Un cuento de Chéjov, por J. Ortega
Se trata de un texto que grita por el triunfo del sentido común, la justicia y, en general, por la voluntad de cambiar las cosas, desde una perspectiva que no permite ambigüedades
Estimado director,
el artículo publicado el pasado martes que reflexionaba sobre Marco Aurelio, "La mejor manera de vivir la formuló un emperador romano hace dos mil años", me ha recordado un relato corto de un escritor y médico ruso, Anton Chéjov, titulado "La sala número seis". De él supe más adelante que había hecho entrar en acción nada menos que al mismo Lenin. Es un texto que grita por el triunfo del sentido común, la justicia y, en general, por la voluntad de cambiar las cosas, desde una perspectiva que no permite ambigüedades. Es un relato que no puede dejar indiferente, y que me ha parecido siempre revolucionario en el mejor de los sentidos.
Frente a Marco Aurelio, el viejo emperador romano resignado, quiero reivindicar también a toda esa juventud olvidada y despreciada que tendrá que levantar el país cuando pase esta y otras tormentas que vengan, y que son la energía a la que el texto del ruso nos enfrenta.
J. Ortega
Estimado director,