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LA GUERRA POR LOS MEGAVENTILADORES DE METRO

Esperar a 40ºC en el andén es un infierno. La solución en Madrid pasa por estas ocurrencias

Los termómetros rozan los 40 ºC en muchos puntos de España y algunas ciudades como la capital se han preparado este año con creativas ideas como los ventiladores gigantes del metro o las marquesinas inteligentes de bus

Un hombre espera en el andén de Metro de la estación de Sol, Madrid. (Albert Sanchis)

Alrededor de una veintena de personas se arremolina alrededor de un ventilador gigante en el andén de la línea 1 de Metro en Sol, Madrid. Es mediodía y los termómetros rozan los 37 ºC en el exterior. Lourdes, que vuelve de haber hecho unas compras en Primark y está sudando la gota gorda, se detiene al lado del ventilador, apretándose el vestido para que no se levante por el chorro de aire que le impacta de lleno en la espalda. “Me quedo aquí hasta que venga el metro”, dice. A su lado, dos jóvenes asiáticas se detienen mientras ven un video en el móvil. Y más tarde otros tres chavales que vuelven del gimnasio aparecen y hacen lo propio. “Que hagan hueco para todos, que lo están acaparando”, dicen.

Como si de un tótem sagrado se tratase, todos quieren disfrutar un poco de uno de los enormes ventiladores que ha instalado Metro Madrid en varias estaciones de la capital para combatir el calor extremo. Los andenes se han convertido en un horno y, con varios casos de golpes de calor, sofocos y desmayos sobre la mesa, la empresa pública ha puesto en marcha un programa piloto para colocar estos dispositivos en 20 andenes de las líneas 1 y 5 de la red. Entre estas líneas se encuentran algunas de las estaciones más concurridas de la ciudad como Sol, Gran Vía, Alonso Martínez, Atocha o Callao.

La caldera en la que se van a convertir algunos puntos del país en los próximos días preocupa hasta a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que ha tenido que levantar la voz de alerta y emitir un aviso. España se enfrenta a una ola de calor sin precedentes en los últimos 74 años. Según sus previsiones, las temperaturas alcanzarán cifras récord durante los próximos días, con este viernes como el día más caluroso del verano hasta la fecha. En Madrid se espera que el mercurio ascienda hasta los 40 grados en algunos momentos de la jornada de hoy.

Ante este escenario, lo mejor para muchos será quedarse en casa, bajar las persianas y encender el ventilador o el aire acondicionado. Para quien tenga que salir para ir a trabajar y tenga que coger el transporte público, estos armatostes pueden o no ser la solución a una verdadera tortura.

Un hombre espera al Metro en el andén de la estación de Gran Vía, en Madrid. (Albert Sanchis)

David, un albañil que regresa de trabajar en una obra de Rubén Darío, relata a este diario cómo en cada trayecto se dirige hasta el final del andén sólo para colocarse justo en frente del ventilador. “Si te pones al lado, estás bien. Pero con que te separes unos metros, vuelves al calor abrasador. Yo sin aire y poca ventilación lo paso muy mal cuando tengo que coger el metro para volver a casa. Y más a estas horas”.

La dirección de Metro Madrid, una empresa dependiente de la Comunidad de Madrid, asegura que se ha inspirado en el metro de Hong Kong para colocar estos equipos de poco más de un metro de diámetro, hechos de aluminio y con hélices de seis hojas para un funcionamiento más silencioso. Según detallan, tienen una potencia de 560 vatios y un caudal de hasta 16.500 metros cúbicos por hora. Funcionan con agua y sólo se activan de 12:30 a 21:30 horas automáticamente cuando las temperaturas en el exterior superan los 30 ºC. Los responsables defienden que son máquinas de alta eficiencia energética.

“Es evidente que en muchas estaciones las temperaturas son elevadas en los meses más duros del verano. Si funciona y tiene buenos resultados, que estamos muy esperanzados con ello, lo llevaríamos al resto de las estaciones”, decía la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aunque no ha precisado cuánto han costado estos dispositivos.

Marquesinas inteligentes para el autobús

Pero a quien más ha puesto en jaque el calor es a las personas que tienen que coger un medio de transporte en el exterior, a pleno sol. Otro martirio que ha llevado a la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) a buscar soluciones desesperadas (y tecnológicas). Como gastarse 75.000 euros en una marquesina inteligente. Nuestro viaje por Madrid en busca de algunos de estos inventos municipales nos lleva a Villaverde Cruce, donde se ha colocado el primero de este tipo de mobiliario urbano.

