Es noticia
Gestación subrogada, ¿dónde está el debate?
  1. Cultura
MALA FAMA

Gestación subrogada, ¿dónde está el debate?

Es aterrador que estemos realmente dispuestos a discutir si una mujer puede vender bebés

Foto: Foto: EC Diseño.
Foto: EC Diseño.

Parece que habrá debate durante años sobre la gestación subrogada, es decir, sobre si una mujer puede concebir un niño por encargo y venderlo tras dar a luz. No puede. En España es ilegal y allí donde no es ilegal habría que enviar enseguida toneladas de cheques-bebé, y si no entran en razón, los tanques. Una tierra que permite que sus hijos estén a la venta sólo merece ser arrasada.

Todo en la gestación subrogada remueve las entrañas de la gente de bien, que somos más y además no nos la podemos permitir. Primero, estremece que haya legisladores en algún sitio (California, Nevada, Florida) que convinieran en su día en legalizar la compra-venta de neonatos; también, que haya personas capaces de pagar a una mujer por el privilegio de arrebatarle a su hijo al nacer; finalmente, que haya mujeres dispuestas a transitar el embarazo a sabiendas de que a su término le darán el niño a un desconocido.

Foto: Ana Obregón, en una de sus visitas a 'El hormiguero', en 2019. (Getty Images)

Legislar en contra del criterio mayoritario no siempre es incorrecto. Sin embargo, es llamativo que la mayoría de países no consienta la gestación subrogada, que la mayoría de Estados en Estados Unidos tampoco la permita y que un porcentaje elevadísimo de la población la considere indecente. Es llamativo porque la legislación favorable no guarda por tanto relación con valor progresista alguno, no protege a una minoría social aún desamparada, no repara un daño ni expande un derecho. La gestación subrogada sólo da holgura al imperio del capricho, casualmente detentado por las personas más ricas del mundo. Se permite vender niños porque a la gente que compra Ferraris, mansiones y bolsos de Hermès le ha apetecido de pronto comprar niños.

La gestación subrogada es el paraíso fiscal de la concepción. Un lugar donde puedes tener hijos sin pagar peajes naturales ni aranceles sociales. Encontrar pareja, ser fértil, que el embarazo llegue a buen puerto, salir corriendo al hospital, que el bebé nazca sano, que tu cuerpo pierda la línea y la firmeza... Todas estas exigencias y eventualidades quedan en suspenso si pagas a otra persona para que te fabrique un niño mientras tú tomas el sol en la piscina.

placeholder Kanye West y Kim Kardashian son padres de cinco hijos, dos de ellos concebidos por vientre de alquiler. (Reuters)
Kanye West y Kim Kardashian son padres de cinco hijos, dos de ellos concebidos por vientre de alquiler. (Reuters)

No conozco a nadie dispuesto a tener un hijo por gestación subrogada. Esto ya indica la cantidad de millonarios con los que me relaciono. Quiero entender a estos millonarios, sin embargo, a los que encargan bebés en California. Si revisamos la lista de famosos que han registrado bebés de otros como hijos suyos, no hallamos un patrón claro. Hay parejas, mujeres solas, hombres solos, heterosexuales y homosexuales, gente de cualquier edad y gente que ya ha tenido sus propios hijos. Este abanico de compradores sólo se asemeja en dos cosas: disponen de más de cien mil euros para gastar en abducir un bebé y creen que nada les impide hacerlo, ni la ley, ni la ética. Lo que les caracteriza en definitiva es el delirio del dinero.

Como saben, cuando alguien es muy rico y no puede hacer algo, le da mucha rabia. ¿Para qué quiero tanto dinero entonces, si yo también muero de cáncer, si yo también puedo quedarme sin descendencia? Para lo del cáncer del magnate aún no se ha descubierto una cura específica, exclusiva para él; pero para su deseo de ser padre o madre sin dependencias ni servidumbres biológicas, sí. Con la gestación subrogada, robar bebés ha pasado de moda, que además cuando te pillaban tenías que devolverlos. Mejor esto, la adopción pre-venta.

