¿Quiénes eran realmente los Celtas? Los nietos han desahuciado al abuelo
Según se avanza en las investigaciones arqueológicas, en la toponimia local y en la disciplina lingüística, la sombra de los orígenes celtas se proyecta rotundamente sobre Galicia
PorÁ. Van den Brule A. 28
Almagro, Pizarro y la travesía más heroica y olvidada de la historia
Solo se recuerdan un par de veces a lo largo de los siglos en la que, en circunstancias similares, alguien logró una hazaña de esa magnitud
PorÁ. Van den Brule A. 22
Mates en la apertura o cuando la clave en el ajedrez está en no regalar el centro del tablero
Muchas veces, el jugador novato cae en posiciones perdidas muy fácilmente nada más comenzar la partida, lo que le hace caer derrotado en las primeras 20 jugadas
PorÁlvaro Van den Brule 4
¿Y hablas tú de genocidio? Cuando los holandeses no eran unos angelitos
Los que nos acusaban de tanto desatino y crueldades sin cuento, mira por dónde, fueron los campeones del genocidio, adalides de la barbarie y paladines de formas de crueldad en cantidad y calidad
PorÁ. Van den Brule A. 48
La Leyenda Roja: creer en nuestro legado histórico con sus defectos y virtudes
Los españoles solemos cabalgar dos caballos a la vez, el del escepticismo y el de la decepción, lo que nos otorga cierto halo de masoquismo
PorÁ. Van den Brule A. 11
Malika: la mutación de la inocencia en una corsaria de armas tomar
Huérfana y mala como un demonio, Malika murió como vivió, al límite. Tuvo años de gloria, pero vida breve. Se cree que no llegó a peinar canas. Jamás se doblegó y amó y luchó como una heroína
PorÁ. Van den Brule A. 11
A los vikingos les gustaban los percebes: así llegaron a Galicia contra viento y marea
Por la ría de Arosa, cerca de dos centenares de drakkars y snekkar, entraron profunda y sigilosamente aguas arriba para saquear las tierras gallegas
PorÁlvaro Van den Brule 21
La reina María Cristina: vaya tela
Mujer rancia y con adusto gesto conservado en formol, en el año de 1833 se hizo con las riendas de un país de locos donde el absolutismo, su policía política y espadones afines recordaban los tiempos de su impresentable maridito
PorÁ. Van den Brule A. 20