Ni la del Pozo ni la de Famara: estas son las playas casi desconocidas de Lanzarote

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Lanzarote, con su paisaje volcánico y su impresionante costa, es hogar de algunas de las playas más encantadoras y menos conocidas del archipiélago canario. Estos rincones ofrecen una experiencia de tranquilidad y belleza natural que pocos turistas llegan a disfrutar.

El Paraíso de Papagayo está ubicado en el extremo sur de la isla. Las Playas de Papagayo se encuentran dentro del Monumento Natural de Los Ajaches, una de las formaciones geológicas más antiguas de Lanzarote. Este tramo de costa, con aproximadamente tres kilómetros de longitud, es famoso por sus aguas cristalinas y arenas blancas. La playa más destacada, Papagayo, es una laguna serena con aguas turquesas que invitan a un baño relajante.

Junto a Papagayo, otras calas como Playa Mujeres, El Pozo y Caleta del Congrio brindan un ambiente igualmente paradisíaco. Playa Mujeres, conocida anteriormente como La Calera, y El Pozo, una piscina natural de arena dorada, son ideales para quienes buscan un refugio tranquilo. Los aficionados al naturismo también encuentran su lugar en playas como Caleta del Congrio y Puerto Muelas.

Acceder a estas joyas escondidas requiere algo de planificación. Aunque es posible llegar en coche, el camino mejor señalizado parte desde Las Coloradas. También hay opciones de transporte público desde Arrecife a Playa Blanca. Es importante llevar calzado cómodo y protección solar, ya que los accesos a pie pueden ser exigentes. La entrada al área protegida de Papagayo tiene un coste de 3 euros, destinados al mantenimiento del entorno natural.

En el norte de Lanzarote, la playa de La Cantería es un destino favorito para los surfistas debido a sus condiciones de viento y oleaje. Ubicada a 15 minutos a pie desde Órzola, esta playa de 300 metros ofrece un retiro perfecto para aquellos que buscan desconectar. Con marea baja, se descubre una segunda cala, proporcionando aún más espacio para disfrutar de la serenidad del lugar.

El Caletón Blanco, cerca de Órzola, es otra playa destacada por su arena blanca y aguas tranquilas, protegida por formaciones de lava erosionada. Este rincón es ideal para quienes desean un ambiente más íntimo y menos concurrido.

Para una escapada rápida, el Barranco del Quíquere, a solo tres kilómetros de Puerto del Carmen, es una excelente opción. Este recodo marino, accesible a pie o en bicicleta, ofrece un paisaje impresionante desde su acantilado. Aunque no tiene arena, sus aguas limpias y tranquilas son perfectas para nadar y bucear, brindando una experiencia única en un entorno natural.