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  1. Viajes

RINCONES DEL INTERIOR VALENCIANO

Esta impresionante cascada está escondida en Valencia, y tiene un secreto

Valencia no es solo un lugar de sol y playa, pues su interior esconde verdaderos rincones de ensueño para darse un chapuzón y para disfrutar de la naturaleza de la Comunitat

Esta impresionante cascada está escondida en Valencia, y tiene un secreto (Foto: Juan M. Belinchón)

La provincia de Valencia es conocida por sus playas, sus fiestas de Las Fallas, la afición por la pólvora y su ciudad llena de atractivos turísticos. Pero Valencia tiene una zona interior muy rica, y poco explorada, llena de montañas, naturaleza y rincones secretos, como la comarca de la Hoya de Buñol, que ofrece mucho más que la famosa tomatina.

En esta comarca se encuentra un municipio muy especial y con mucha riqueza natural. Yátova, de 2.200 habitantes, cuenta con 120 kilómetros cuadrados de territorio, con grandes montañas como el monte Motrotón o parte de la sierra Martés. El río Juanes pasa por el norte del municipio, la rambla de la Horteta cruza el pueblo, el río Mijares nace en el propio término municipal, y el río Magro lo enmarca por el sur.

Este municipio valenciano cuenta con un legado histórico y prehistórico relevante, con indicios de la Edad de Bronce, y los restos de un poblado ibérico en el Pico de los Ajos. En la zona también se han encontrado yacimientos romanos, que atraen a los amantes de la historia antigua. Pero otro de sus atractivos se esconde entre sus montañas, de origen natural y que los visitantes no dudan en incluir en sus rutas: la Cueva de las Palomas.

La Cueva de las Palomas y su secreto

La Cueva de las Palomas en Yátova alberga una espectacular cascada que pocos conocen, un tesoro natural que fascina a los amantes de la naturaleza y la aventura. Este lugar, situado en la Comunidad Valenciana, aunque no lo parezca, se destaca por su paisaje escarpado y sus pozas de agua, convirtiéndose en un destino ideal para quienes buscan un contacto directo con la naturaleza. Este ecosistema único es el resultado de un complejo proceso de erosión de la roca caliza que ha dado lugar a formaciones geológicas impresionantes.

Uno de los mayores atractivos de la cueva, y su secreto mejor guardado, es su cascada, que no siempre lleva agua. Este fenómeno añade un toque de misterio al lugar, ya que durante los periodos de lluvia, la cascada se activa ofreciendo un espectáculo visual inigualable. En otros momentos del año, la falta de agua permite que los visitantes suban detrás de la cascada y exploren la cueva desde una perspectiva única. Los más valientes pueden intentar entrar en la cueva de roca caliza mientras cae la cascada, con cuidado de no resbalar, y se verán recompensados por unas vistas inigualables.

Dentro de la cueva se pueden observar diversas formaciones de estalactitas y estalagmitas, que crean una escena subterránea espectacular. La cueva también da cobijo a diversas especies de murciélagos, así como a varios ejemplares de flora autóctona. Para proteger este paraje natural, la zona tiene varias normas para los visitantes, como limitar el aforo en periodos vacacionales y la obligatoriedad de “no dejar rastro”, para evitar el impacto humano.

Parte de una ruta

Para acceder a este rincón escondido, es necesario realizar una ruta a pie desde Buñol, siguiendo el curso del río Juanes. Este recorrido forma parte de la ruta del agua de la Hoya de Buñol-Chiva, y ofrece vistas espectaculares y una experiencia inmersiva en plena naturaleza. El trayecto comienza en la parte alta de la Cueva Turche, donde un mirador ofrece vistas panorámicas. Desde allí, remontando el río, se encuentran una serie de pozas y cascadas ocultas como la Charca de las Palomas y el Charco Mañán, conocido también como el Valle Feliz.

Un recorrido natural lleno de sorpresas

El acceso a la Cueva de las Palomas se realiza a través de senderos naturales, por lo que se recomienda llevar calzado adecuado debido a la dificultad de algunos tramos. Desde Buñol, la ruta sigue la CV-425 en dirección a Yátova, donde las señalizaciones guían hasta la cueva. Nada más llegar se hace patente la combinación de elementos naturales y la historia geológica de millones de años, que hacen de este lugar un destino fascinante.

La Cueva de las Palomas alberga esta preciosa charca (Foto: Juan M. Belinchón)

También es posible acceder a la zona en coche desde Yátova, dejando el vehículo cerca del área recreativa donde se encuentra el mirador. Desde allí, habrá que bajar andando con cuidado por un camino algo escarpado, hasta cruzar la charca y llegar a la entrada de la cueva.

Actividades para todos los gustos

Además de la exploración de la cueva y la observación de la cascada, los visitantes pueden disfrutar de diversas actividades turísticas en la zona. Hay disponibles guías y tours que garantizan una visita segura y educativa, así como áreas de acampada y merenderos para aquellos que deseen prolongar su estancia y disfrutar del entorno natural.

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