El Museo Málaga muestra las raíces del "diabólico" Picasso ceramista

El Museo Picasso de Málaga muestra desde en su nueva exposición temporal las milenarias raíces de la cultura mediterránea en las que se apoyó la producción de Pablo Picasso en el campo de la cerámica, con resultados tales que hicieron que fuera considerado "un diablo". "Los artesanos de Vallauris decían que Picasso era el diablo, por su conocimiento de la materia y porque aplicaba técnicas del grabado y trucos para conseguir resultados en la cerámica muy difíciles, que artesanos con cuarenta años de oficio no sabían obtener", explicó hoy en la presentación de la muestra Christine Ruiz-Picasso, nuera del artista malagueño.

A juicio de Christine, la selección de piezas, algunas ya expuestas en la exposición universal de Aichi (Japón), entre éstas once pertenecientes al Open Air Museum de Hakone (Japón) que nunca se habían mostrado en España, demuestra "cómo el genial Picasso conocía a los antiguos y decidió enfrentarse a esta materia".

La exposición temporal, que ha sido organizada junto a la Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales (SEEI) y será inaugurada esta tarde por el presidente andaluz, Manuel Chaves, tiene un gran significado afectivo para la nuera de Picasso, que conoció al artista en 1947 a través de su dedicación a la cerámica.

"Yo no era una artista, pero sí una artesana de la cerámica, que fue mi primera actividad en Antibes y con la que tuve el privilegio de conocer a Picasso y su obra", señaló.

Por su parte, Marilyn McCully, comisaria de la exposición junto a Michael Raeburn, subrayó que las piezas dan cuenta de la "conexión con la tradición mediterránea y el arte cerámico español" de Picasso, en cuya obra "no hay sólo referencias al Greco, Velázquez o Goya, sino también a la cerámica española y a temas del arte más antiguo".

Picasso comenzó a trabajar la cerámica en Vallauris tras la Segunda Guerra Mundial, con casi 70 años, y "le encantaba explorar las posibilidades de estas nuevas técnicas", según McCully.

"Cuando entrevisté a Francoise Gillot, me contó que Picasso tenía ideas que inmediatamente dibujaba en libros" para trasladarlas después a la cerámica, en la que solía utilizar formas tradicionales para manipularlas y "crear nuevas criaturas", explicó la comisaria.

La exposición de Málaga, instalada hasta el próximo 5 de febrero, está dividida en dos apartados, "La tradición mediterránea" y "El legado hispano-musulmán", y cuenta con un total de 92 piezas pertenecientes a veintitrés instituciones y colecciones, de las que 56 fueron creadas por Picasso y las restantes 36 son históricas, apuntó el director del Museo Picasso, Bernardo Laniado-Romero.

Entre las influencias históricas que se aprecian en la producción cerámica de Picasso figura frecuentemente el uso de los colores verde y morado sobre fondo blanco, procedentes de la tradición islámica y que el artista conseguía a través del uso de óxido de cobre y manganeso sobre esmalte estannífero, blanco y opaco.

La consejera andaluza de Cultura, Rosa Torres, subrayó que la muestra temporal, cuya apertura coincide con el segundo aniversario del Museo de Málaga, inaugurado por los Reyes el 27 de octubre de 2003, pone de relieve que la cerámica "no es un arte menor", sino "un acto creativo con toda la fuerza e intensidad de Picasso".