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UN PROBLEMA QUE VA A MÁS

Una 'plaga bíblica' en el campo español: por qué los saltamontes están devorando cultivos

Los ortópteros (langostas, grillos y saltamontes) también amenazan la agricultura en España, como demuestran recientes episodios en Valencia y Málaga

Fotografía de un saltamontes. (EFE/Jeffrey Arguedas)

Las plagas de ortópteros (saltamontes, grillos y langostas) son una de las grandes pesadillas del ser humano desde que empezó a dedicarse a la agricultura, hace unos 12.000 años. Las numerosas referencias que hace la Biblia a las langostas son un buen testimonio de la magnitud del problema. Cuando se dan las condiciones necesarias, este tipo de insectos se reproduce con una facilidad pasmosa y es capaz de migrar a grandes distancias. Su voracidad con las cosechas lo convierte en un enemigo legendario que históricamente ha condenado al hambre a los habitantes de grandes regiones de Asia, Oriente Medio y África.

¿En España estamos a salvo de este peligro? Los agricultores de Requena, en Valencia, han dado la voz de alarma esta semana. La zona, famosa por sus vinos con denominación de origen (D.O. Utiel-Requena), estaba invadida por "millones" de saltamontes, según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja). En un momento clave del año, los insectos se han puesto a devorar las parras, acabando con los incipientes racimos. Los técnicos de la Generalitat Valenciana visitaron el lugar e identificaron al invasor como un saltamontes del género Calliptamus. Aunque no está considerado como una de las grandes plagas de langostas, que se mueven juntas de forma masiva, su comportamiento puede llegar a ser similar.

Tan solo unos días antes, pasaba algo muy parecido en la provincia de Málaga. Campos dedicados al cereal y al olivo de los municipios de Coín, Alozaina y Casarabonela se veían afectados por la llegada repentina de este tipo de insectos que, en este caso, eran clasificados como langostas, grillos y saltamontes. En concreto, los técnicos de la Junta de Andalucía llegaron a identificar en los cientos de fincas afectadas hasta seis especies de ortópteros diferentes. ¿Está pasando algo anómalo en el campo español?

Cuando España reúne las condiciones

Lo cierto es que, aunque no siempre sea noticia, la agricultura española no está libre de este peligro. Según los expertos, Aragón, Extremadura y Canarias son especialmente proclives a sufrirlo. "Aunque no es muy frecuente, ocurre desde hace siglos", afirma el entomólogo Miguel Ángel Miranda Chueca, catedrático de Zoología de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), en declaraciones a El Confidencial. "Algunas descripciones de plagas de langostas vienen de la Edad Media y, a partir de ahí, muchas han quedado recogidas en el registro histórico como verdaderos desastres", añade.

Saltamontes del género 'Calliptamus'. (Commonist)

Un ejemplo reciente lo encontramos en la comarca de La Serena (Badajoz), que en 2022 vivió un ataque de langostas que tuvo una repercusión importante en guisantes, cereales y árboles frutales, entre otras plantas. La aparición de una de estas plagas es más probable en tierras áridas, con pocas precipitaciones y altas temperaturas estivales. Sin embargo, todos estos ingredientes son cada vez más frecuentes en más regiones. De hecho, en octubre de 2023 los saltamontes invadieron incluso el centro de la ciudad de Madrid, una llegada poco común que los entomólogos, ya en aquel momento, relacionaron con la sequía.

En los últimos meses, la lluvia ha sido más abundante, pero los ejemplares que se dejan ver ahora, en realidad, llevan con nosotros bastante tiempo. "Todos los que hay este año nacieron el año pasado", explica el zoólogo Alfredo Fernández-Ojanguren, profesor de la Universidad de Oviedo. "Son herbívoros con un ciclo directo, es decir, que de los huevos salen ninfas con aspecto de adultos en miniatura que van creciendo mientras mudan", comenta. Ese crecimiento, iniciado el verano anterior y acentuado esta primavera, les ha convertido en adultos. Aunque en todas las fases de su ciclo de vida, se alimentan de vegetación, ahora que alcanzan un tamaño considerable resultan mucho más destructivos.

