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Segismundo animal, Calderón volatinero
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Segismundo animal, Calderón volatinero

Esta semana le toca el turno a don Pedro Calderón de la Barca, con dos estrenos, el drama filosófico La vida es sueño y el auto

Foto: Segismundo animal, Calderón volatinero
Segismundo animal, Calderón volatinero

Esta semana le toca el turno a don Pedro Calderón de la Barca, con dos estrenos, el drama filosófico La vida es sueño y el auto sacramental La devoción de la cruz, y, a final de semana, El pintor de su deshonra de la mano de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (Comprar entradas).

La versión de La vida es sueño de la Compañía Siglo de Oro, estrenada ayer, se significa aún antes de alzar el telón; mientras espera el comienzo de la representación, el público puede oír por megafonía vivas a Segismundo y a la libertad. Ya se sabe, desde ahí, que va a ser un héroe libertario y el clamor popular se extiende al público durante la representación, implicándolo. Lo que importa no es tanto la reflexión ideológica cuanto la acción de Segismundo quien, enfrentado a la disyuntiva sueño/vigilia opta por conquistar su libertad. El príncipe encadenado lo ha encarnado Fernando Cayo muy animal, brusco, bárbaro, "un compuesto de hombre y fiera" que pasa de una emoción extrema a otra de igual exceso, llevado por la misma bestialidad del personaje.

Sólo Chete Lera, aparte de Cayo, logra una actuación convincente, de monarca grave pero injusto, lo que no constituye sorpresa alguna. El resto del reparto, bastante regular; desconcierta algo más un Astolfo, príncipe moscovita, castizo y 'chulapón'. Cualquier reparto sufriría con algunos caprichos del director, Juan Carlos Pérez de la Fuente, que sobrecarga a los actores de expresividad corporal en una coreografía que no llega a danza, y llena la escena de artificios -¡ay!, esos soldados cruce de los imperiales de Spaceballs y los bomberos pirómanos de Fahrenheit 451- que lastran y encorsetan el desarrollo del espectáculo que se vuelve volatinero y estridente, en vez de enriquecerlo -algo que sí ocurre cuando, con acierto, hace dirigirse a los personajes al público, conviertiéndolo así en parte de la acción y testigo predilecto de ésta-.

Por fortuna, el verso calderoniano es lo bastante robusto como para aguantar tanto -¡si aguantó a Bieito!- y la representación, aunque no llega a enamorar, termina disfrutándose igualmente, con los reparos dichos.

La devoción de la cruz, auto freudiano

Del miércoles al viernes, en el Claustro del Colegio del Rey, Cámara Negra representará un auto sacramental calderoniano (Comprar entradas), desprovisto de lo sacramental. Su interpretación tiende a lo psicológico, con un juego entre Tótem (la cruz) y Tabú (el incesto) que parece irle bien a una obra que exhibe lo avanzado y complejo del pensamiento calderoniano, demostrando que es el dramaturgo más profundo de nuestro teatro clásico.

No es, sin embargo, el auto sacramental un género que hoy se represente con asiduidad. Su temática, como ocurre en esta versión, debe ser reinterpretada para tener una esperanza razonable de que el público responda. ¿Quién le pondrá el cascabel a este gato? El riesgo de Carlos Álvarez-Ossorio, director, por haber elegido este texto y no otro más complaciente merece ya, de inicio, un aplauso.

No sólo de teatro vive el hombre

También necesita alimentarse de otros productos culturales. A las 21 horas, en los Multicines Cisneros, se exhibe la película La joven de la perla, dirigida con languidez y falta de ritmo por Peter Webber. Esta película, basada en la novela homónima de Tracy Chevalier, tiene como principal baza la portentosa fotografía de Eduardo Serra y la pareja protagonista, Colin Firth y Scarlett Johansson.

Un poco antes, a las 18:30, los niños complutenses podrán acercarse a la Casa Natal de Cervantes donde Legolas Colectivo Escénico enseñará las 101 mejores poesías de la lengua castellana como debe ser, en acción, con música y baile a cargo de los propios niños de entre 6 y 12 años. La inscripción cuesta sólo dos euros.

Esta semana le toca el turno a don Pedro Calderón de la Barca, con dos estrenos, el drama filosófico La vida es sueño y el auto sacramental La devoción de la cruz, y, a final de semana, El pintor de su deshonra de la mano de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (Comprar entradas).