Colomo, del olvido a arrasar con 'La tribu': "El cine español puede ganar al americano"

El sábado por la mañana a Fernando Colomo le llegaba al móvil un mensaje de WhatsApp que le deshizo el nudo en el estómago que a cualquier director de cine le quita el hambre en la semana de un estreno: 'La tribu', su última película, había aguantado bien el envite de los 'blockbusters' norteamericanos en su primer día en cartelera. Suspiro de alivio para un director que tuvo que rodar su anterior película, 'Isla bonita' (2015), con los medios de un francotirador, sin apenas presupuesto, sin una distribución demasiado amplia, sin ayudas del Ministerio, prácticamente por amor al arte. Como consuelo: la nominación al Goya a Mejor actor revelación. El olvido de las productoras, pero no de los compañeros ni de los cinéfilos.

Él, que reunió a Klaus Kinski, Harvey Keitel, Fernando Rey y Miguel Bosé en la osada cinta de ciencia ficción 'El caballero del dragón' (1985) y que reivindicó el Madrid más castizo en 'La vida alegre' (1987) y 'Bajarse al moro' (1989), dos de los grandes éxitos de comedia española, recupera su lugar en primera línea del cine 'industrial' con un proyecto producido por MOD Producciones y Atresmedia Cine y distribuido por Twentieth Century Fox España, con un presupuesto de alrededor de 3,5 millones de euros y un reparto con dos de los actores más rentables de la pequeña y gran pantalla, Carmen Machi y Paco León, que vuelven a coincidir fuera de Esperanza Sur. Resultado: la película más vista del fin de semana —por delante de 'Tomb Raider', 'Gorrión rojo' y 'La forma del agua'—, con 169.895 espectadores, y 1,1 millones de euros de recaudación.

"La verdad es que todo el mundo había dicho que tenía muchas esperanzas puestas en la película, pero no pensaba yo que íbamos a salir tan fuertes, la verdad", reconoce un animado Colomo al otro lado del teléfono. "He ido mirando los tres días y ha sido bastante emocionante. Pensábamos que nunca íbamos a poder superar en espectadores a estas 'megapelículas' americanas que llegan con muchísima promoción. La verdad es que 'La tribu' ha tenido también buena promoción y eso demuestra que el cine español, cuando se le apoya y cuando sale en igualdad de condiciones respecto a otras películas gordísimas americanas, puede hacer lo mismo que ellas e incluso ganarles".

'La tribu' desmonta además el tópico —de tantas veces repetido, enquistado— de que al público español no le gusta su propio cine, al igual que antes lo han hecho 'Perfectos desconocidos', 'El cuaderno de Sara' o 'Sin rodeos'. Las primeras de la clase, incluso a pesar de la virgulilla. "Me alegra mucho porque también está aquello de que 'el cine español es muy malo y tal', que es algo que nos pasa solamente en España, porque el cine español tiene mucho prestigio fuera", continúa Colomo. "Aquí tenemos ese carácter siempre derrotista, de que lo nuestro es peor, de que no somos lo suficientemente buenos; un complejo de inferioridad que llevamos arrastrando históricamente y que lo tenemos todos".

El desprecio al cine propio es algo que nos pasa solamente en España, porque el cine español tiene mucho prestigio fuera

Colomo mira de reojo a 'Isla bonita', una de sus películas más queridas por lo límite del parto: un equipo de apenas seis personas y mucha improvisación. Colomo, a pesar de ser Colomo, no conseguía financiación y decidió echarse al monte, reconfirmarse como cineasta incluso al margen del engranaje. Recibió, en general, buenas críticas de quienes la pudieron ver, porque su exhibición en cines fue bastante reducida. "'Isla bonita' es una película que hice sin ningún tipo de apoyos y con poquísimo dinero para lanzarla. Sin ninguna campaña publicitaria. Fue ridícula la cantidad con la que salíamos, pero es que no teníamos otra opción. Lo que demuestra también es que ahora las películas dependen de quien las apoye. No es lo mismo tener una televisión detrás apostando, que además también es productora de la película, a salir sin nada. Estamos viendo que hay películas interesantes, como por ejemplo 'No sé decir adiós', de Lino Escalera, que me pareció una película buenísima, pero de la que la gente no se entera, porque no se pueden lanzar publicitariamente. Si no tienes una campaña de 'marketing'… nadie se entera".

