A buen entendedor

Los lectores de El Mundo y de la revista Leer le conocen. Erasmo publica sus “glosas de actualidad cabalgando sobre consideraciones morales” –en palabras del filósofo Eugenio Trías, autor del Prólogo– en un pequeño recuadro de la página de opinión. No todos saben quién está detrás de este seudónimo: José Luis Gutiérrez, un histórico del extinto Diario 16 y de nuestro periodismo. Y quizá menos aún saben que, según la Agencia Ibérica de Comunicación, Análisis e Información (IBECOM), Gutiérrez es uno de los periodistas más influyentes de la Transición, pero que además se ha hecho célebre por ser uno de los periodistas más acosados por los protagonistas del título de esta recopilación de ‘microcolumnas’: censores, inquisidores y maledicentes.

Como cuenta su biografía, Gutiérrez tuvo sus primeros roces con la censura ya durante el franquismo. Como director de la revista Gentleman acabó tanto frente al Tribunal de Orden Público como ante la justicia militar. Esto es, hasta cierto punto, comprensible: España estaba aún controlada por un dictador, y agonizante además. Lo más surrealista ocurrió después, cuando muerto el dictador aterrizó algo parecido a una democracia. Y toda democracia supone libertad de prensa y de expresión. O así debería ser, lo que no quiere decir que sea el caso de España. El medio que dirigía, Diario 16, comenzó a ser molesto para el nuevo gobierno socialista, lo que sentenció a uno de los grupos audiovisuales más importantes del último tercio del siglo XX, proceso que describe en su libro Días de papel –Ed. Leer, 2004–.

El acoso y derribo estaba en marcha, pero lo más esperpéntico estaba por llegar, del otro lado del estrecho. El ‘caso Hassan II’, que está narrado en En defensa propia –Ed. Leer, 2004–, le valió la aplicación de la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 –la de Fraga, ni más ni menos–, aún vigente, por extraño que pueda parecer. El caso montó un revuelo relativo: mucho fuera de España –World Press Freedom Committee (WPFC), International Press Institute (IPI), Reporteros sin Fronteras (RsF) ,Coordinating Commettee of Press Freedom Organizations (CCPFO), mostraron su apoyo a Gutiérrez– y muy poco dentro, pues habría supuesto un golpe muy duro a la credibilidad de nuestro sistema judicial –especialmente tras la resolución, favorable al periodista, del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

De todo este “territorio del fanatismo” surge Erasmo, como homenaje al gran pensador del Renacimiento que comparte con Gutiérrez la “condición de perseguido y justiciable” e inspirado en el recuadro ‘Au jour le jour’ de Robert Escarpit –1918–2000– en Le Monde. Erasmo esquiva la persecución, la intolerancia y el odio con latigazos de prosa, de apenas 400 matrices, que a buen entendedor bastan, aunque se les haya tachado de textos ininteligibles o elitistas. Es cierto que, en la presente recopilación, muchas veces cuesta interpretar debidamente su sentido. La primera microcolumna –Don Gil de las Zonas Verdes– se publicó el 15 de octubre de 1998, y la lejanía de los hechos pueden desorientar al lector. Pero, a poco que se preste atención, el texto mismo dará las pistas necesarias y, más allá del sentido inmediato podemos meramente disfrutar de estos “poemas en gestación cruzándose con reflexiones aforísticas” –Trías de nuevo– como literatura válida por si misma.

LO MEJOR: la potencia sugestiva fruto de la condensación.

LO PEOR: los hechos a veces quedan lejos del lector.

Con el permiso de este colega del vacío en el camino de la independencia del poder dejamos aquí un par de ejemplos :

Mario Reanuda su singladura política, tras asegurar que ir a prisión no es obstáculo para hacer carrera política y ser candidato electoral, E, a partir de ahora. Escribió Erasmo su ecuación (5–10–99), bien oiréis lo que decía. Si él es M, tenemos E=mc2, donde el cuadrado de C equivale a si no quieres cárcel, dos tazas. Oiga, pero eso es la Teoría de la Relatividad. Sí: presidio o política, todo es relativo (31.07.2002).

Auschwitz Apenas manadas de ballenas enigmáticas en su suicidio colectivo, agonizan varadas en los litorales. El reino animal desconoce tal espanto, inalcanzable para los vocabularios. Millones de seres son números, jabón, dientes de oro, cabellos como aislante de submarinos, cien, mil, millones de muertos: duchas de ácido. En el mundo de hoy la Bestia aún alienta: el hombre es un monstruo para el hombre (28.01.2005).