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Se busca joven corpulento para asesinar a viejecita indefensa
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'diario de los asesinos', un periódico irreverente

Se busca joven corpulento para asesinar a viejecita indefensa

Un libro recoge los diez ejemplares que se publicaron en Francia de esta obra anónima que escribía odas a la guillotina y anuncios para encontrar a matones

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Sección de anuncios de un periódico. Al lado de una persona que vende su coche usado a precio de ganga se encuentra el siguiente breve: “Se busca joven corpulento para asesinar a viejecita”, ¿asusta, verdad? Pues ahora imagine una publicaciónen laque todos los anuncios fueran relacionados con crímenes y muertes: Bandas de estranguladores que buscan miembros, ricachones que quieren cometer un asesinato, ladrones que necesitan cómplices para su último robo…

Ahora vayamos un paso más allá. Piense en un periódico cuyo contenido fuera dedicado exclusivamente al arte de la muerte. Odas a la guillotina, noticias sobre proyectos para levantar monumentos en honor de asesinos o consejos para cometer atracos llenarían sus páginas. Parece imposible que exista un proyecto así en la actualidad, pero así era el Diario de los asesinos, un periódico publicado en Lyon en 1884 lleno de sátira y mala leche.

Un periódico salvaje, escrito siempre con pseudónimos que hacían referencia a míticos asesinos y que durante diez números escandalizó y divirtió al lector francés. Aunque nunca se supo con exactitud la identidad de sus creadores y autoressiempre se rumoreó que eran los mejores escritores satíricos de la época. De hecho desde sus escritos siempre presumían de estar inspirados por Victor Hugo o Balzac.

Ahora La felguera recupera en un libro todos sus números y los acompañan de ilustraciones de Mario Riviere, que sirven de pareja perfecta para contenidos tan delirantes como el ‘Manual del perfecto asesino’ o apoyos a la (ficticia) Sociedad en Apoyo al Acuchillamiento Francés. El diario de los asesinos se permitió hasta tener un propio himno, una parodia del famoso cántico francésllamado La Marsellesa de los asesinos que decía lo siguiente:

“Adelante, asesinos atropellados,
el día de la gloria ha llegado.
El sangriento estandarte de la guillotina
contra nosotros ya se ha levantado. (bis)
¿No oís bramar por los penales
a los bravos condenados a trabajos forzados?
Pues vienen de vengar con sus puñales
a nuestros queridos hijos y compadres.
¡A las armas, acuchilladores!
¡Desangremos a los nobles!
Adelante, adelante,
que una impura sangre
nuestros puñales empape”

Una muestra perfecta del espíritu de esta publicación, que terminó ‘suicidándose’, en un último número en el que afirmaban que se vivía una edad de oro del acuchillamiento, algo que no se alejaba mucho de la realidad. La Francia de finales del siglo XIX fue descrita porWalter Benjamin como la “época del infierno”. Tras vivir varios estallidos revolucionarios los franceses se familiarizaroncon la sangre, el horror, y el crimen. Tras la Comuna de París surgen nuevos delitos, como haber apoyado el movimiento, por lo que los fusilamientos y los asesinatos de comuneros estaban a la orden del día.

Se arrestaron aproximadamente a 40.000 personas. Otros muchos miles tuvieron que exiliarse. En esos años surge la figura de poetas asesinos, dandis criminales y bandidos ilustrados. “Toda una industria editorial tras la huella del crimen“, como se dice en el libro. En ese caldo de cultivo nace un periódico satírico que hoy no sería editado por ningún grupo empresarial.

Los nombres que firmaron estos diez números fueron los de ínfames criminales como Jean-Baptiste Troppman o Arnold Walder. Al primero se le conoció como La furia aniquiladora. Envenenó a su socio, con el que falsificó una gran suma de dinero, pero no contento con ello se cameló a su esposa y terminó descuartizándola, al igual que a sus cinco hijos. Uno de los casos con más repercusión en la Francia del siglo XIX.

De Walderno existía ni una foto que acreditara su aspecto, pero se hizo famoso por matar a su jefe y a su asistente, pero sobre todo por dedicarse a dejar mensajes en botellas que depositaba en el Sena donde anunciaba que prefería el suicidio a morir en la guillotina.

Figuras que asustaban a la gente, pero que también, de una forma extraña, captaban su atención, ya que rompían los estereotipos sobre los asesinos. Eran gente culta, preparada, que escribía y que hacía pensar que todo el mundo podía convertirse en uno.

Sección de anuncios de un periódico. Al lado de una persona que vende su coche usado a precio de ganga se encuentra el siguiente breve: “Se busca joven corpulento para asesinar a viejecita”, ¿asusta, verdad? Pues ahora imagine una publicaciónen laque todos los anuncios fueran relacionados con crímenes y muertes: Bandas de estranguladores que buscan miembros, ricachones que quieren cometer un asesinato, ladrones que necesitan cómplices para su último robo…

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