La historia de 'La tribu', basada en hechos reales, le llegó a Colomo de la mano de Joaquín Oristell — su coguionista junto con Yolanda García Serrano—, profesor en la Pompeu Fabra y al que un alumno suyo de las clases de guion le hizo llegar un vídeo de 'Las mamis' de Badalona, un grupo de mujeres bailongas que en 2016 participaron en el concurso 'Got Talent'. "Nos sorprendió muchísimo, nos quedamos fascinados por cómo se movían, cómo gesticulaban, cómo llevaban el ritmo. Y como estábamos buscando historias, fuimos a conocerlas y justo después nos pusimos a escribir".

Nos llevó un año la primera escritura de guion, y luego esperamos otro año hasta que estaban disponibles los actores

Parte de la culpa de esta nueva oportunidad ha sido de Fernando Bovaira, productor con el que trabajó en películas como 'Al sur de Granada' y 'Los años bárbaros y que después de ver 'Isla Bonita' decidió apostar por el madrileño en una película más grande: "Le debió de gustar porque poco después me llamó y me dijo que quería producirme una película". "Nos llevó un año la primera escritura de guion, y luego esperamos otro año hasta que estaban disponibles los actores: primero fuimos a por Carmen Machi, que estaba muy clara en el guion, y luego nos decidimos por Paco León, pero tuvimos que esperar otro año por tema de fechas".

El éxito en taquilla de 'La tribu' confirma la buena salud de la comedia española, el principal revulsivo de la taquilla en los últimos años. "En realidad la comedia en el cine español, italiano e incluso el francés —aunque la francesa es más moderada— siempre ha sido muy importante. Pero últimamente en nuestro país hacía más dinero el 'thriller'. Llevábamos varios años en los que el 'thriller' estaba haciendo unas cantidades espectaculares, cosa muy sorprendente, porque a mí me parece más complicado o fuera de la tradición española un 'thriller' que una comedia".

Sin embargo, mientras los 'thrillers' y los dramas acaparan el reparto de 'cabezones' y de 'feroces' y de premios varios, la comedia se conforma con los números y el magnetismo para con el público. "Yo sé, por ejemplo, que 'La tribu' no va a tener ningún Goya. Lo tengo clarísimo, porque en cuanto te colocan la etiqueta de comedia y se dice que la película es muy divertida, ya parece que es como lo contrario a lo que buscan los premios. La palabra comedia siempre parece un poco despectiva, como de abaratar la película; puede haber comedias muy malas, pero también hay dramas muy malos".

Y ya si añadimos el adjetivo popular, no hay piedad. "Cuando una película cosecha además mucho éxito parece que la invalida de cara a la calidad. Es una cosa que ha pasado siempre. Lo que es muy popular parece que da la impresión de que se ha bajado el listón para atender a las masas. Comedia y premios parecen conceptos antitéticos. De hecho solo nos hemos llevado dos premios en un festival, pero era un festival de comedia". Colomo habla del Festival Internacional de Cine de Montecarlo, donde 'La tribu' ganó los galardones a Mejor película y Mejor actriz para Machi.

La nueva censura

Para un director que a finales de los ochenta hablaba de personajes que se ganaban la vida trapicheando con hachís, de enfermedades de transmisión sexual y de las filias eróticas de una pareja —en una parodia del cine de Bergman—, el estrecho escrutinio al que está sometida cualquier forma de expresión pública en los últimos años es un atraso en las libertades individuales que hay que lamentar. "Ahora mismo hemos hecho de la corrección política un arma muy peligrosa y hay una sensación de que cualquier cosa que digas se puede interpretar en otro sentido. Yo creo que sin querer [los creadores] nos estamos cortando mucho más. Fíjate: el otro día pusieron en la tele 'La mano negra', una película mía de los años 80 y me puse a verla. Y realmente me sorprendía porque había diálogos y secuencias en las que pensaba '¡Ahí va! ¡Con esto me van a poner a parir!'. Me pareció que tenía una audacia que ahora mismo no me atrevería a hacer".

"Se está limitando muchísimo la libertad de expresión y todo el mundo parece que se considera ofendido por cualquier cosa", prosigue. "Esto ya pasaba en las primeras series de televisión, que al tener una audiencia tan masiva, había gremios que se sentían afectados. Si escribías, por ejemplo, una serie de enfermeras tenías que ir con pies de plomo, porque se te podían echar encima. Ahora, además, con el tema de las redes enseguida todo se puede viralizar, y entonces hay más miedo. Desde luego, la libertad que teníamos en los ochenta ahora es impensable. Y eso influye en toda creación artística, que por definición tiene que ser bastante libre. Y lo peor es la autocensura. Ahí estamos perdiendo muchísimo. ¡Es que piensa en toda esta gente a la que quieren imputar por comentarios en redes y cosas así! Me parece una barbaridad".