Sólo Anson ‘nos’ sacó del sopor

La intervención de José Manuel Lara fue durante un desayuno informativo organizado por Fórum Nueva Economía. Precisamente ayer, coincidiendo con su presencia en Madrid, salía el nuevo diario gratuito de Planeta, ADN, y se daban a conocer los buenísimos resultados de Antena 3, televisión de la que es presidente. Así las cosas, el día para el empresario catalán no podía ser más propicio.

Al acto asistió una parte muy representativa de la cúpula del PP -Rajoy, Zaplana y Piqué-, aunque no pudieron sentarse juntos. También se encontraba allí Federico Trillo, pero no en la mesa principal como los anteriores. Del PSOE se pudo ver a José Bono y a Fernando Moraleda, y de CiU a Durán i Lleida.

El protocolo mandó en la mesa: a Rajoy y a Bono les tocó juntos, y en el lugar principal. Durante más o menos la primera mitad del encuentro se hicieron confidencias, hablaron ‘por lo bajines’ e incluso parecía que se estaban enseñando mensajitos del móvil. El número uno del PP no probó bocado, y el Ministro de Defensa sí que comió algo más.

Si bien es cierto que el ‘speech’ del presidente de Planeta fue algo soporífero, ¡tampoco era como para dormirse, señores Trillo y Zaplana! Cada uno en una mesa diferente, se les veía cerrar los ojos a ratos, y en el caso del ex Ministro de Defensa, incluso bostezar ampliamente. Eso sí, poniéndose la mano como mandan las normas de educación.

La verdad es que la cosa no se puso demasiado interesante hasta el final, en el turno de preguntas, cuando se habló de Anson y de sus maneras a la hora de romper relaciones con La Razón. A la pregunta de qué le pareció la carta del ahora presidente del Consejo Editorial de Intereconomía, lo primero que respondió Lara fue “sí, a mí también me llegó la misiva”, dejando entrever con bastante humor lo poco que le gustaron las formas y el hecho de que la carta fuese enviada a los medios de comunicación al mismo tiempo que a él mismo.

Secretitos en reunión...

Josep Antoni Durán i Lleida, por su parte, se dejó ver escribiendo algo en un papelito y después pidiéndole a una de las amables azafatas que se lo entregara a un individuo de nombre desconocido, que estaba sentado cinco sillas a su derecha. La azafata, sorprendida, lo entregó. El receptor lo leyó, buscó con la mirada a su interlocutor, se rió e inmediatamente comenzó a gesticular con la cabeza diciendo que no a algo. Los dos se reían, mientras Piqué y Rajoy, a ambos lados del representante de CiU, no se enteraban de qué iba el asunto.

El encuentro duró alrededor de una hora y media. Lara elogió la etapa de cambio que viven los medios, e incluso se lió a citar a Shopenhauer: “El cambio es la única cosa que nunca cambia”. Tuvo gracias, pero así, a primera hora y poco menos que en ayunas, casi nadie se las rió. José Manuel Lara fue definido por los organizadores del evento como un “emprendedor hasta las entretelas”, un hombre “inquieto, de estirpe editora” que tiene “la comunicación en el ADN”. Qué gracia, como el nombre de su nuevo periódico.

Para terminar, el empresario tuvo que responder a quienes tachan a sus concursos literarios de “estar amañados” y reflexionó sobre las malas consecuencias de convivencia entre los catalanes y el resto de los españoles que van a tener, a su juicio, las tediosas negociaciones del Estatut.