En Ucrania, el Kremlin está aplicando muchas de las lecciones aprendidas en la guerra de Siria, que le han permitido mantener la confusión acerca de sus acciones y su forma de operar
Occidente va en serio y, a no ser que el Kremlin modifique su rumbo, los castigos económicos seguirán expandiéndose. No hay visos de que la actitud de Putin vaya a cambiar
Los ucranianos conseguirán mantener en pie el gobierno que Putin quería derrocar, y muy probablemente lograrán detener a Rusia, pero un colapso total del ejército invasor es una fantasía
¿Pueden servir las negociaciones entre Rusia y Ucrania para parar la guerra? Aunque hay cierto optimismo entre las partes, sobre la mesa hay cuestiones espinosas de muy difícil solución.
Neutralizando las redes sociales y controlando el contenido de los medios de comunicación, el Kremlin trata de dirigir un relato que hace agua por varios lugares
Yevgeni Prigozhin, propietario del Grupo Wagner y del 'catering' del Kremlin, está financiando películas propagandísticas sobre el despliegue de sus mercenarios en África
La efectividad de las sanciones europeas para contrarrestar la propaganda rusa de RT y Sputnik tiene un agujero: Telegram sigue ofreciendo sus contenidos y mensajes prorrusos
Supuestas cartas de los analistas de los servicios de inteligencia rusos hablan de un plan B ruso que involucraría ataques contra objetivos limitados en territorio de la OTAN, empezando por Polonia
La victoria militar rápida y total que Rusia había planificado inicialmente es ya virtualmente imposible. Nos encaminamos hacia un largo conflicto como el del Donbás, pero multiplicado exponencialmente
La marca Rusia ya era un activo tóxico en Occidente antes de la invasión de Ucrania, pero no siempre fue así: Putin fue persona del año en 'Time' en 2007 y los oligarcas conquistaron Londres. Así pasó Rusia de objeto de deseo a paria
Quizá el ministro de Exteriores ruso no sea el diplomático más hábil del planeta, pero probablemente es el más temido. Un canciller de hierro para la diplomacia 'heavy metal'
Un considerable número de extremistas de ultraderecha en Estados Unidos considera el fundamentalismo de los nuevos líderes de Afganistán como un modelo a seguir