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Unamuno se hace detective andante (y resuelve un crimen en la España vaciada de 1905)
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Unamuno se hace detective andante (y resuelve un crimen en la España vaciada de 1905)

Luis García Jambrina publica 'El primer caso de Unamuno', una novela en la que el intelectual investiga un asesinato con las privatizaciones agrarias como telón de fondo

Foto: Miguel de Unamuno, en el centro, en una imagen de 1933. (Getty/ullstein bild)
Miguel de Unamuno, en el centro, en una imagen de 1933. (Getty/ullstein bild)

Unamuno fue muchas cosas en sus 72 años de vida: intelectual, filósofo, novelista, articulista, ensayista, dramaturgo, poeta, rector de la universidad de Salamanca, profesor, diputado de las Cortes constituyentes de la Segunda República, polemista… Y ahora se convierte en detective de la mano de Luis García Jambrina.

Otoño de 1905: la privatización de las tierras agrarias y la concentración de grandes parcelas en pocas manos para crear grandes dehesas de cría de ganado obligan a muchos campesinos a emigrar. Es el caso de los vecinos de la localidad salmantina de Boada, quienes llegan a enviar una carta al presidente de Argentina en la que manifiestan su deseo de emigrar en bloque a ese país.

Ramiro de Maeztu da a conocer la noticia a través de un artículo en el que carga contra los vecinos de la localidad, a los que acusa de cobardes y antipatriotas. Eso indigna a Miguel de Unamuno, quien responde con otro artículo en el que se pone del lado de los lugareños y contra los terratenientes y las autoridades, a las que culpa de haber dejado a los vecinos sin recursos ni forma alguna de ganarse la vida. Se desata a partir de ahí una encendida polémica nacional, en España no se habla de otra cosa.

Fue ahí, a principios del siglo XX, cuando comenzó a gestarse la despoblación del campo español, la España vaciada. Unamuno no solo vio venir el problema, sino que se enfrentó a él. De hecho, según varios estudiosos de Unamuno, es muy probable que fuera su implicación en las campañas agrarias lo que en 1914 le costó ser cesado por primera vez como rector de la Universidad de Salamanca.

placeholder Portada de 'El primer caso de Unamuno', de Luis García Jambrina.
Portada de 'El primer caso de Unamuno', de Luis García Jambrina.

Ese es el punto de partida, absolutamente real, de El primer caso de Unamuno (Anagrama), la nueva y brillante novela de Luis García Jambrina (Zamora, 1960). El escritor y profesor de Literatura Española en la Universidad de Salamanca, quien en el pasado ya convirtió a Fernando de Rojas en detective, se lanza ahora a hacer lo propio con Unamuno. El resultado es un libro vibrante en el que el intelectual más representativo de la generación del 98 tiene que resolver un crimen en Boada inspirado también en hechos reales: el que tuvo lugar en Mantilla de los Caños del Río, un pueblo cercano, cuando un capataz fue asesinado a puñaladas a manos de todos los vecinos del pueblo.

A partir de ahí, Jambrina echa a volar la ficción y convierte a Unamuno en un detective andante (porque tiene mucho de quijotesco) que se lanza a investigar ese asesinato. Pero el contexto social y el trasfondo histórico de la novela son verídicos, así como el retrato que en ella se hace de Unamuno. “Fue un personaje complejo, inclasificable, con muchas facetas. He intentado que mucho del Unamuno real esté en mi novela”, asegura Jambrina, quien también retrata al escritor en su vida cotidiana: con su mujer, sus hijos, dando clases, paseando, meditando… “Ese Unamuno quiero creer que está muy cerca del real”, afirma el escritor, quien ya publicó en 2021 junto a Manuel Menchón el ensayo La doble muerte de Unamuno, donde aventuraban que el intelectual pudo haber sido asesinado por un falangista.

El Unamuno detective creado por Jambrina tiene, por supuesto, su ayudante: el abogado Manuel Rivera, un personaje a medio camino entre el Watson de Sherlock Holmes y el Sancho Panza del Quijote. La novela cuenta asimismo con un personaje femenino, el de Teresa Maragall, una joven anarquista que causa una profunda impresión en Unamuno y le hace entender que los sentimientos, la imaginación y la intuición son tan importantes como la razón. Unamuno comienza en la novela de Jambrina siendo profundamente racionalista (como lo fue en una época de su vida) para luego darse cuenta de que también es necesario dar cabida a los sentimientos. “Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento”, decía.

placeholder El escritor Luis García Jambrina. (Concha Borrego)
El escritor Luis García Jambrina. (Concha Borrego)

El personaje de Teresa es pura ficción, aunque Unamuno escribió un libro titulado Teresa que tiene como trasfondo una historia de amor romántico. Una historia que para algunos se inspira en los inicios del noviazgo de Unamuno con doña Concha, su mujer; que otros consideran que bebe del amor entre Antonio Machado y Leonor, y que hay quien opina que podría reflejar los sentimientos del escritor hacia una maestra a la que veía por las mañanas cuando cada uno iba a sus clases. “Para Unamuno el amor era cotidianidad y dolor compartido, pero seguro que en algún momento de su vida sintió pasión amorosa”, señala Jambrina.

El título de la novela, El primer caso de Unamuno, ya anticipa que estamos ante una saga, como lo fue la que Jambina construyó en torno a Fernando de Rojas, el autor de La Celestina, convertido en pesquisidor. El novelista ya tiene en mente otros cuatro libros protagonizados por el detective Unamuno, centrados siempre en casos con una base real, relacionados con el contexto histórico y biográfico del intelectual y situados en diferentes épocas; la I Guerra Mundial, la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República y la Guerra Civil.

¿Qué pensaría Unamuno si resucitara y se viera convertido en detective? “Quiero creer que le resultaría sugerente. Sin duda, habría cosas de mi novela contra las que arremetería. Pero Unamuno se fue construyendo a sí mismo, creó su propio personaje, un personaje inseparable de su obra. No tenía duda de que los personajes tenían más vida que sus propios autores, que don Quijote o Hamlet eran más inmortales que Cervantes o Shakespeare. Mi novela puede contribuir a que el personaje de Unamuno siga presente en la memoria de la gente, puede ayudar a la pervivencia de ese personaje. Y eso creo que le agradaría”, en palabras de Jambrina.

Unamuno fue muchas cosas en sus 72 años de vida: intelectual, filósofo, novelista, articulista, ensayista, dramaturgo, poeta, rector de la universidad de Salamanca, profesor, diputado de las Cortes constituyentes de la Segunda República, polemista… Y ahora se convierte en detective de la mano de Luis García Jambrina.

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