La gran sorpresa literaria de 2023 es esta novela histórica sobre Lucrecia de Médici
Después de 'Hamnet', Maggie O' Farrell lo ha vuelto a hacer, y con 'El retrato de casada' se convierte en una de las más vendidas en España. Y, además, es una estupenda novela
En el Monasterio del Corpus Domini de Ferrara, al norte de Italia, las monjas clarisas velan los restos de parte de la potente familia renacentista Este desde hace 600 años. En el cementerio, también se encuentran las tumbas de dos mujeres que solo pertenecieron a esta estirpe por vía matrimonial. Una es la de la archiconocida Lucrecia Borgia, sobre la que se han escrito novelas, óperas, películas y hasta un videojuego, y que había estado casada con Alfonso I de Este. La otra, más pequeña, es la de otra Lucrecia que apenas se conoce. Fue una Médici —otra gran familia italiana—, hija de Cosme I, sí, pero murió con apenas 16 años tras un año de matrimonio con Alfonso II de Este en 1561 y a día hoy no se sabe si fue una tuberculosis o un posible envenenamiento. Al menos ya tiene su novela,
La propia O’Farrell ha contado cómo las monjas del monasterio se sorprendieron cuando la escritora acudió allí para documentarse sobre la joven Médici. “¿No está buscando a Lucrecia Borgia?”, le dijeron. Es a quien buscan todos los turistas que pasan por Ferrara, la ciudad que fuera en el siglo XVI un pujante centro de poder. No, la escritora buscaba la sepultura de la adolescente, que fue casada con 15 años, virgen y aún una niña, para dar descendencia a toda costa a los Este. No lo conseguiría, pero Alfonso, su marido, se casó después otras dos veces y tampoco tuvo hijos.
Esta triste historia, la de una niña sensible —dibujaba, leía— arrancada de su familia, casada y muerta a los 16, es la que aparece en Retrato de casada, una novela que, como ocurre con todas las de O’Farrell, se lee de un tirón. Engancha y seduce. La escritora rellena aquellos huecos de una biografía de la que solo se saben pinceladas. Y, otra vez, como ha ocurrido con sus otras novelas —hasta seis tiene ya traducidas al español, más sus memorias—, crea a un personaje enorme.
“Es una escritora muy inteligente, muy humana y con una capacidad de penetración enorme en los personajes con solo dos pinceladas”, cuenta a El Confidencial su traductora al español, Concha Cardeñoso, que también está detrás de
O’Farrell recrea escenas tensas con gran profundidad, pero no se regodea en el dolor. “Simplemente, te cuenta. En ese sentido, es sencilla, fácil de leer, pero sin ser novelas facilonas”, manifiesta Cardeñoso. Esa es una de las claves de esta escritora y lo que cada vez es más complicado de encontrar: una novela que enganche, que cuente una historia y que, al mismo tiempo, no trate al lector como a un niño de primaria.
Estar en el momento preciso
Nacida en 1972, O’Farrell comenzó a publicar en el año 2000, aunque sus novelas no llegaron al mercado español hasta 2009. Fue Salamandra su primer sello en España, al publicar
La gran repercusión llegó con
“Es que en esta novela muestra una maravillosa capacidad de imaginar, además de estar muy documentada”, señala Cardeñoso. La escritora se adentra en la vida de Mary Shakespeare, aquí llamada Agnes, y a la que rehabilita tras haber sido denostada por la historia. De la mujer del bardo quedó en los escritos que le había pescado como una buscona cualquiera, ya que era ocho años mayor que él. Y que había sido más un obstáculo para el dramaturgo que un apoyo o una cómplice. O’Farrell decide poner todo el peso de la novela en ella y no llamar nunca al escritor por su nombre, sino “el marido”, “el tutor” o “el amante”. “Es decir, como muchas veces han sido tratadas las compañeras de un escritor en la historia. Eso es un acierto de la novela”, admite la traductora.
Maggie O'Farrell fue publicada en España por primera vez en 2009, pero no acababa de cuajar. Su gran éxito llegó con 'Hamnet', en 2021
Lucrecia de Médici no es una mujer, sino una niña a la que el lector conoce desde antes de su nacimiento. O’Farrell cuenta cómo fue concebida por Cosme de Médici, el gran aristócrata y mecenas italiano, y Leonor Álvarez de Toledo, la aristócrata española hija del virrey de Nápoles (que a su vez tuvieron otros 10 hijos y por eso la llamaban la Fecundissima). A Lucrecia la vemos crecer y se nos muestra como una niña soñadora, amante de los animales, de la lectura y de la pintura. También cómo, por eso mismo, es una niña marginada por sus hermanos y a la que pocos conocen, ni siquiera su madre. Y podemos sentir su terror cuando es entregada a Alfonso de Este, de 24 años, un viejo para quien apenas ha cumplido los 16 y no ha salido del cuarto de los niños. Y también vemos cómo se rebela.
La 'britanidad'
Pese a ser esta novela una historia de aristócratas italianos del Renacimiento —por ahí pululan también las luchas religiosas del catolicismo y el protestantismo y atisbamos sus palazzi y castelli—, O’Farrell no deja de desplegar su britanidad literaria. “Sí, es 100% británica. Eso se ve en cómo se comportan los personajes femeninos, sus reacciones o los paisajes, en los que siempre hay mucho campo, no hay grandes montañas, los personajes aman el sol cuando sale, pero también aprecian la lluvia”, relata Cardeñoso.
Nunca es fácil desentrañar cuál es el secreto del éxito de un autor. Lo que es evidente es que a O’Farrell, aunque de forma algo tardía, le ha llegado en España, donde se ha alzado en el top de ventas. Las historias de familias, aunque las cuente una británica, nos gustan demasiado.
En el Monasterio del Corpus Domini de Ferrara, al norte de Italia, las monjas clarisas velan los restos de parte de la potente familia renacentista Este desde hace 600 años. En el cementerio, también se encuentran las tumbas de dos mujeres que solo pertenecieron a esta estirpe por vía matrimonial. Una es la de la archiconocida Lucrecia Borgia, sobre la que se han escrito novelas, óperas, películas y hasta un videojuego, y que había estado casada con Alfonso I de Este. La otra, más pequeña, es la de otra Lucrecia que apenas se conoce. Fue una Médici —otra gran familia italiana—, hija de Cosme I, sí, pero murió con apenas 16 años tras un año de matrimonio con Alfonso II de Este en 1561 y a día hoy no se sabe si fue una tuberculosis o un posible envenenamiento. Al menos ya tiene su novela,
- Almodóvar desata la locura en Cannes con su western gay Marta Medina. Cannes
- Chelsea Hotel: la catedral neoyorquina de la contracultura ahora es un hotel para pijos Irene Hernández. Nueva York
- Lo que España es, lo que no fue y lo que nos gusta creer: manual de pesimismo de Ortega y Gasset Julio Martín Alarcón