¿Qué autora escribió en España la primera novela negra? Pistas: fue en 1911 y era gallega
El relato se titula 'La gota de sangre' y es obra de una importante escritora e intelectual nacida en 1851, que tocó todos los géneros literarios, aristócrata y profundamente feminista
Ambientada en el Madrid de la alta sociedad de principios del siglo XX, tiene como protagonista a Ignacio Selva, un tipo aristocrático aquejado de profundo aburrimiento vital. Pensando que quizás la medicina tenga algún remedio para sus males, acude a la consulta de un médico, el doctor Luz. Y éste, sin dudarlo, le receta emociones: “Explore almas. No hay vida humana sin misterio”.
Selva se verá obligado poco después a seguir la prescripción facultativa y a dejar de lado su atonía: tendrá que convertirse en detective aficionado para probar su propia inocencia, tras ser acusado de asesinato, y hacer pesquisas entre su propio círculo de amistades.
Investigación actual
“La investigación del asesinato sigue las etapas y requisitos que aún podemos encontrar en las novelas negras actuales: las indagaciones de las cuentas bancarias de la víctima, las prevenciones de cara a la prensa, las mentiras al sospechoso para hacerlo caer y, sobre todo, el tono que emplea el narrador (detective aficionado), lleno de ironía, de distanciamiento, de un humor displicente, que entronca con los héroes característicos de la época dorada del género”, asegura la escritora Alicia Giménez Bartlett, considerada la reina del thriller en español, en el prólogo de la nueva edición de La gota de sangre que acaba de sacar la editorial Siruela.
La autora de La gota de sangre es una de las más importantes novelistas del siglo XIX europeo, extraordinariamente popular y traducida en vida a numerosas lenguas. Una mujer culta, intelectual, de familia noble y adinerada y convencida feminista: Emilia Pardo Bazán.
A lo largo de su vida, Pardo Bazán se acercó a la mayoría de géneros literarios. Fue novelista, periodista, ensayista, crítica literaria, poeta, dramaturga, traductora… “Estaba muy al tanto de las corrientes literarias europeas y le interesaba mucho la literatura que llegaba a la gente”, nos cuenta la historiadora Isabel Burdiel, autora de la gran biografía
Además, después de su último ciclo novelístico, doña Emilia no tenía ganas de embarcarse en novelas largas. “Y a eso se añade que era una mujer que se imponía retos constantes. Pardo Bazán hizo suya la máxima de Gabriele D'Annunzio de renovarse o morir. Como era admiradora del género popular, del folletín, y le interesaba ser leída y llegar al lector haciendo algo serio, decidió escribir una novela negra”, explica Isabel Burdiel. “Pardo Bazán nunca ocultó que le interesaban la fama y el dinero. La idea de que los escritores no debían ocuparse de vender y de ganar dinero le parecía hipócrita”, añade.
El resultado es
Pero La gota de sangre es mucho más que el relato de un crimen. Esconde también una crítica a la sociedad burguesa y ociosa del Madrid de aquella época y una exploración de la psicología de los personajes. Y no sólo eso: también incluye reflexiones morales sobre la justicia, sobre si la resolución de un crimen pasa necesariamente por la detención del culpable. Ignacio Selva, el detective de La gota de sangre, no es un personaje intachable y amante de la ley, sino que también la transgrede.
“Todo cuadra y, a su modo, la justicia resplandece. Pero se trata de una justicia muy particular, que viene dictada por las convicciones del protagonista y por un cierto orden sociológico y moral que escapa bastante de lo riguroso”, señala Alicia Giménez Bartlett en su prólogo.
Pero La gota de sangre no es la única incursión de Pardo Bazán en el relato de detectives. “Lo último que queda de ella es una novela a medio terminar llamada Selva y que, como La gota de sangre, está protagonizada por el mismo detective aristócrata”, desvela Isabel Burdiel.