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Atencia, Premio Reina Sofía de Poesía
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primera poeta española en recibirlo

Atencia, Premio Reina Sofía de Poesía

El Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana de 2014, convocado por la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional, es la poeta malagueña de 83 años María

Foto: María Victoria Atencia es la cuarta mujer en recibir el Premio Reina Sofía de Poesía 2014 (EFE)
María Victoria Atencia es la cuarta mujer en recibir el Premio Reina Sofía de Poesía 2014 (EFE)

El Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana de 2014, convocado por la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional, es la poeta malagueña de 83 años María Victoria Atencia. El galardón, que se concede desde el año 1992 y es considerado uno de los más importantes de cuantos se conceden en este género, está dotado de 42.000 euros y su objeto es premiar el conjunto de la obra poética de un autor vivo. Atencia releva al portugués Nuno Júdice, premiado en 2013, y se convierte en la cuarta mujer en recibir el reconocimiento.

El jurado del Premio asegura que la poetaha sabido "dialogar con la tradición" y la destaca por su "capacidad de convertir lo cotidiano en algo trascendente".Atencia se ha convertido en la primera poeta española que gana este galardón, que también han merecido otras tres mujeres: la cubana Fina García Marruz (2011), la peruana Blanca Varela (2007) y la portuguesa Sophía de Mello (2003).

La poeta cuenta con el Nacional de la Crítica y su trayectoria queda marcada por la publicación en ediciones restringidas y 15 años de silencio entre su primer poemario maduro, Arte y Parte (1961), a Marta & María (1978). Su obra es propia de un intimismo peculiar, muy templado, que oscila entre los recuerdos de la infancia y la visión onírica.

Desde su introspección reflexiva, a finales de los ochenta, viaja a la abstracción metafísica, una década después. Ha culminado su evolución con una etapa contemplativa mística

“Ya está todo en sazón. Me siento hecha,/ me conozco mujer y clavo al suelo/ profunda la raíz, y tiendo en vuelo/ la rama, cierta en ti, de su cosecha./ ¡Cómo crece la rama y qué derecha!/ Todo es hoy en mi tronco un solo anhelo/ de vivir y vivir: tender al cielo,/ erguida en vertical, como la flecha”, escribe en el poema Sazón, donde se revela su inspiración bíblica que ha amasado desde su obra juvenil.

La poeta Elena Medel cuenta a este periódico que la poesía de Aencia crea espacios: "Unos refugios, otros desasosegantes, siempre en sus poemas late una pregunta y laten, también, las piezas para la respuesta. Es una de esas poetas sabias que, sin embargo, se empeñan en continuar buscando, en avanzar. Hay en su poesía respeto por la propia poesía, una demora en la escritura lógica de quien sabe que la palabra exacta tiene un doble valor, y conciencia por ello de esta calma y de su papel vital. Y ha renovado la forma de decir y de mirar el día a día, otorgando un valor nuevo al lenguaje de lo cotidiano, y elevando este espacio -una vez más- al plano esencial del poema".

Atencia se refugia en su universo interior, bajo la intensidad de la declaración confesional: “Bajo mi cama estáis, conchas, algas, arenas:/ comienza vuestro frío donde acaban mis sábanas./ Rozaría una jábega con descolgar los brazos/ y su red tendería del palo de mesana/ de este lecho flotante entre ataúd y tina./ Cuando cierro los ojos se me cubren las escamas”, en Marta & María.

La poeta elena Medel dice de Atencia que ha renovado la forma de decir y de mirar el día a día, otorgando un valor nuevo al lenguaje de lo cotidiano

Desde su introspección reflexiva, a finales de los ochenta, viaja a la abstracción metafísica, una década después. Ha culminado su evolución con una etapa contemplativa mística: “Oh puerto mío, acógeme esta tarde,/ envuélveme un pañuelo de lana por los hombros/ o llévame en un cuarto de roble mar adentro”. Su prioridad es poner palabra al movimiento del alma ante la memoria, la muerte, el amor, la belleza.

Y el silencio y la ternura, y algún guiño costumbrista y taurino, como el poema dedicado al escritor Felipe Benítez Reyes, sobre el matador de toros Retrato de Frascuelo, en La intrusa (1992): “Montera sobre el muslo, pie pequeño, entrecejo/ poblado, el fogonazo del magnesio detiene/ en tu recuerdo al toro y en el sepia tu imagen,/ como tuvo la tarde tu capote en suspenso./ Yo te quito las medias de seda rosa, el luto/ rural de tu corbata, que en la cómoda cubren/ mi peina de carey, mi mantilla de blonda”.

Y, según una de sus grandes conocedoras, Clara Janés, hasta el humor, como el poema protagonizado por Drácula, El Conde D (en Los Sueños): “Cada noche te espero antes de acostarme,/ y cuando sobrevienes, agregada presencia/ a mi quehacer, pareja de topacios que rompe/ contra la piedra azul serena de los míos,/ dócilmente interrumpo mi sueño y, pues prefieres las sombras, me levanto y cierro las cortinas./ Ya puedes reclinar tu cabeza en mi hombro/ y aposentar tus dientes con su sed en mi aorta,/ boá de Transilvania que me cercase el cuello./ El mosto de la muerte con su empacho te alienta./ Me voy quedando fría en tanto que amanece/ y sorbes acremente mi paz a borbotones”.

El Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana de 2014, convocado por la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional, es la poeta malagueña de 83 años María Victoria Atencia. El galardón, que se concede desde el año 1992 y es considerado uno de los más importantes de cuantos se conceden en este género, está dotado de 42.000 euros y su objeto es premiar el conjunto de la obra poética de un autor vivo. Atencia releva al portugués Nuno Júdice, premiado en 2013, y se convierte en la cuarta mujer en recibir el reconocimiento.