A las 16:00 de la tarde, el sol aprieta y no se divisa ningún árbol o zona de sombra en cientos de metros a la redonda donde están situadas las paradas de autobús a las afueras de esta estación. Al final de la calle divisamos la marquesina inteligente: “Siéntate que te da el airecito en la espalda”, le dice una mujer a otra. “¿De dónde sale ese aire?”, le contesta la otra. “Es la cosa esta que salía en la tele el otro día”. Mariela y Lorena, dos mujeres venezolanas suelen coger la línea 23 para volver a casa. Cargadas con los carros de la compra y el vestido empapado en sudor conversan conmigo mientras esperan el autobús: “Si te acercas a la madera se nota, pero si te separas dos centímetros ya no notas nada, es como si le faltara potencia, pero claro, es mejor que nada”.

Marquesina inteligente en la parada de autobús de Cruce Villaverde, Madrid. (Albert Sanchis)

Ubicadas en las áreas intermodales de Villaverde Cruce y Pavones, estos dos prototipos de marquesinas (los únicos que hay en Madrid ahora mismo), han sido desarrollados y patentados por JCDecaux. El sistema es capaz de reducir la temperatura ambiente en la marquesina gracias a un depósito de agua y un módulo de enfriamiento del aire por evaporación. Además, cuenta con una placa fotovoltaica que la abastece de energía solar.

“Este producto representa un avance significativo en la mejora del confort urbano y la sostenibilidad. Al utilizar la evaporación para enfriar de manera natural, no solo proporcionamos un refugio agradable durante los calurosos veranos madrileños, sino que también reducimos el consumo energético”, señalaba Carlos Barón, director General de JCDecaux, durante su inauguración. En cuanto a si hay planes para extenderlo al resto de marquesinas de la ciudad, el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, explicaba: “Vamos a ver, a lo largo de los meses, cómo evoluciona, y a partir de ahí, estableceremos la posibilidad de que se puedan instalar más en la ciudad de Madrid, especialmente, en aquellos sitios que tengan mayores usuarios y de mayor afluencia”.

Piloto del sistema de refrigeración de una marquesina inteligente. (Albert Sanchis)

Un conductor de autobús de la EMT que prefiere no revelar su nombre y acaba de llegar a la parada relata a este diario que, para él, es una idea pésima. “A quién se le ocurre colocar aire acondicionado en una marquesina que está totalmente abierta a la temperatura ambiente. El aire frío se pierde en un segundo con este calor. Un gasto de dinero innecesario que nos toca pagar a todos”, se quejaba el conductor.

El precio de cada una de estas marquesinas es de nada menos que 75.000 euros, casi 10 veces más que una normal. Extenderlo a toda la red se traduce en una inversión mayúscula teniendo en cuenta que solo la EMT Madrid gestiona actualmente 5.186 paradas de autobús para servir a 247 millones de viajeros. “Al estar en prototipo tiene un coste más elevado. Pero, cuando se comience a extender, se abaratan la instalación de las nuevas instalaciones”, puntualizaba Carabante a este respecto.

Otra idea made in Sevilla

Las marquesinas de autobús inteligentes no son algo nuevo. De hecho, desde hace unos años ya se estudian en Sevilla proyectos similares. La Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla presentó recientemente un prototipo de marquesina de autobús capaz de detectar cuándo hay un usuario esperando y activar su sistema de acondicionamiento térmico, que rebaja el calor extremo. “Dentro de la parada se estará a 22 grados, aunque el suelo esté a 50”, decían sus autores.

El proyecto, llamado Life Watercool, ha sido cofinanciado por fondos de la Unión Europea y consiste en enterrar aljibes de agua en diversos puntos del mapa municipal. Estos depósitos funcionarían de manera similar a los tanques de tormenta, es decir, recogerían las lluvias para obtener el agua necesaria para el sistema. El tratamiento del agua recogida se realizaría localmente, evitando el bombeo hasta las depuradoras situadas en la periferia de la ciudad. Esto hace que el sistema sea más eficiente, ya que el agua se desplaza mucho menos. Y el agua se enfría por las noches. "Se trata de aprovechar lo que se conoce como frío lunar", detallaba a El Confidencial Israel Ortega, director de Field Services de Uponor, una multinacional nórdica especializada en geotermia y climatización sostenible que ha participado en la conceptualización y diseño. "De la misma manera que se utiliza el contraste y la circulación de agua en climas fríos para generar calor, aquí estamos planteando lo contrario".

Ahora, el Consistorio madrileño ha anunciado otra idea que sumar a su lista de "remedios" que también llega del sur del país: cubrir de sombra el máximo de calle posible. Las plazas de la capital, que han sido durante año motivo de críticas por parte de los ciudadanos y descritas como “sartenes” debido al intenso calor, podrían ser objeto de una reforma de cara a 2025, donde se instalará una estructura desmontable de toldos para los meses más calurosos. Esta estructura se compondrá de mástiles de acero inoxidable anclados a bancos de granito mediante tubos roscados y los toldos, confeccionados con piezas textiles de color claro, se sostendrán mediante tensores anclados a las fachadas de los edificios circundantes, creando así zonas de sombra en el paseo de la plaza. El presupuesto destinado a este proyecto asciende a 308.000 euros. Habrá que solucionar lo del calor de alguna manera.

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