La tumba de Tutankamón vuelve a brillar como hace 3.000 años
Se ha tardado más de una década en la restauración, casi el mismo tiempo que tardó Howard Carter en descubrir todo su esplendor cuando la descubrió en 1922
Colores restaurados, nuevas barreras y un sistema de ventilación para preservar una de las tumbas más famosas del mundo. Por fin, más de una década después de que comenzara su restauración, la tumba de Tutankamón luce de nuevo espléndida en el Valle de los Reyes de Egipto.
El Instituto de Conservación Getty y el Ministerio de Antigüedades de Egipto han llevado a cabo un proyecto tan colosal como necesario. El egiptólogo Zahi Hawass asegura, en un comunicado que recoge Live Science, que “la conservación y la preservación son importantes para el futuro y para que esta herencia y esta gran civilización vivan para siempre”.
Tutankamón vivió en el siglo XIV antes de Cristo. Se cree que nació en el año 1.341 A.C. y comenzó su reinado muy pronto, a los 9 años, por lo que se le conoce como ‘el niño rey’, aunque murió poco después. Sin embargo, su fama ha traspasado los umbrales de la historia gracias a Howard Carter, que descubrió su tumba en 1922 en perfecto estado.
Diez años de trabajo
La mayoría de las tumbas en el Valle de los Reyes habían sido saqueadas con anterioridad por los ladrones, por lo que el descubrimiento del lugar donde descansaba el niño rey concitó todas las miradas. El equipo de Howard Carter dedicó en los años 20 más de una década en poder sacar a la luz todo lo que había en la tumba y poco después se convirtió en un destino turístico mundial.
El problema es que con los turistas llegaron también el polvo, los cambios de humedad y de los niveles de dióxido de carbono que han amenazado el lugar. Por eso se decidió llevar a cabo una restauración muy necesaria, tanto para preservar los tesoros del pasado, como para asegurarse de que sobrevive a los turistas del futuro.
Durante las tareas de restauración se investigaron unas manchas marrones que habían aparecido en las paredes pintadas y que se temía que fueran hongos. Finalmente se descubrió que se trataba de microbios que no habían afectado a la tumba desde que Carter la abriera hace casi un siglo y que sigue conteniendo algunos de sus contenidos originales, como la propia momia de Tutankamón.
Colores restaurados, nuevas barreras y un sistema de ventilación para preservar una de las tumbas más famosas del mundo. Por fin, más de una década después de que comenzara su restauración, la tumba de Tutankamón luce de nuevo espléndida en el Valle de los Reyes de Egipto.