Tu hijo quiere este libro de fantasía (para especular con él)

Tu hijo es fan de la literatura fantástica y además está especulando con ello. Vayamos al principio: la novela fantástica Alas de hierro, de la estadounidense Rebecca Yarros, es la segunda parte de la saga Empíreo, un fenómeno juvenil que, según su propia premisa, cuenta la historia de Violet Sorrengail, una joven que asiste al "Colegio de Guerra Basgiath", donde los jóvenes se convierten en jinetes de dragón (Amazon ha sido avispada y ya ha adquirido los derechos para una futura serie).

A primera vista, es un fenómeno más entre adolescentes como ya lo fueron Los juegos del hambre, Divergente o (por supuesto), Harry Potter. Sin embargo, está copando los titulares desde hace unas semanas por otros motivos: el caos en las librerías, la falta de ejemplares y —esto es más sorprendente— la especulación.

Los ejemplares que faltan en concreto provienen de una edición especial de esta segunda entrega cuya particularidad es que el borde de las páginas viene coloreado en rojo, con dibujos de dragones. Ya hubo una primera edición especial del primer libro (Alas de sangre) con las mismas características, aunque en esa ocasión el borde coloreado era negro. El contenido de la novela, por supuesto, no varía entre la edición "normal" y la "especial", pero los seres humanos somos así y nos gustan las cosas exclusivas. La diferencia entre un amante de la literatura fantástica millennial y uno centennial está en las redes sociales: la generación zeta puede comprar varios ejemplares de los libros y especular con ellos fácilmente en Wallapop (lo que ha sucedido). En el otro extremo del espectro, también puede acudir a su librería de confianza, comprobar que no tiene un ejemplar y expresar su malestar en TikTok (lo que también ha sucedido).

En las librerías pequeñas, donde se agotaron rápido existencias, la gente compró muchos ejemplares para volver a venderlos o, directamente, no llegaron todos los números prometidos (algo que no ha sucedido en grandes corporaciones como Fnac o el Corte Inglés) ha reinado el caos.

"Si solo llegan 30 ejemplares y la gente se los lleva de siete en siete... no es porque vaya a leerlos sino porque quiere especular con ellos"

Nos atienden desde la mítica librería Akira Cómics, en Madrid, y nos cuentan que a ellos solo les han llegado 30 libros de los 100 que había prometido la editorial Planeta y que el problema que han tenido las librerías pequeñas es la falta de ejemplares: "Si solo llegan 30 ejemplares y la gente se los lleva de siete en siete... no es porque vaya a leerlos sino porque quiere especular con ellos. Entonces los lectores que por algún motivo quieren la edición especial no la van a tener. Por eso nosotros solo vendimos un ejemplar por cliente, para evitar esas cosas al menos por nuestra parte. Siempre lo hacemos con estas acciones de tirada limitada de cómic y libros. Cuando en 2019 Salva Espín nos vendió su cómic sobre La Resistencia aquello fue similar en cuanto a la locura de la demanda de ejemplares".

"Nosotros nos cubrimos las espaldas siempre", relatan desde la librería Gigamesh en Barcelona, especializada en literatura fantástica. "Lógicamente pusimos menos ejemplares en la página web de los que nos dijeron que nos iban a llegar —siempre lo hacemos por lo que pueda pasar— y, en ese sentido, no tuvimos muchos problemas. Somos, entre comillas, una librería grande pero no somos Amazon, así que el contacto con el cliente es más especializado. Está claro que, independientemente de la edición, el libro es bueno y tiene algo que engancha, y por eso la gente lo está comprando".

Con solo echar un vistazo en Wallapop se observa claramente la 'especulación' que tanto ha llamado la atención en medios y redes. Aunque en Twitter y TikTok la gente exageraba un poco (llegando a decir que se estaban vendiendo ejemplares únicos por más de 100 euros), lo cierto es que los precios se encuentran comprendidos entre los 30 y los 70 euros aproximadamente, lo que no significa que no haya alguna excepción particularmente optimista que sobrepase los dos números, buscando algún incauto desesperado. En librerías tanto la edición normal como la especial cuestan 23,90.

