Gomas en forma de oreja y otros souvenirs "insensibles" de Van Gogh desatan la polémica

La Courtauld Gallery, que se encuentra en el palacio de Somerset House de la capital inglesa y alberga una de las mejores colecciones de arte del mundo, acoge hasta el próximo 8 de mayo la exposición 'Van Gogh. Autorretratos'.

Sin embargo, ha sido objeto de fuertes críticas en los últimos días por algunos de los artículos que se encuentran a la venta en su tienda física y ‘online’, entre los que destaca una goma de borrar con forma de oreja, en aparente referencia al hecho de que el pintor holandés se cortara dicha extremidad, y que estaba a la venta por seis libras (7,15 euros).

Hay que recordar que, tras el citado incidente, el pintor holandés pasó un año en el hospital psiquiátrico de Saint-Paul de Mausole en Saint-Remy (Francia) a consecuencia de los problemas salud mental que padeció toda su vida y por los que terminó suicidándose en 1890 a los 37 años.

Artículos "insensibles"

Esta misma semana, la galería envió un comunicado en el que reconoce que "se toma muy en serio la salud mental" y que "nunca fue nuestra intención presentar una actitud insensible o desdeñosa sobre este importante tema al vender estos artículos". Además, añadió que "a la luz de estas preocupaciones, los artículos ya no se venderán en nuestras tiendas".

Según el Mail on Sunday, otro de los souvenirs que también se vendían en la exhibición fue una pastilla de jabón de cinco libras (casi seis euros) que se promocionaba como el artículo ideal para "el artista torturado que disfruta de las burbujas esponjosas". Asimismo, un botiquín de primeros auxilios emocionales para "20 situaciones psicológicas clave" todavía está a la venta por 16 libras (18,10 euros).

La venta de estos artículos provocó una reacción crítica a favor de los problemas de salud mental

Estos "insensibles" artículos han provocado una reacción reprobatoria en lo que respecta a los problemas de salud mental "que todavía no se toman con especial seriedad", dijo Charles Thomson, cofundador del movimiento artístico Stuckist. "Este caso es un claro ejemplo de cinismo y comercialismo dentro del arte moderno", concluyó.