Plaga de langosta. (iStock)

El motivo de las grandes migraciones

No obstante, el rasgo más llamativo de los ortópteros es la capacidad que tienen para agruparse y recorrer grandes distancias, algo que solo sucede bajo determinadas circunstancias. Los entomólogos distinguen la fase solitaria, "en la que cada saltamontes va por su cuenta, sin provocar daños", y la fase gregaria, "que se produce cuando las condiciones cambian", apunta Miranda, principalmente, ante "la escasez de alimento o la sequía". El comportamiento de estos animales se ve modificado entonces de manera radical, buscando la supervivencia de la especie, de manera que "se agrupan y forman las plagas de langosta, que tienen su máxima expresión en África, donde devastan miles de kilómetros cuadrados; aunque aquí tenemos especies que pueden hacer algo similar sin llegar a esos niveles".

Básicamente, la fase de gregarismo se produce para buscar recursos a larga distancia. Esas migraciones pueden ser extraordinariamente rápidas, ya que las realizan "volando cuando son adultos y caminando cuando son ninfas, que no tienen alas", apunta Fernández-Ojanguren. Los enjambres alcanzan "una densidad muy elevada" y por eso "causan graves daños a su paso por campos y cultivos". El ortóptero característico de este tipo de episodios es la langosta del desierto. De hecho, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) tiene un servicio de avisos que cubre desde Marruecos hasta Asia. Lo que sucede en España tiene una escala mucho más local, aunque hay alguna especie que los expertos vigilan con especial atención por su potencial peligrosidad, como la langosta mediterránea o marroquí (Dociostaurus maroccanus).

Plaga de langosta.

En cualquier caso, "en España hay más recursos", comenta el investigador de la Universidad Islas Baleares, "pero en África estas plagas pueden poner en jaque la economía de países enteros". Por eso, hoy en día, cuando sucede, se siguen por satélite con ayuda del programa europeo Copérnico de observación de la Tierra y existen modelos para predecir cuándo se va a producir una plaga. Anticiparlo es importante porque, una vez iniciado el proceso, hay pocas posibilidades de frenarlo. De hecho, el mundo se ha enfrentado recientemente a una de las peores plagas de langostas de las últimas décadas: entre 2019 y 2021 amenazó el suministro de alimentos en África Oriental, la península Arábiga y la India, con mayor impacto en Kenia, Etiopía y Somalia.

¿Qué se puede hacer?

Aunque existen insecticidas autorizados para controlar a los ortópteros, los expertos coinciden en que no es el mejor momento para aplicarlos. Los saltamontes que han aparecido en Requena son adultos y, según los técnicos de la Comunidad Valenciana, en esta fase el animal se muestra muy resistente ante cualquier tratamiento. Por eso, recomiendan no intervenir, ya que carecería de sentido gastar recursos y contaminar sin obtener un beneficio. A lo largo de los próximos días, es probable que estos saltamontes adultos vayan realizando puestas de huevos en el suelo y vayan muriendo.

Langosta capturada en Centroamérica. (EFE)

Por eso, lo ideal sería localizar los puntos de puesta (los huevos se rodean de una sustancia pegajosa y con la tierra de alrededor forman estructuras características denominadas canutos) y tratar de roturar el terreno más adelante, ya entrado el otoño, para eliminar la posibilidad de descendencia y evitar que se repita la plaga el año que viene. Más a largo plazo, los expertos recomiendan realizar un seguimiento de la posible eclosión de esas puestas, de cara a la primavera de 2025. En ese momento, si fuera necesario, se podría aplicar un tratamiento insecticida para el control de ninfas. Al ser mucho más sensibles que los adultos, el resultado sería mucho más efectivo.

Un problema al alza en el mundo

Los expertos consideran que la sequía que ha venido arrastrando España en estos últimos años ha podido ser clave para las apariciones de ortópteros en Valencia y Málaga. Si esto se confirma, no es una buena noticia de cara al futuro, ante las previsiones de cambio climático, porque las condiciones del campo español pueden ser cada vez más parecidas a las de los países que sufren estas plagas en otros continentes. "Aumentan las temperaturas, sobre todo porque se adelantan los periodos de calor; y disminuyen los recursos hídricos o se concentran las lluvias de forma torrencial en algún periodo del año, de manera que no tenemos una distribución homogénea a lo largo del año", recuerda Miranda.

En estas condiciones, "estos insectos van a sobrevivir seguro, porque llevan millones de años adaptándose y buscando los mecanismos para encontrar comida de forma gregaria". Por eso, es muy probable que el problema de las plagas se incremente. Un informe de la FAO publicado en 2021 ya advertía sobre esta cuestión. De hecho, estimaba que, en el conjunto del planeta, las plagas destruyen cada año hasta un 40% de la producción de los cultivos y que los insectos invasores provocan pérdidas de unos 70.000 millones de dólares anuales.

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