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Manu Leguineche, otro enterrado antes de muerto en Twitter
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ENORME DIFUSIÓN DE UNA NOTICIA FALSA EN LAS REDES SOCIALES

Manu Leguineche, otro enterrado antes de muerto en Twitter

Ya ocurrió con Marcelino Camacho hace unos meses y este viernes volvió a pasar con el periodista y escritor Manu Leguineche. Poco después de las 13:00h.

Foto: Manu Leguineche, otro enterrado antes de muerto en Twitter
Manu Leguineche, otro enterrado antes de muerto en Twitter

Ya ocurrió con Marcelino Camacho hace unos meses y este viernes volvió a pasar con el periodista y escritor Manu Leguineche. Poco después de las 13:00h. el diario El Norte de Castilla publicaba en un urgente su fallecimiento y la noticia enseguida asaltaba Twitter. En muy pocos minutos decenas de tuiteros se apresuraban a difundirla con mensajes de pésame. También lo hacían varios medios de comunicación que, dando más importancia a la inmediatez que al rigor, se hacían eco del fallecimiento sin esperar una confirmación.

Afortunadamente la noticia era falsa y a eso de las 13:30 en la red social se inauguraba ya la etiqueta #ManuLeguineche y se empezaba a desmentir. En menos de media hora decenas de personas habían tenido noticia de la muerte de una persona, la habían difundido, habían alabado su trabajo, habían desmentido la muerte, se habían alegrado por ello, habían dado la “bienvenida a la vida” a esa misma persona, y habían criticado la actuación de los medios.

Es decir, Twitter, con todas sus ventajas, ha convertido a los medios de comunicación en devoradores de actualidad que se fijan más en la hora de publicación, por aquello de ser los primeros, que en la veracidad de las informaciones. Fueron muchos los medios y los periodistas que se lanzaron a dar la noticia a través de Twitter.

Pedro J., por ejemplo, tuiteaba: “Ha muerto Manu Leguineche. El jefe de lo que él mismo llamaba "la Tribu". Uno de los mejores periodistas de la historia. Me descubro en su honor”, aunque minutos después, cuando ya se había desmentido la noticia del fallecimiento, rectificaba: “Sabéis que siempre que hay motivo pido disculpas. No es el caso. Yo no quería adelantarme, antes que el mío había cientos de Tuits, de medios y particulares, con la noticia, y ninguno citaba la fuente. En 140 caracteres es muy difícil, la maravilla de Twitter es que los errores se pueden corregir al instante. Además ahora consta lo mucho q queremos y admiramos a Manu”, tuiteaba el director de El Mundo.

Y no ha sido el único que ha pedido disculpas por las prisas. Tanto La Informacion.com como ABC.es, como muchos tuiteros a nivel personal, se han retractado cuando han sabido que la muerte era falsa. Y, tras las disculpas, amparadas la mayoría en el urgente que había publicado El Norte de Castilla, llegaron los reproches.

La enorme y rapidísima difusión en Twitter de un acontecimiento falso ha provocado una oleada de críticas (y autocríticas) a los medios de comunicación que ha llevado la etiqueta #Manuleguineche a ser Trending Topic (es decir, uno de los temas más populares en la red).

“Por querer dar primicias en las redes sociales no contrastamos muy bien la información. La próxima vez, más vale tardar 5 segundos más”, aseguraba una tuitera. “Manu Leguineche o lo que pasa cuando te cargas a los periodistas con agenda (capaces de contrastar la noticia con una llamada) porque cobran”, colgaba otra. “El periodismo de las prisas mata la información. Manu Leguineche es el nuevo caso. Vergüenza”, criticaba un tercero. “Después de ver lo ocurrido con #ManuLeguineche me pregunto qué se está haciendo del periodismo, hoy por hoy”, reflexionaba otro más.

Y así hasta llegar a decenas y decenas de tuits, que aún se siguen generando, cuestionando la actuación de unos medios de comunicación que se lanzan a la piscina casi antes de comprobar si tiene agua. Como decían y difundían muchos tuiteros, “una lección del buen periodismo del maestro Leguineche”.

Ya ocurrió con Marcelino Camacho hace unos meses y este viernes volvió a pasar con el periodista y escritor Manu Leguineche. Poco después de las 13:00h. el diario El Norte de Castilla publicaba en un urgente su fallecimiento y la noticia enseguida asaltaba Twitter. En muy pocos minutos decenas de tuiteros se apresuraban a difundirla con mensajes de pésame. También lo hacían varios medios de comunicación que, dando más importancia a la inmediatez que al rigor, se hacían eco del fallecimiento sin esperar una confirmación.

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