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El hilo de la semana | Auge y caída de la efímera Superliga
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El hilo de la semana | Auge y caída de la efímera Superliga

El gran sueño de los equipos europeos, y sobre todo del Real Madrid, ha acabado desmoronándose a una velocidad de récord. Está por ver cuáles serán las consecuencias

Foto: Imagen: Laura Martín
Imagen: Laura Martín

Como si de una tormenta tropical se tratara, el sueño de la Superliga ya ha pasado de largo sobre el fútbol europeo y, por extensión, mundial. La ambición de 12 clubes del Viejo Continente por formar un selectivo club dentro de la élite se ha encontrado con la oposición de estamentos, público y hasta gobiernos. Un obstáculo que ni Florentino Pérez ha conseguido superar.

¿Cómo puede ser que un proyecto multimillonario, financiado por uno de los gigantes de Wall Street e impulsado por los clubes más ricos del mundo se haya ido al traste en horas? Las bases, claro, no eran especialmente sólidas y nunca hubo una hoja de ruta claramente definida para un objetivo quizás demasiado ambicioso. Era mucho pedir que UEFA y FIFA se echaran amablemente a un lado mientras se les arrebataba su fuente de ingresos.

La gran personificación de lo ocurrido la encontramos en la entrevista que Florentino Pérez iba a conceder el martes en la Cadena Ser para explicar la Superliga. Tras el plante de los clubes ingleses, tuvo que anular su intervención por culpa de una interminable reunión telemática con los otros 11 presidentes, de los que la mitad ya se había bajado del barco.

"¡Vaya noche!", decía Manu Carreño, presentador del programa que iba a tener a Florentino. La del presidente del Real Madrid debió ser, claro, mucho peor. En una semana pasó del cielo -ser reelegido presidente del club, las obras van a buen ritmo y el pase a semifinales de Champions- al infierno. La rebelión del fútbol inglés le dio un revolcón imposible de capear.

Foto: La Superliga ha muerto. (Ilustración: Raquel Cano)

Así lo explica en su información Pedro Cifuentes, que cuenta cómo a la una menos cuarto de la noche del pasado sábado el mayúsculo proyecto de la Superliga se había convertido en una copa Latina con seis equipos, tres españoles y tres italianos. En solo unas horas, la duda pasó de si la supercompetición empezaba en agosto a si el ridículo se prolongaría mucho más.

La primera gran víctima de todo el proceso fue Ed Woodward, CEO del Manchester United, que para la hora de la cena había presentado su dimisión al frente de los Diablos Rojos.

Parece difícil que siga ese camino Florentino Perez, pese a que se erigió como la cara más visible del proyecto e incluso se le designó como presidente. Asegura Kike Marín en su columna que ha pecado de creer que podía desafiar a la UEFA, la FIFA y LaLiga sin que hubiera unas consecuencias realmente notables. Peor fue, cuenta, que Pérez no fuera capaz de explicar cómo iba a encajar la nueva competición en el panorama actual.

Foto: Florentino Pérez, junto a Zidane. (EFE) Opinión

Ahora, claro, se va a encontrar con que los clubes fuera de esa superélite van a mostrar muchos más recelos de los habituales ante su figura y la del Real Madrid. Florentino llegó a decir que "no puede ser que en la Liga ganen dinero la mayoría de clubes modestos y lo pierda el Barcelona" y eso no ha gustado entre esos equipos con menor capacidad financiera.

El proyecto de la Superliga, que ya parece incluso más lejano que hace un año cuando todavía no era más que una sombra, tenía ya listo un entramado financiero en el que el propio presidente del Real Madrid ha colocado a sus asesores de confianza, según desvela Juan Cruz Peña en su noticia. No en vano el principal financiador, JP Morgan, ya trabaja con el club madrileño, pues es uno de los encargados, junto a Bank of America Merrill Lynch, de aportar el capital para levantar el nuevo coliseo blanco en el Paseo de la Castellana.

Foto: El presidente de ACS, del Real Madrid y de la Superliga, Florentino Pérez. (EFE)

Además de la entidad estadounidense, que también avaló el asalto de ACS a Abertis, también está fuertemente implicado el despacho de abogados Clifford Chance, que el pasado 16 de abril llegó a registrar ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea la marca 'The Super League'. Se trata del bufete de cabecera de Florentino Pérez, pues también asesora en la obra del Santiago Bernabéu, y quien aconseja a ACS en la desinversión de su división industrial, que la francesa Vinci compró por 5.000 millones.

Y a todo esto, ¿los futbolistas qué? Los verdaderos protagonistas del juego saldrían enormemente perjudicados, pues una decisión de su club les expondría a los castigos ya mencionados por UEFA o FIFA. El más grave sería quedarse fuera de los campeonatos de selecciones como el Mundial o la Eurocopa, algo que, como cuenta Pedro Cifuentes, no estaban dispuestos a aceptar.

Foto: Modric y Mbappé, en la final del Mundial de Rusia 2018. (Reuters)

Ander Herrera, Gerard Piqué, Mesut Özil, Bruno Fernandes.... Muchos han sido los jugadores que han alzado la voz en sus redes sociales en contra de la Superliga. De hecho, su sindicato ya dijo que se hubiera "opuesto enérgicamente" a cualquier intento de prohibir a los jugadores representar a sus países. "Maradona no ganó una sola Champions", decía. Tampoco parece que nadie vaya a ganar una Superliga. Al menos, de momento.

Como si de una tormenta tropical se tratara, el sueño de la Superliga ya ha pasado de largo sobre el fútbol europeo y, por extensión, mundial. La ambición de 12 clubes del Viejo Continente por formar un selectivo club dentro de la élite se ha encontrado con la oposición de estamentos, público y hasta gobiernos. Un obstáculo que ni Florentino Pérez ha conseguido superar.

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