esta lucha con todas las fuerzas democráticas presentes en esta Cámara", ha señalado, en el momento de la mañana en el que la candidata ha cosechado más aplausos por parte del hemiciclo.

La alemana y su equipo, capitaneado por el también alemán Bjoern Seibert, su jefe de gabinete, llevan semanas trabajando voto a voto, eurodiputado a eurodiputado. Han mantenido distintas reuniones con el PPE, el S&D, los liberales de Renew Europe y Los Verdes. Encuentros permanentes, sondeos y testeo de ideas. Casi todos hablan de muy buenas reuniones. Pero Von der Leyen y Seibert tenían la sartén por el mango: negociando con cada una de las familias por separado, sin que estuviera del todo claro cómo iba a poder poner en común los objetivos en ocasiones casi opuestos de algunos de estos grupos, los dos alemanes han trabajado para generar una sensación de confianza e inevitabilidad alrededor de su candidatura.Eso, admiten desde dentro de las negociaciones por el lado de los grupos políticos, ha dado ventaja a Von der Leyen. Le ha permitido controlar la negociación, poder prometer a puerta cerrada cosas incompatibles a distintos grupos sin hacer saltar las alarmas, sin dar tiempo a que las distintas facciones de su coalición tengan demasiado margen para conspirar y revolverse. Solamente el mismo jueves por la mañana, pocas horas antes de votar, los grupos han recibido las directrices políticas propuestas por Von der Leyen para la próxima Comisión, una especie de programa sobre el que trabajaría en los próximos cinco años. Los distintos partidos y las muchas delegaciones que lo conforman solamente han tenido un puñado de horas para decidir si ese programa cambiaba fundamentalmente su posición.

Algunos de los compromisos que ha ofrecido Von der Leyen ha sido un mayor enfoque en seguridad y defensa, con la creación de un comisario de Defensa, una apuesta por la simplificación administrativa reclamada por las empresas y muchos partidos políticos liberales y conservadores, anunciando la creación de una vicepresidencia para dicho objetivo. A los socialdemócratas les ha ofrecido también un plan para el acceso a la vivienda, con un comisario que tendrá responsabilidades directas sobre ese dosier. El guiño a Los Verdes ha consistido en la visión de un Pacto Verde sobre el que ya no se profundiza, pero al que tampoco se da marcha atrás como reclamaban desde las opciones más conservadoras.

Una coalición ampliada

La novedad de esta votación es la voluntad de la bancada ecologista por integrarse en la coalición mayoritaria del Parlamento Europeo. Entre 2019 y 2024, Los Verdes han votado intermitentemente junto a la conocida como "mayoría Von der Leyen" en distintos asuntos y dosieres, especialmente en los relacionados con el Pacto Verde. Tras el mal resultado de las elecciones europeas de este año, cuando la bancada se ha encogido más de 20 escaños, los ecologistas decidieron inmediatamente después, la misma noche electoral del 9 de junio, mostrar su voluntad de formar parte de una "mayoría Von der Leyen II", dando estabilidad a la coalición.

Dentro del PPE no se sienten cómodos con acuerdos estructurales con Los Verdes, y en el círculo del presidente del grupo, el alemán Manfred Weber, se quiere seguir contando con la opción de llegar a acuerdo puntuales con el lado derecho del Parlamento Europeo, los ultraconservadores de los Conservadores y Reformistas (ECR), especialmente en algunas cuestiones como inmigración. Votando puntualmente con ECR y, de manera indirecta y aunque no haya negociación formal, también con los otros grupos de extrema derecha de la Eurocámara, los populares europeos pueden forzar a los socialistas, verdes y liberales a aceptar más concesiones del PPE, sabiendo que cualquier voto de los democristianos con el resto de fuerzas de derechas de la cámara tumbará la iniciativa.

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