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Polanco nombra sucesor a su hijo Ignacio en un intento de evitar la guerra entre Cebrián y Javier Díez Polanco
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Polanco nombra sucesor a su hijo Ignacio en un intento de evitar la guerra entre Cebrián y Javier Díez Polanco

Jesús Polanco propuso ayer al Consejo de Prisa el nombramiento de su hijo Ignacio Polanco Moreno, 52 años, como vicepresidente, cargo de nueva creación cuya virtualidad

Foto: Polanco nombra sucesor a su hijo Ignacio en un intento de evitar la guerra entre Cebrián y Javier Díez Polanco
Polanco nombra sucesor a su hijo Ignacio en un intento de evitar la guerra entre Cebrián y Javier Díez Polanco

Jesús Polanco propuso ayer al Consejo de Prisa el nombramiento de su hijo Ignacio Polanco Moreno, 52 años, como vicepresidente, cargo de nueva creación cuya virtualidad consiste en nominarlo como futuro presidente del grupo en el momento en que desaparezca su padre. La reacción en Prisa a la información aparecida el miércoles en El Confidencial en torno a la salud del empresario, ha sido fulminante. Ante la imposibilidad de desmentirla, Polanco optó ayer por actuar con rapidez, procediendo al nombramiento más importante de la historia del grupo.

El magnate, de 77 años de edad, una de las grandes fortunas y quizá el español más influyente de las últimas décadas, padece desde hace meses un mieloma múltiple, un cáncer de médula ósea del que está siendo tratado actualmente con radioterapia en la clínica Ruber Internacional de Madrid. A la una de la tarde de ayer, el tycoon recibió la visita del banquero Emilio Botín en su domicilio, cercano al parque del Retiro madrileño.

Polanco explicó al Consejo que el nombramiento de su hijo “garantiza el futuro de la estabilidad patrimonial de la sociedad, representada por mi familia, y el apoyo continuado a la gestión del actual equipo profesional que encabeza el consejero delegado, Juan Luis Cebrián”. Ni la menor mención a la enfermedad que ha provocado el maremoto.

Ni la menor mención, tampoco, al sobrino Javier Díez Polanco, actual consejero delegado del grupo Sogecable y desde siempre enfrentado a Cebrián, un detalle ciertamente significativo. Una sociedad cotizada en Bolsa como Prisa, adopta así decisiones sucesorias de corte dinástico sin la menor consulta a los accionistas minoritarios.

“Proteger la estabilidad” significa poner al grupo de comunicación y entertainment más importante de España a resguardo del cruce de navajas que desde hace tiempo se adivina en Prisa entre los citados Juan Luis Cebrián y Javier Díez Polanco. Aunque el enfrentamiento es ya una realidad desde hace tiempo, el nombramiento de Ignacio Polanco como stopper puede garantizar al menos que las chispas no lleguen al exterior. ¿Por cuánto tiempo?

Es la incógnita que queda por despejar. Saber si Nacho Polanco será capaz de frenar las ambiciones de quienes han venido siendo considerados como delfines del editor. Desde hace tiempo ambos mantienen una guerra sorda por hacerse con el control en la sombra del Grupo. La rivalidad se ha trasladado también al terreno de lo personal: “Cebrián desprecia intelectualmente a Díez”, aseguran fuentes internas de Prisa.

Hasta ahora, el amo por antonomasia ha sabido mantener a la perfección el equilibrio de cuotas de poder entre los dos gallitos del corral de Prisa, y también entre sus respectivos seguidores. Para Cebrián, el mando sobre el diario El País y La Ser. Para Díez, el control sobre la televisión: La Cuatro y Digital Plus. La cuestión es saber si el sucesor será capaz de mantenerlos a raya, asegurando el equilibrio entre ambos, o si bien apostará por uno de ellos.

El pulso de Delkader con Jaime Polanco

Como en toda batalla que se precie, cada uno de los generales tiene su propio ejército: el de Cebrián lo dirige Augusto Delkader, consejero delegado de La Ser; el de Díez Polanco, su primo Jaime Polanco (sobrino, también, del generalísimo fundador del imperio), ex consejero delegado de Prisa Internacional y desde hace unos meses al frente de la dirección general de Estrategia y Desarrollo Corporativo del grupo. Delkader y Jaime mantienen, a su nivel, su propia lucha.

Jesús Polanco propuso ayer al Consejo de Prisa el nombramiento de su hijo Ignacio Polanco Moreno, 52 años, como vicepresidente, cargo de nueva creación cuya virtualidad consiste en nominarlo como futuro presidente del grupo en el momento en que desaparezca su padre. La reacción en Prisa a la información aparecida el miércoles en El Confidencial en torno a la salud del empresario, ha sido fulminante. Ante la imposibilidad de desmentirla, Polanco optó ayer por actuar con rapidez, procediendo al nombramiento más importante de la historia del grupo.