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Querellas, recogida de firmas y, para después del verano, conversaciones con los obispos cercanos al catalanismo. PSC, ERC e ICV han decidido hacer al frente a lo que consideran “desmedidos” ataques de la COPE y de su periodista estrella, Federico Jiméne
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Querellas, recogida de firmas y, para después del verano, conversaciones con los obispos cercanos al catalanismo. PSC, ERC e ICV han decidido hacer al frente a lo que consideran “desmedidos” ataques de la COPE y de su periodista estrella, Federico Jiméne

“Hay que poner freno al desmedido anticatalanismo de Jiménez Losantos”. Esa es la consigna que desde hace meses recorre los despachos de los principales dirigentes de

“Hay que poner freno al desmedido anticatalanismo de Jiménez Losantos”. Esa es la consigna que desde hace meses recorre los despachos de los principales dirigentes de los tres partidos que conforman el tripartito catalán, PSC, ERC e ICV.

Una consigna que se ha traducido ya en una querella por injurias presentada recientemente contra la COPE por el propio presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en la que denuncia una supuesta “campaña difamatoria” y que tendrá su continuación en los contactos discretos que destacados militantes de los tres partidos mantendrán con los principales obispos catalanes para pedirles que ejerzan su influencia ante la Conferencia Episcopal, propietaria de la cadena de radio.

Según ha podido confirmar este diario en fuentes cercanas al tripartito, cuatro van a ser los obispos catalanes tocados por el Govern en busca de su complicidad al considerarlos los más cercanos a las tesis catalanistas. El primero es el auxiliar de Barcelona, Joan Carrera, quien ya en 1994 encabezó la creación de Radio Estel, una emisora que pretendía, precisamente, hacer frente a la COPE desde Barcelona. A punto de jubilarse, PSC, ERC e ICV le consideran el más cercano a sus posiciones políticas.

El segundo en ser sondeado será, precisamente, su superior, el arzobispo de la Ciudad Condal, Lluís Martínez Sistach. Considerado hasta hace poco afín a las tesis del tripartito -hace tiempo llegó a mostrar en un pleno de la Conferencia Episcopal su malestar por la política informativa de la COPE frente a la Generalitat-, su silencio en la reunión del máximo órgano de Gobierno de la Iglesia en España en el que se decidió la renovación del contrato de Jiménez Losantos sentó muy mal en el Govern. No obstante, el tripartito está convencido que en aquel momento “le pudo el miedo escénico” y, por tanto, aún se le considera cercano a sus posicionamientos.

Los otros dos obispos catalanes en agenda son los de Girona, Carles Solé Perdigó, y el de la Seo de Urgell, Joan Enric Vives, aunque de este último temen que su condición de copríncipe de Andorra le impida manifestarse abiertamente. No obstante, el tripartito también quiere tocar a un quinto obispo, el que hasta hace un año fuera máximo responsable de la diócesis de Vic, Josep María Guix, ahora jubilado.

No se descarta tampoco pedir la colaboración de parroquias barcelonesas de peso dentro del cristianismo de base, como la de San Medir (en el barrio de Sants) y la de Santa María de Mar (en el barrio Gótico), así como el apoyo del colectivo Església Plural y de personajes laicos con influencia, como Jordi Porta, cabeza visible de la controvertida Omnium Cultural, organización que preconizó el lema Freedom for Catalunya durante los Juegos Olímpicos de 1992 y, más recientemente, la siglas CAT para las matrículas de los automóviles.

El tripartito también piensa utilizar como elemento de presión ante la Conferencia Episcopal las firmas recogidas en las últimas semanas contra la línea informativa de la COPE y Federico Jiménez Losantos desde diferentes foros de Internet. Una de ellas la inició el semanario El Triangle el pasado 15 de julio para hacer frente a “sus campañas contra la convivencia pacífica en Cataluña”. Otra, promovida por el weblogger Ricardo J. Royo-Villanova, asegura haber recibido más de 6.000 apoyos.

“Hay que poner freno al desmedido anticatalanismo de Jiménez Losantos”. Esa es la consigna que desde hace meses recorre los despachos de los principales dirigentes de los tres partidos que conforman el tripartito catalán, PSC, ERC e ICV.