La ficción de las sobremesas de entre semana de Antena 3, Sueños de libertad, se estrenó el pasado febrero, y este lunes, 15 de julio, emite su episodio número 100. La serie de época, protagonizada por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, que tomó el relevo de la mítica Amar es para siempre, se ha erigido desde el comienzo como un antes y un después en el universo de las series diarias, otorgándole un ritmo vertiginoso de las tramas y una factura visual más propia de una producción limitada.
Creada por Beatriz Duque y Verónica Viñé, la narración se sitúa a finales de los años cincuenta, en el seno de una empresa toledana familiar de perfumes y cosméticos, en la que el patriarca de la familia De la Reina comienza a confiar su futuro a sus tres herederos, cuando su salud comienza a flaquear. Uno de ellos, Jesús, está casado de segundas con Begoña. Lo que al comienzo parece un matrimonio ejemplar para la época, pronto se torna una pesadilla de violencia de género, manipulaciones, y mentiras del pasado.
En su franja horaria de las 15:45 horas, la serie se ha mantenido invicta con una media del 15,4% de share medio, 1,3 millones de espectadores y 2.116.000 espectadores únicos. Pero más allá de las cifras, el éxito del serial podría analizarse también en términos de popularidad: las redes sociales se han involucrado de lleno en historias de amor como las de Begoña y Andrés, Marta y Fina, o Luis y Luz, pero también en las intrigas y misterios de una familia que arrastra demasiados errores a sus espaldas. Repasamos cada esquina de la colonia De la Reina, para recordar a los viejos y nuevos espectadores todo lo que ha sucedido hasta la fecha.
En la casa grande
El matrimonio de Jesús y Begoña está lleno de aristas. Al comienzo, parecía que era ella quien tenía más secretos que esconder: recién llegada de una relación malsana en Inglaterra, encontró a Jesús, a quien omitió desde el principio que tenía una tía en un sanatorio, por si pensaba que la enfermedad podría ser hereditaria. Resultó, finalmente, que Mercedes no era su tía, sino la madre de la que le separaron cuando fue ingresada.
Begoña también sufría ante las improbabilidades de darle un heredero a Jesús. Sin embargo, era el empresario quien no podría engendrar hijos. ¿Cómo se explica, entonces, el nacimiento de Julia, su hija con su anterior esposa, Clotilde? Begoña no tardó en atar cabos y averiguar que Julia no era hija de Jesús, sino de Valentín, el hermano de Luis y Joaquín, supuestamente fugado.
Valentín mantenía una relación con Clotilde a espaldas de Jesús. Algo que el maniático empresario acabó averiguando cuando estos dos pretendían fugarse juntos. Pero Jesús los siguió con su coche, y acabó disparando tanto a uno como a otro, provocando una gran desgracia y la escisión definitiva entre los De la Reina y los primos Merino, apellidos fundadores de Perfumerías De la Reina. Jesús amañó una carta de Valentín, en la que daba a entender que escapaba a Brasil con dinero de la empresa, y confesó su crimen recientemente a Damián, su padre, quien le ayudó a seguir encubriéndolo, y a Begoña, a quien aseguró que fue todo un accidente.
Para más inri, Begoña ha conectado de una manera pasional con Andrés, el hermano de Jesús, recién llegado del ejército, y casado con María Duque. Su relación ha tenido altibajos, de encuentros desenfrenados e incómodos alejamientos para no levantar sospechas. Cuando Damián descubrió el lío entre ellos dos, pidió a Andrés que se marchase a una nueva sucursal de Olite, pero el chico prefirió quedarse para proteger a Begoña de las manos de Jesús, quien acabó disparando a su propia esposa (la historia se repetía), cuando esta intentó fugarse al averiguar la verdad sobre Valentín.
Jesús amañó una carta de Valentín, en la que daba a entender que escapa a Brasil
Con una Begoña recuperada de su herida de bala en el estómago, Jesús intenta ahora recuperar su confianza, mientras Andrés sigue investigando qué fue realmente de su primo. María, por su parte, ha fingido quedarse embarazada, para recuperar la atención de su marido, y distraerle de su fijación por Begoña, con quien siempre intenta competir.
En casa de los Merino
Desde la muerte de Gervasio (el co-fundador de la empresa y padre de los Merino) y de la supuesta fuga de Valentín, los primos han pasado a servir a los De la Reina. Digna, hermana de Catalina, la esposa fallecida de Damián, es ahora el ama de llaves de la casa grande, mientras que Joaquín se convirtió en la mano ejecutora de Jesús en la empresa. Luis es el perfumista, quien ha heredado la capacidad de Gervasio de crear nuevas fragancias.
