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Los cementerios están muy vivos
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un repaso por sus curiosidades

Los cementerios están muy vivos

El libro 'Aquí yace... o no' cuenta las anécdotas e historias de los cementerios más sorprendentes y bonitos de España

Foto: Panteón de Tort i Martorell en el cementerio de Montjuic de Barcelona (CC)
Panteón de Tort i Martorell en el cementerio de Montjuic de Barcelona (CC)

Una de las visitas más habituales cuando uno viaja a París es el cementerio de Père Lachaise. Allí se encuentran los restos de Balzac, María Callas, Chopin, Claude Chabrol y otros muchos artistas, e incluso un monumento 'A la memoria de todos los españoles muertos por la libertad durante 1939-1945'. Pero no hay que acudir tan lejos para disfrutar del silencio y la tranquilidad de un buen cementerio. En España existen miles de ellos, cada uno con su historia, con su gente importante enterrada allí y con sus pequeñas curiosidades,

Los cementerios no son lugares muertos y tristes, sino llenos de vida, amor y arte. Esa es la idea que intentó trasladar en su libro Aquí yace o no (editorial Oberon), Marta Sanmamed.Un repaso por las mejores historias, anécdotas y tumbas de los camposantos españoles. Un lugar que reivindica y para el que inclusó creó una plataforma virtual 'Pervive', que desde su página web y las redes sociales hace que todos los aficionados al 'turismo de cementerios' compartan sus experiencias y recomienden nuevos lugares a los demás.

La visita a las lápidas famosas siempre ha existido, las dedicada a Rocío Jurado o Manoletesiempre están llena de flores, pero Aquí yace o no enseña otras tumbascuriosas dignas de ser observadas, como la de la matadora de toros, Juanita Cruz, en el Cementerio de la Almudena en Madrid, que viene acompañada del siguiente texto: "A pesar del daño que me hicieron en mi patria los responsables de la mediocridad del toreo en los años 1940-50, ¡brindo por España!", una referencia a la ley franquista que impidió que las mujeres pudieran ser toreras.

No todasson tan graciosas, también los hay inquietantes y apocalípticas. El libro destaca por encima de todas El beso de la muerte, en el cementerio del Pobleneu en Barcelona, una tumba presidida por una escultura que representa un esqueleto alado que besa la frente de un joven desmayado, agonizando sobre sus brazos. Una obra de Joan Fontbernat que representa el dolor de una familia al perder a su hijo.

Tumbas falsas

En los cementerios españoles también hay casos rocambolescos propios de una película. Como el del soldado William Martin, cuya tumba en el cementerio de la Soledad de Huelva debería poner mejor el nombre verdadero de la persona que se encuentra enterrada allí: Glyndwr Michael.

La confusión fue propiciada por un plan para engañar a Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Se pretendía hacer creer a los alemanes que los aliados no iban a invadir Sicilia, sino Grecia, y así recuperar Europa.

La idea era lanzar un cadáver desde un avión con documentación falsa. Le vistieron, le pusieron papeles y cartas de comandantes en la cartera, y crearon una identidad ficticia para la ocasión. Nombre: William Martin. Profesión: Miembro de la Armada Real Inglesa a punto de casarse (se encargaron de ponerle un anillo de compromiso).

El submarino británico Seraph dejó en 1943 el regalo en las aguas del estrecho. El cadáver apareció en la playa de Huelva y se le enterró en la Soledad con honores militares, inclusollegó una corona de su prometida. Hasta 1996 no se supo la identidad real(era un vagabundo irlandés) de este falso soldado que está enterrado en España.

Cementerios imprescindibles

Pero los cementerios no merecen ser recordados solo por sus anécdotas y curiosidades, sino que tienen queser visitados con tiempo y paciencia. Aquí yace... o no hace un repaso a aquellos que destacan por su belleza, sus esculturas o por las celebridades que allí descansan.

Desde clásicos como el de la Almudena o San Isidro en Madrid y Montjuïc en Barcelona hasta otros menos conocidos como el de Luarca en Asturias o el de San José en Granada. Todos ellos acompañados de una guía que indica al lector lo imprescindible, los tesoros escondidos en cada cementerio, los nombres famosos que albergay anécdotas de cada uno. Una especie de libro para aventureros para que nadie vuelva a decir que visitar un cementerio siempre tiene que ser lúgubre.

Una de las visitas más habituales cuando uno viaja a París es el cementerio de Père Lachaise. Allí se encuentran los restos de Balzac, María Callas, Chopin, Claude Chabrol y otros muchos artistas, e incluso un monumento 'A la memoria de todos los españoles muertos por la libertad durante 1939-1945'. Pero no hay que acudir tan lejos para disfrutar del silencio y la tranquilidad de un buen cementerio. En España existen miles de ellos, cada uno con su historia, con su gente importante enterrada allí y con sus pequeñas curiosidades,

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