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"Si no dejas la compañía ahora, tú serás el próximo"
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LA INCREÍBLE HISTORIA DEL BOLSHOI

"Si no dejas la compañía ahora, tú serás el próximo"

Intriga, rivalidad, odio, cólera y tormento. Estos son solo algunos de los adjetivos utilizados por la prensa rusa para describir el último y más oscuro capítulo

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"Si no dejas la compañía ahora, tú serás el próximo"

Intriga, rivalidad, odio, cólera y tormento. Estos son solo algunos de los adjetivos utilizados por la prensa rusa para describir el último y más oscuro capítulo del histórico ballet moscovita de Bolshoi: un ataque con ácido tóxico al director artístico de la compañía, Serguéi Filin, que le ha desfigurado el rostro y lo podría dejar ciego. Lo más sorprendente es que a nadie le ha parecido extraño el suceso, pues las luchas internas en el ballet se remontan prácticamente a su fundación, en la época del zarismo. El propio Filin ya había sufrido diversos ataques indirectos desde que accedió al máximo cargo de la compañía, como el hackeo de su correo electrónico para suplantarle la identidad o el pinchazo de las cuatro ruedas de su coche en repetidas ocasiones.

La escalada de las rivalidades tóxicas en el ballet moscovita, una trama novelesca recurrente en la literatura rusa, ha adquirido tales dimensiones que el ministro de Cultura, Vladímir Medinski, tuvo que tomar cartas en el asunto prometiendo seguir personalmente la investigación del caso. “He hablado con él y lo más sorprendente es que no hemos tratado el tema de su ataque, sino de sus planes de futuro a nivel creativo”, explicó Medinski tras visitarlo en el hospital.Varios bailarines apartados de la compañía habían lanzado acusaciones públicas e insultos

El autor del ataque que roció con ácido sulfúrico a Filin cuando salía de su casa, todavía no ha sido identificado. Sin embargo, la hipótesis policial que más fuerza tiene en las investigaciones es que el autor del delito sea una persona del círculo profesional del bailarín que no comparte su rompedor estilo. La lucha de poder en el ballet Bolshoi, una marca de la casa, no ha dejado de saltar a los medios de comunicación espoleada por insultos públicos y críticas de bailarines descontentos hacia la dirección o, incluso, sus compañeros, aunque nunca antes se había reportado agresiones físicas de este calado. La legendaria bailarina Maya Plisetskaya, que trabajó durante casi cinco décadas en el ballet Bolshoi, centró su autobiografía en describir las peleas entre bastidores protagonizadas por sus excompañeros.

Clásicos frente a modernos, dos facciones eternamente enfrentadas

La realidad supera la ficción y, al lado de estos hechos, la sinopsis de la premiada película El cisne negro, una cinta de suspense psicológico dirigida en 2010 por Darren Aronofsky, se queda realmente corta. La gravedad del suceso ha animado a otros directores artísticos de ballet a hacer públicas las amenazas recibidas en los últimos meses. Este es el caso, por ejemplo, de Kirill Serebrennikov, un joven y extrafalario director de ópera en el Bolshoi, aunque es más conocido por su faceta como director de cine y teatro.El Bolshoi se transformó en un símbolo del poder soviético y aún existen resistencias hacia su modernización

“Si no deja el Teatro Gogol inmediatamente, usted será el próximo”, decía una amenazante mensaje de móvil que recibió el día de fin de año, tan solo unos días después de que su asistente personal fuese golpeado por un encapuchado a la salida de una función. Las amenazas no cesaron: “Feliz año nuevo… esta vez vamos a darle una buena paliza. Tenga cuidado”. Una persecución que dentro del mundo teatral se vincula con las intenciones de Aronofsky de modernizar una tradicional institución teatral anclada en los esquemas soviéticos. El Bolshoi también se transformó en un símbolo del poder soviético, donde Lenin y Stalin pronunciaron algunos de los discursos más importantes de aquel momento histórico.

Las rivalidades de este mundo se intensificaron en la era post-soviética. La exbailarina Anastasia Volochkova, nunca dudó en acusar al director general de la compañía, Anatoly Iksanov, como el culpable del deterioro de las relaciones profesionales. “Después de que me echasen denuncié el caso por despido improcedente. Fue entonces cuando excompañeros del ballet comenzaron a amenazarme, incluso con armas blancas, para que retirase la denuncia”.

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La portavoz del Bolshoi, katerina Novikova, ha tenido que salir al paso de las acusaciones y no le ha quedado más remedio que admitir la tensión interna que se vive en el teatro, aunque evitando las generalizaciones. “Contamos con 220 bailarines y un total de 3.000 trabajadores. Es normal que cuando se toma una determinada decisión haya personas que no estén de acuerdo. Que haya un loco que arroje ácido no quiere decir que todos lo puedan hacer”, explicó.El anterior director fue acusado de actuar como proxeneta de sus bailarinas

Otros de los escándalos más recientes del Bolshoi están relacionados con las presiones de la dirección para que sus bailarinas actuasen como chicas de compañía de adinerados hombres de negocios. En aquella ocasión se negaron tajantemente dichas acusaciones, al igual que con el caso Volochkova, pero dichas evidencias fueron respaldadas por el testimonio de alguna exbailarina. Además, el escándalo desembocó en la publicación anónima en internet de fotografías pornográficas de destacas bailarinas, que obligaron a dimitir de su cargo al anterior director, Gennady Yanin.

Una de las bailarinas apartadas de la compañía, tras enfrentarse personalmente al director que ha sufrido el ataque, ha querido disipar cualquier tipo de dudas afirmando que ella no tenía nada que ver en el asunto. Además agregó que seguramente se debía a un ataque asociado a problemas personales o financieros: “Este tipo de cosas siempre han sucedido”. Unas palabras que, en lugar de apartarla del caso, todavía han levantado más sospechas sobre ella. Así, tanto la asistente personal de Filin, como fuentes relacionadas con el teatro, insistieron en que el director no tenía problemas personales ni financieros. “El ataque se debe a problemas profesionales”, matizaron sus allegados. “Alguien quiere impedir que Seguéi lleve a cabo sus intenciones de modernizar la compañía”, criticó el suegro del agredido. La vieja guardia parece dispuesta a hacer todo lo posible para que el ballet siga moviéndose en los anquilosados esquemas de la etapa soviética.

Intriga, rivalidad, odio, cólera y tormento. Estos son solo algunos de los adjetivos utilizados por la prensa rusa para describir el último y más oscuro capítulo del histórico ballet moscovita de Bolshoi: un ataque con ácido tóxico al director artístico de la compañía, Serguéi Filin, que le ha desfigurado el rostro y lo podría dejar ciego. Lo más sorprendente es que a nadie le ha parecido extraño el suceso, pues las luchas internas en el ballet se remontan prácticamente a su fundación, en la época del zarismo. El propio Filin ya había sufrido diversos ataques indirectos desde que accedió al máximo cargo de la compañía, como el hackeo de su correo electrónico para suplantarle la identidad o el pinchazo de las cuatro ruedas de su coche en repetidas ocasiones.