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Rafael Cadenas, el poeta rojo venezolano: "Es urgente defender la democracia"
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Rafael Cadenas, el poeta rojo venezolano: "Es urgente defender la democracia"

El poeta, que a sus 93 años ha viajado a España a recoger el Cervantes 2022, ofreció un discurso político en el que alertó de peligros como la democracia 'fake', los nacionalismos y el declive del lenguaje

Foto: Rafael Cadenas al recoger el Cervantes 2022. (EFE/Pool/Ballesteros)
Rafael Cadenas al recoger el Cervantes 2022. (EFE/Pool/Ballesteros)

A sus 93 años recién cumplidos, el poeta venezolano Rafael Cadenas (Barquisimeto, 1930) recogió esta mañana el premio Cervantes a manos del rey Felipe VI en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Un día soleado, caluroso, más propio de tierras caribeñas que de españolas para ser el mes de abril. Cadenas, sin embargo, llevaba la españolidad puesta encima: “Estoy lleno de España”, dijo nada más abrir su discurso de aceptación del galardón. Un acto al que, por otra parte, acudieron los Reyes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pero no así Pedro Sánchez, quien dejó los honores institucionales al ministro de Cultura, Miquel Iceta, pese a que el propio Cadenas se refirió al presidente del Gobierno nada más comenzar su conferencia.

El poeta, militante de izquierdas desde su juventud (llegó a ser desterrado por el dictador Marcos Pérez Jiménez en 1954), autor de poemas universales como Derrota, subió las escaleras acompañado de su hija Paula y, emocionado, se lanzó a un discurso en el que tocó numerosos temas y dejó su aguijón en todos ellos. Tirón de orejas a todo aquel que quiera darse por aludido (y no son pocos). Empezó por la inmigración —su mujer desciende de emigrantes canarios—, manifestando que “hoy la desventura es inmensa aunque no a causa de guerra alguna”.

No acudió Sánchez, quien delegó en el ministro de Cultura, Miquel Iceta, aunque Cadenas sí le citó nada más comenzar su discurso

De Venezuela abordó el paisaje de su infancia y primeros años de juventud cuando confesó que no había sido un buen estudiante, pero tuvo la suerte de acudir a la Universidad Central, una época de esplendor para él. Un breve apunte al presente: “Pese a no estar bien desde hace años, sigue siendo plural, una que sea para adoctrinamiento deja de ser universidad”. Por ahí se abrió un camino en el que, a través de la obra cervantina, formuló su idea sobre el nacionalismo: no es bueno. Citó al filósofo Karl Jaspers, de quien recordó que tenía dos temores, uno al totalitarismo y otro a la bomba. “En este tiempo, aquel avanza y este ha crecido. Resulta paradójico, por cierto, el que las naciones más civilizadas se encuentren entre las principales fabricantes de armas. Se trata de una industria muy próspera”. Y, para quien desee leer entre líneas (y no tanto), ahí está todo bastante claro.

Sobre el nacionalismo: “Nacionalismos, ideologías y credos dividen a los seres humanos, pero, en este tiempo, el mundo, gracias al desarrollo de la comunicación, debería ser cosmopolita; ya en cierto modo lo es, pero a ello se oponen los factores que he mencionado, sobre todo el nacionalismo, que según Einstein es el sarampión de la humanidad”, afirmó. En este deseo de cosmopolitismo, citó —también dijo que le gustan las citas— a Séneca, a Goethe, a Derrida, como grandes cosmopolitas. Su pesar: “Existe un ego nacional que no admitiría semejante cambio”. Los nacionalistas pueden darse por aludidos también.

Contra lo fake

Y no dejó de transitar por el terreno de la política y del lenguaje, muy ligados entre sí como bien sabía George Orwell y sacó Cadenas a colación. Del escritor británico, el venezolano recordó su frase: “El actual caos político guarda relación con la decadencia del lenguaje y… podríamos conseguir alguna mejora si empezáramos por lo verbal”. Y tal expresión le llevó a la crítica de lo fake, la ilusión, lo no real, que es lo que parece dominar hoy nuestros días.

"Nacionalismos, ideologías y credos dividen a los seres humanos, pero, en este tiempo, el mundo, debería ser cosmopolita"

“Todo debería examinarse, verse, trocar la ilusión por lo real”, recalcó. ¿Y qué institución debería ser más propicia a ello? La democracia. “Es urgente defenderla de todo lo que la acecha, y para ello se requiere recrearla. Esa tarea le incumbe a la educación, que la ha descuidado. Se necesita, en los países donde existe, una pedagogía que la robustezca; en otros, que no la han conocido, es vano tratar de introducirla. Los demócratas deben pedir a voces su renovación”.

¿Y cómo? Cadenas tiene su receta: “Volverse transparente, dar primacía a lo social aboliendo la pobreza, apoyar la cultura”. “Esto no es ningún sueño, sino un trabajo de todos, hacedero solo con plena libertad”.

Por último, el poeta se aferró a esta cuestión: la libertad. Hubo recuerdo para su amigo y también premio Cervantes, el nicaragüense Sergio Ramírez, “a quien admiro, con mi deseo de que pueda volver a su país”. Cerró con las palabras cervantinas del Quijote expresando su deseo: “La libertad, Sancho, es uno de los preciosos dones que a los hombres dieron los cielos”. Es lo que el poeta ha defendido toda su vida (y en su obra).

"Un gran poeta moderno"

El rey Felipe VI cerró el acto haciendo un recorrido por la obra de Cadenas, pero también acentuó su vida y su destierro por su militancia en la izquierda en los 50, de donde surgieron libros como La isla y Los cuadernos del destierro.

“La obra de Rafael Cadenas es la de un gran poeta moderno. La de alguien que no quiere 'estilo sino honradez', una valiosísima ambición. Un propósito magnífico, admirable”, manifestó el Rey, quien recordó también que ha sido el primer venezolano en ganar el Cervantes. No era para menos según describió su poesía: “De imágenes, o más bien percepciones, intuiciones, está hecha su poesía; una obra cuya densidad, valor y trascendencia enriquece la lengua, nutre la tradición y renueva nuestra literatura”, señaló el Rey.

A sus 93 años recién cumplidos, el poeta venezolano Rafael Cadenas (Barquisimeto, 1930) recogió esta mañana el premio Cervantes a manos del rey Felipe VI en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Un día soleado, caluroso, más propio de tierras caribeñas que de españolas para ser el mes de abril. Cadenas, sin embargo, llevaba la españolidad puesta encima: “Estoy lleno de España”, dijo nada más abrir su discurso de aceptación del galardón. Un acto al que, por otra parte, acudieron los Reyes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pero no así Pedro Sánchez, quien dejó los honores institucionales al ministro de Cultura, Miquel Iceta, pese a que el propio Cadenas se refirió al presidente del Gobierno nada más comenzar su conferencia.

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