Foto: Hemiciclo del Congreso de los Diputados. (EFE/J.J. Guillén)

El truco para legalizar a estos niños en España es el mismo que empleaba Jesús Gil y Gil para construir edificios sin licencia. Primero los construía, y luego, con el mazacote plantado en medio de la ciudad, decía: ¿qué, lo vais a tirar, cuando lo fácil es firmar un papel? Primero se hace al niño y luego (¿qué, lo vais a matar?), no queda otra que firmar un papel. Es impresionante, la política de hechos consumados.

Desde la izquierda se condena la gestación subrogada de la forma más conveniente para que prospere y se imponga. Al aferrarse al argumento de que la mujer gestante es siempre pobre, vienen a decir que una gestación altruista sí resultaría válida. O una gestación subrogada por parte de una mujer rica. O una segunda gestación subrogada por la misma mujer que, habiéndolo hecho ya una vez, ha dejado de ser pobre. Este argumento de la mujer pobre es claramente perdedor.

placeholder Miguel Bosé es padre de cuatro hijos por vientre de alquiler. (Efe)
Miguel Bosé es padre de cuatro hijos por vientre de alquiler. (Efe)

Sólo hay un argumento contra la gestación subrogada o altruista, amigos: está mal.

Todos sabemos que está mal, pero es muy difícil explicar por qué.

Yo llevo tres días enteros sin parar de pensarlo.

He pensado qué significa ser padre, ser madre, traer un niño al mundo. Qué une a la pareja tradicional que procrea, a la madre soltera, a la mujer que recurre a inseminación artificial...

Y me he respondido esto: el miedo. Lo que caracteriza la paternidad es el miedo.

Hay ilusión, belleza, amor, pero lo que recuerdo verdaderamente íntimo de ser padre es el miedo.

Se tiene miedo a ser padre (a ser madre) como sólo se tiene miedo a la muerte

Se tiene miedo a ser padre (a ser madre) como sólo se tiene miedo a la muerte. No hay nada en el mundo con esa fuerza transcendental: crear vida y morir.

El cúmulo de temores de la paternidad/maternidad funciona así: miedo a dejar embarazada/quedarse embarazada; miedo a dar el paso de ser padres; miedo a no poder ser padres; miedo a perder el feto al mes, miedo a perderlo a los dos meses, miedo a perderlo a los tres meses; miedo a que muera en el parto; miedo a que nazca con daños irreversibles; miedo a no saber dar de mamar, cambiar un pañal o cuidarlo.

Miedo a que le pase cualquier cosa el resto de su vida.

Este miedo tiene un aura propia, no es como temer ser despedido de tu trabajo o abandonado por tu pareja o asustarse por un ruido nocturno. Esa aura propia (téngalo muy claro) es la sacralidad. El miedo del que hablo no es otra cosa que la repercusión en nosotros de lo sagrado. La vida es lo sagrado. Los procesos que generan vida son lo sagrado. Tener hijos es jugar con fuego, crear destino, participar de un poder divino. Esa persona no existía en ninguna aparte y ahora debe vivir, porque tú te has empeñado. Olvídense de la religión (aunque en este debate la Iglesia maneja un argumento mucho más sólido que la izquierda), hablamos de una sacralidad natural y universal, del “hombre es cosa sagrada para el hombre”, que decía Séneca.

Hablamos de traer una nueva vida al mundo, nada menos.

Por eso “está mal”, y lo sabemos estomacalmente, que una mujer geste por dinero o altruísmo, y está mal que alguien vaya a quedarse ese niño ajeno. Ninguno de los dos conoce el miedo, es decir, ninguno está respetando la sacralidad de la vida humana. La gestación interpuesta desacraliza la vida humana, pues dice: la vida es poca cosa, sólo 120.000 euros.

Parece que habrá debate durante años sobre la gestación subrogada, es decir, sobre si una mujer puede concebir un niño por encargo y venderlo tras dar a luz. No puede. En España es ilegal y allí donde no es ilegal habría que enviar enseguida toneladas de cheques-bebé, y si no entran en razón, los tanques. Una tierra que permite que sus hijos estén a la venta sólo merece ser arrasada.

Gestación subrogada
El redactor recomienda