De Valdemossa a la playa de Torrent de Pareis: los pueblos y calas imprescindibles de Mallorca

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Mallorca, la joya del Mediterráneo, ofrece una combinación irresistible de paisajes costeros y encantadores pueblos que atraen a viajeros de todo el mundo. Entre los destinos más destacados se encuentra Valldemossa, un pintoresco pueblo enclavado en la Serra de Tramuntana. Famoso por haber acogido al compositor Frédéric Chopin y la escritora George Sand, Valldemossa mantiene su encanto con calles empedradas y la histórica Cartuja de Valldemossa, donde vivieron estos ilustres visitantes.

Siguiendo la ruta por la Serra de Tramuntana, no puede faltar una visita a Sa Calobra, una cala de guijarros rodeada de impresionantes acantilados y aguas turquesas. La carretera serpenteante que conduce a esta playa es una obra maestra de la ingeniería que premia a los visitantes con vistas espectaculares. Muy cerca se encuentra la playa de Torrent de Pareis, un enclave mágico donde las montañas se abren para revelar una estrecha franja de mar, creando un paisaje de fantasía que ha inspirado a artistas y escritores.

Deià, un pueblo conocido por su atmósfera artística, ha sido el hogar de numerosos escritores y bohemios. La casa-museo de Robert Graves, ubicada en esta encantadora localidad, atrae a aquellos que buscan la tranquilidad y la inspiración en un entorno natural incomparable. Las intrincadas calles de Deià y su proximidad a rutas ciclistas hacia el Cabo de Formentor lo convierten en una parada obligatoria.

Sóller, conocida como la capital de la Serra de Tramuntana, es otro de los destinos imprescindibles. Su famoso tranvía, que atraviesa el pueblo y llega hasta el puerto, añade un toque nostálgico y pintoresco. La influencia francesa, fruto de su pasado comercial, se refleja en la arquitectura y la gastronomía local. Entre sus atracciones destaca la iglesia de San Bartolomé y el museo modernista Can Prunera.

Pollença, con su rica historia y atractivo artístico, ha cautivado a viajeros y artistas a lo largo de los siglos. Los 365 peldaños del Calvario, una emblemática escalera serpenteante, ofrecen vistas panorámicas del pueblo y su entorno. El encanto de Pollença se completa con sus calles empedradas y el ambiente cultural que se respira en cada rincón.

Para aquellos que buscan playas más tranquilas y escondidas, Cala Mitjana y Cala Varques son auténticos tesoros. La primera, con su suave arena blanca y aguas cristalinas, es un remanso de paz rodeado de acantilados y vegetación. La segunda, una playa virgen accesible a través de un bosque, ofrece un entorno natural intacto con aguas turquesas perfectas para el snorkel. Ambas calas son ideales para quienes desean escapar del bullicio y disfrutar de la serenidad de la naturaleza mallorquina.

Finalmente, Cala Mondragó, en el sureste de la isla, es parte del Parque Natural de Mondragó y destaca por sus playas gemelas, Mondragó y s’Amarador, conectadas por un estrecho sendero. Este área protegida ofrece una mezcla de ecosistemas que incluyen humedales y acantilados, y es un ejemplo perfecto de la belleza natural que hace de Mallorca un destino inolvidable.