BRUJAS
Las montañas de Prades esconden un oasis 'embrujado' de piscinas naturales
En la provincia de Tarragona se encuentra Toll de l’Olla, una poza de singular belleza rodeada también de mucho misterio
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En Farena (Tarragona), un pueblo de origen medieval, el río Brugent ha creado algunas de las piscinas naturales de mayor belleza en el territorio. Rodeadas de una frondosa vegetación, estos lugares son una invitación al contacto con la naturaleza, pero también una ventana a historias llenas de misterio. Este es el caso de la más famosa de estas pozas, el Toll de l’Olla, un rincón rodeado por una curiosa leyenda.
Cuentan que a principios del siglo VXII, las montañas de Prades estaban habitadas por un gran número de brujas. Una de las más conocidas era Farebona, al parecer una bruja buena, que ayudó a los habitantes de Farena a superar unas extrañas fiebres que asolaron a la población. Con síntomas similares a los de la peste negra, esta enfermedad acababa con la vida de su portador tan solo dos días después de haberla contraído.
Una olla gigante
Afortunadamente, un pastor encontró por casualidad la casa de la hechicera, la cual se ofreció a ayudar a los habitantes, elaborando una extraña pócima que demandaba un litro de agua por enfermo. Mientras ella recolectaba las hierbas y los ingredientes necesarios, los lugareños se apresuraron a buscar el recipiente sobre el que verter todo.
Ante la imposibilidad de encontrar una olla del tamaño requerido, unos 1.000 litros, la bruja tuvo la idea de utilizar la propia poza como recipiente. Preocupada porque la olla no tuviera la cantidad de agua suficiente, pidió a los vecinos que la dejaran sola e invocó una intensa lluvia. Según los registros, unas lluvias torrenciales azotaron la zona en otoño de 1617, provocando el crecimiento del caudal del Ebro, cuyas aguas destruyeron 150 casas.
Cómo llegar
Para poder visitar este mágico lugar es aconsejable madrugar, puesto que se trata de un destino muy frecuentado y la zona de aparcamiento es reducida. Primero deberemos llegar hasta el pueblo desde La Riba, situado a unos 15 kilómetros. Este recorrido se puede hacer caminando para disfrutar de sus hermosas vistas, como la Torre de Petrol, una fortificación situada en la cima de la montaña de Puig Cabrer construida en las guerras carlistas. Una vez en Farena, seguimos una pista forestal en dirección a Mas d’en Toni, que nos adentra en el bosque hasta llegar a una explanada desde la que accedemos al río por un camino a mano derecha. Ya en la ribera del río, no tardaremos en encontrarnos con un salto de agua que da paso a este festival para los sentidos.
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