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Miró siempre estuvo en la tierra
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Miró siempre estuvo en la tierra

El Thyssen ha presentado una de sus exposiciones clave para el verano: Miró: Tierra. Hasta el 14 de septiembre se podrá ver en el museo esta

Foto: Miró siempre estuvo en la tierra
Miró siempre estuvo en la tierra

El Thyssen ha presentado una de sus exposiciones clave para el verano: Miró: Tierra. Hasta el 14 de septiembre se podrá ver en el museo esta retrospectiva dedicada al gran artista de vanguardia Joan Miró (1893-1983) gracias a cerca de 70 obras –no solo pinturas, sino también esculturas, collages o dibujos-, a través de las cuales asistimos a un recorrido clave por su obra a través de un punto de conexión insólito en la propuestas expositivas dedicadas al artista: la tierra.

Guillermo Solana, Restaurador Jefe de la institución, presentó la exposición acompañado de su comisario, Tomás Llorens, y el nieto del artista, Joan Punyet Miró. Recalcó que el Miró que presenta la muestra del Thyssen, “es un Miró total”. A lo que añadió que “estamos muy acostumbrados al Miró aéreo y musical, pero hay otro que nunca ha sido plasmado con la audacia y el sistematismo que se ha llevado aquí”. Agregó que es “un Miró diferente del que conocíamos. No tiene que ver con el que los idiotas han tildado de ‘decorador de cuartos infantiles’”

Thomas Llorens destacó que esta muestra tiene un precedente específico en la otra retrospectiva realizada en España, concretamente en el año 1993 en el Museo Reina Sofía y bajo el título Miró: Campo de estrellas. En esa muestra se “hacía un recorrido destacado por un aspecto predominante del arte de Miro: Las constelaciones, realizadas entre 1939 y 1941, pero faltaba mostrar de modo inteligible ese otro aspecto de la obra de Miró que durante las últimas décadas ha sido relegado por la historiografía”. Y ese otro aspecto es el que le liga más a la tierra, un elemento realmente unificador de sus creaciones. Así se muestra en el recorrido que ha dispuesto Llorens, en el que tienen gran importancia obras posteriores a la Segunda Guerra Mundial, periodo menos valorado del artista y en el que lo tridimensional adquiere gran importancia.

Mont-Roig, un ambiente rural privilegiado

Pero vayamos por partes. El primero de los capítulos temático-cronológicos se sitúa en Mont-Roig, un ambiente rural al que acude el joven pintor desde su Barcelona natal tras sufrir una depresión nerviosa. El tímido y retraído Joan encuentra en sus paisajes una inspiración que le hará volver allí a lo largo de su vida. En este primer apartado destaca la obra La masovera, un cuadro cedido por el centro Georges Pompidou de París en el que domina la presencia de una mujer representado el ciclo de la vida a través del trabajo cotidiano en el campo.

Dentro de Transparencias animadas se encuentran algunos de sus lienzos más famosos, dos de ellos prestados por el Guggenheim y el MOMA de Nueva York, Tierra labrada y Paisaje catalán (El cazador), ambas obras fundamentales de 1923-24. En este conjunto de obras lo terrestre pierde su concreción y se vuelve de algún modo transparente.

Con los Paisajes de origen el juego de la memoria y la búsqueda de lo esencial conducen al mito del génesis. En este apartado se recogen paisajes de gran formato realizados en 1927 como Paisaje (La liebre) o Paisaje con conejo y flor.

A partir de 1929 tiene lugar una ruptura total con el arte que se transmite en los cuatro apartados siguientes: Poliformismos, Figuras plutónicas, El retorno y Ciclos. En ellos el espectador de la muestra se encuentra con el Miró más matérico y más cercano al informalismo, así como al precursor de los movimientos de los 50 y 60 en Norteamérica. Dominan los trabajos con cartón, con tela de arpillera, con cobre, alquitrán o arena.

Es en estos años y hasta su muerte en 1983 cuando lo femenino y la sensualidad en su sentido más telúrico cobran fuerza en sus abstracciones, tremendamente inquietantes y enigmaticas. Son estas últimas obras el trabajo de un artista de vuelta del dadaismo, del surrealismo y otros ismos que conviven en el París que él conoce; de vuelta a su tierra, Mont-Roig, y el momento en que la plasmación de lo más conectado con la materia, la misma de la que, como en cierta película se recuerda, están hechos los sueños. Y es que lo onírico cruza de parte a parte esta muestra esencial de un artista no siempre comprendido. Todo un lujo

El Thyssen ha presentado una de sus exposiciones clave para el verano: Miró: Tierra. Hasta el 14 de septiembre se podrá ver en el museo esta retrospectiva dedicada al gran artista de vanguardia Joan Miró (1893-1983) gracias a cerca de 70 obras –no solo pinturas, sino también esculturas, collages o dibujos-, a través de las cuales asistimos a un recorrido clave por su obra a través de un punto de conexión insólito en la propuestas expositivas dedicadas al artista: la tierra.