Gema, esposa de Joaquín, es sirvienta en la casa grande, aunque sus delirios de grandeza le han hecho soñar con recuperar el brillo del apellido Merino, y convertirse en toda una señora. Su amistad con María le ha hecho imaginar que podría estar a su altura, y en sus escapadas a Madrid, ha llegado a conocer a Ernesto, un señorito que parecía interesado en ella, pero que en realidad la quería utilizar para robar a los De la Reina.
El descubrimiento de una supuesta infidelidad ha resquebrajado la confianza que Joaquín tenía sobre su esposa, después de varios vaivenes en los que parecía que Gema no era feliz en su matrimonio. La última vez que Joaquín entró en crisis se dio a la bebida, dejando constancia de que tenía un problema de alcoholemia. Su relación con Luis también ha tenido tiranteces, y su mundo podría estar a punto de irse por la borda, ahora que el perfumista ha descubierto que Gervasio mantenía una relación romántica con el topólogo de la empresa, Mario Garcés.
Se desconoce si Digna estaba al corriente de aquella infidelidad. El ama de llaves se debate entre el honor a su viudedad, y caer en los halagos de Damián, quien le ha reconocido en diversas ocasiones estar enamorado de ella. Pero Damián guarda demasiados secretos, y el ama de llaves solo sabe una parte de ellos. Para ocultar que Valentín murió en manos de Jesús, Damián le ha contado que Tasio, el mozo de almacén, es su hijo ilegítimo, producto de un desliz del pasado.
En el dispensario
Luis, por su parte, no tardó en desarrollar su buena química con Luz, la nueva doctora del dispensario, que ha tenido que hacerse valer como médico, pese a su condición de mujer. La doctora Borrell se ganó la confianza de los De la Reina cuando salvó a Damián de un derrumbamiento en la fábrica que casi le cobró la vida. Tras varias pruebas que consiguió superar airosa, Luz se hizo con el puesto y entabló buena amistad con Begoña, hasta convertirse en su gran confidente.
La relación entre Luis y Luz duró más bien poco. Ella, temerosa de que este descubriese asuntos de su pasado, como que en realidad no disponía del título de Medicina, decidió cortar de raíz su enamoramiento. Luis ha conocido a otras chicas, como la sirvienta Sara, que le han distraído durante un rato de aquel trauma, pero no ha conseguido pasar página.
Luz, en cambio, comenzó de muy malas maneras su relación con Jaime, el marido de Marta de la Reina, que llegó a mitad de temporada para quedarse a pasar consulta. La rivalidad entre ellos era evidente, pero poco a poco se fue convirtiendo en admiración, y después encaprichamiento. Lamentablemente, Jaime tiene un tumor en el cerebro, que le provoca mareos y pérdidas de visión, y que podría indicar que su futuro con Luz no tendría un buen final.
En la tienda
Marta de la Reina, hermana de Jesús y Andrés, se entregaba por completo a su trabajo, hasta que conoció mejor a Fina, una de las dependientas de la tienda, y la salvó de una relación abusiva, en la que una compañera de trabajo amenazaba con anunciar a todo el mundo que la hija del chófer de la familia era lesbiana. El secreto de Fina quedó a buen recaudo, y compartido por Marta. Las llamadas "Mafin" se convirtieron en la relación romántica menos tóxica y más anhelada de toda la serie, pero las dificultades del contexto social que les ha tocado vivir les obliga a llevarlo en secreto.
Un secreto que, tras muchos ocultamientos, fue descubierto por Jaime. Pese al impacto inicial del doctor Berenguer, el marido de Marta llegó a entender que su esposa nunca le miraría como miraba a Fina, y propuso mantener un matrimonio de conveniencia, en el que cada uno podría explorar su intimidad por separado.
Expandir
Además, la dependienta recién llegada, Claudia, conoció a Tasio en un momento en el que él y Carmen, su compañera de la tienda, habían roto su relación, cansada esta de los desplantes y la mala vida del chico. La relación entre él y Claudia apenas duró una semana, pero fue tiempo suficiente para que la chica se quedase embarazada. Antes de saberlo, Tasio hizo acto de enmienda, transformó su carácter, y reconquistó a Carmen, con quien acabó casándose. La custodia por el bebé de Claudia, quien pretendía darlo en adopción en un principio, se antojaba compleja, hasta que la joven decidió criarlo sola, y Tasio le aseguró que él se encargaría de mantenerlo, como Damián hizo con él. Solo que, esta vez, él sí reconocería a la criatura como suya.