Hace días que el personaje de María Antonia, en la serie La Promesa, ha quedado relegada a una mera compañía, sin mayor cometido en el palacio de los marqueses de Luján. Desde que Manuel y Curro volviesen de la guerra, Cruz ya no ha necesitado más consuelo ni apoyo moral, y el incomodado Alonso pidió a la noble que se marchase por donde había venido, harto de sus intentos de coqueteo con él. En el capítulo de este miércoles de la ficción de época de La 1 de TVE, emitido a las 17:40 horas, ha sido esta vez la marquesa, quien ha insinuado a su amiga que había llegado el fin de sus días en el palacete cordobés.
En capítulos anteriores del melodrama protagonizado por Ana Garcés, Arturo García Sancho y Eva Martín, entre otros intérpretes, María Antonia había tergiversado los sucesos con Alonso, de manera que culpaba al marqués de haberla besado, e incluso de intentar desfogarse de su pasión, flirteando con su esposa. Pero fue María Antonia quien en realidad besó al marqués.
Hoy, la llamada del sanatorio ha alertado a todos los Luján, que se han preguntado dónde podría haber escapado Martina. Lorenzo ha pensado que no volvería al palacio, pues allí se encontraban las dos personas que la internaron y que volverían a hacerlo. Pero Margarita ha comentado que si su hija lo estaba pasando tan mal, no se le ocurriría llevarla de vuelta. Pero eso Martina no lo sabía.
Ayala ha pensado que no hacía falta ponerse en lo peor, pues solo hacía unas horas que había desaparecido. El conde ha visto muy seguro a Manuel con los consejos que dedicaba a su tía Margarita, y le ha preguntado si él o Curro podrían saber algo de dónde estaría la muchacha. Ignacio ha llegado a la conclusión de que no veía al primo de los Luján desde hacía tiempo, dada su indisposición. Cruz ha preguntado por qué se encontraba mal, y Manuel ha mentido, explicando que tenía malestar general.
María Antonia, a Cruz: "¿Me estás echando de La Promesa?"
El conde ha pensado que se debía dar parte a la Guardia Civil, pero ni Cruz ni Margarita estaban dispuestas a explicar el episodio de la cicuta. Ignacio ha hecho un llamado a la sensatez para denunciar la desaparición, pero Manuel ha intentado calmar los ánimos, diciendo que la muchacha aparecería tarde o temprano.
La esperada confesión de Vera
En la planta baja, Vera ha explicado que se encontraba decaída desde la merienda organizada por Margarita. La sirvienta por fin le ha confesado a Lope que se había encontrado con su madre, y ha explicado que era la mujer que no estaba invitada. "Esa mujer, la duquesa de Carril, es mi madre", ha soltado, por fin, Vera. "Soy la hija de los duques de Carril", ha escuchado el incrédulo Lope. La doncella ha explicado a su amante que Santos también lo sabía, y por ello le chantajeó con su noviazgo.
Lope se ha llevado las manos a la cabeza, y Vera le ha pedido disculpas, justificándose que no le quedaba otra alternativa. "Quizás Santos ha cumplido con su amenaza", ha supuesto Lope, pensando que se vengaba de que ellos dos estuvieran juntos. Pero Vera ha comentado que el lacayo le prometió que no diría nada. El decepcionado Lope ha admitido no saber qué sentía al respecto, y aunque Vera ha intentado frenarle, finalmente le ha dejado marchar.
Rómulo ha seguido escamándose por el hecho de cargar con un error como el de la invitación a la duquesa de Carril, sin saber de dónde venía. Pese a que Margarita ya daba el asunto por solucionado cuando el mayordomo ha entonado el "mea culpa", Ricardo ha seguido pensando que Petra estaba detrás de todo aquello. Santos, por su cuenta, ha intentado convencer a Petra de que había cinco nombres en el listado que le dio la noble.
"No se sabe quién está más loca, si la madre o la hija", ha achacado Santos, sobre la inestabilidad de Margarita. Petra ha prometido que seguiría investigando sobre aquello, y ha aprovechado para saber si había visto a Curro los últimos días. Salvador ha contado a Manuel que no podrían ocultar la ausencia del hijo de Lorenzo por mucho más tiempo, pues Petra comenzaba a sospechar. Posteriormente, el ama de llaves ha hecho una encerrona a Vera para averiguar de una vez por todas tanto la desaparición de Curro como la aparición de doña Amalia: "¿Qué sabes tú de la duquesa de Carril?". ¿Explicará Vera la verdad?
Cruz echa a María Antonia
En un paseo por el jardín, Cruz ha explicado a María Antonia que el regreso de Manuel le había devuelto la paz que ansiaba, y apreciaba el apoyo que su amiga le había ofrendado todo aquel tiempo. "Eres la mejor amiga que yo podría desear", ha dicho a María Antonia, agradeciéndole el favor que ya no podría seguir pidiéndole. "¿Me estás echando de La Promesa?", se ha ofendido la señora.
Salvador ha contado que no podrían ocultar la ausencia de Curro por mucho más tiempo
Cruz ha aclarado que nadie le había pedido que la echase, sino que creía que también tenía que vivir su vida. María Antonia ha comentado que, como viuda, no tenía otras responsabilidades de vuelta a su palacio, pero Cruz ha insistido: "Es el último favor que te pido".
María Antonia le ha contado a Lorenzo lo hablado con su amiga, creyendo que Cruz la echaba de allí sin valorar todos los sacrificios que había hecho por ella. El capitán ha dejado constancia de que se oponía a aquella decisión, pues no había conocido a nadie como ella. La estratega ha hecho caer una lágrima, y le ha dicho que a ella también le daba pena marcharse antes de poder conocer mejor a De la Mata.
Lorenzo ha creído que había llegado su momento, y ha intentado besar a la mujer. Pero María Antonia ha girado el rostro, y se ha marchado eludiendo a la lástima que daba que tuviese que irse antes de tiempo. ¿Surtirá efecto su intencionada "cobra"? ¿Convencerá Lorenzo a Cruz para que María Antonia no se vaya, alargando así el infierno que está viviendo Alonso?