Desde la Editorial Planeta nos cuentan qué ha sucedido con los ejemplares: "La primera edición con el taco tintado en rojo era limitada y estaba claro que no habría para todos. Es algo excepcional porque queríamos poner a disposición de los lectores un libro muy especial, de la misma manera que hicimos con Alas de sangre y que fue muy bien acogida. Lo que puedo decir es que los ejemplares de la edición especial de Alas de hierro suponían el 50% de la tirada inicial, lo que es una cifra relevante. El tema es que en los últimos meses el fenómeno ha crecido tantísimo y tan deprisa que lleva seis millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y por ello parte de los lectores no han podido recibir esta primera edición y algunos libreros no han recibido tantos ejemplares como esperaban".

"Aunque siempre intentamos hacer una distribución proporcional para garantizar las oportunidades máximas de venta, esta preventa triplicó la del primer libro, es que ni nosotros mismos llegamos a la velocidad del fenómeno que crece muchísimo y muy deprisa. Con un éxito así es normal que se produzcan desajustes. Las redes sociales siempre acaban amplificando todo esto, también hay que quedarse con que los jóvenes están leyendo mucho, con intensidad y que es un fenómeno que ha crecido muy deprisa, ¡es que en España la primera novela salió en noviembre! El éxito se han consolidado en menos de cuatro meses", explican.

¿Qué hay detrás del fenómeno?

Planeta apunta que el éxito de la novela viene dado por muchas vertientes, desde los dragones (que no se veían desde Eragon), que son muy relevantes en la historia y tienen sus propias leyes, hasta el hecho de que la protagonista no sea el típico personaje "fuerte" al que estamos acostumbrados, sino que comparte enfermedad con la propia autora: el síndrome de Ehlers-Danlos, una enfermedad crónica de las articulaciones. "De primeras es una protagonista 'debilucha' que tiene que superar pruebas mortales para convertirse en lo que ella no quería ser. Eso se une a un colegio en guerra con intrigas políticas, que era algo que echábamos de menos".

Julio San Román Cazorla es profesor de Literatura en la Universidad Complutense de Madrid y escritor, y conoce bastante bien el fenómeno: "Se lleva mucho la romantasy, que es básicamente la novela romántica de siempre pero en un entorno de magia. Hace un tiempo se llevaban las hadas, y la típica historia de moda podía ser una mortal que la secuestraba el rey de las hadas... ahora se da la circunstancia de que están de moda los dragones. Por eso, Alas de sangre a nivel editorial es un bombazo, porque te trae todo lo de Juego de Tronos con los dragones, pero dirigido a un público juvenil porque tiene la parte de romance... y luego también es muy atrevida. Hace años, cuando salieron Los Juegos del hambre, Divergente y demás pues había triángulos amorosos pero ahora le añaden sexo, por lo que puede llegar a un público de mayor edad".

"También es una novela llena de clichés. Se ve muy bien dónde se inspira la autora (por no decir que directamente copia). Hubo por ahí una crítica que decía que era un poco como si la protagonista de Los juegos del hambre se metiese en Hogwarts, mezclado con Cómo entrenar a tu dragón. A nivel literario pues igual deja que desear, pero a nivel editorial es un bombazo. Es muy cómoda para los jóvenes que empiezan a leer este tipo de literatura, porque tiene ritmo y cuando no, pues te meten sexo", se ríe. "Además no tienes que hacer un esfuerzo muy grande porque todo te es familiar y ya has leído cosas parecidas".

"'Harry Potter' fue una saga en la que la autora innovaba mucho, mientras que 'Alas de sangre' se dedica a reciclar. A nivel estilístico es bastante simplón"

Para San Román estas novelas cumplen una función y son sencillas —lo que no quiere decir que todas las de género fantástico lo sean—: "Dostoievski escribía para trascender. El género romántico es para que te encante cuando lo lees y dentro de seis meses no te acuerdes, es como el folletín. Veremos si dentro de dos años alguien se acuerda de Alas de sangre. A nivel de fantasía hay lectores de todo tipo, alguna literatura de este estilo aspira a más y otra es puro consumismo, lo que tiene una vinculación directa con las ediciones especiales que al final son libros muy bonitos que se publicitan mucho por redes sociales. De nuevo, insisto, no es que la novela sea buena en sí misma pero sí se ve que hay detrás una campaña de marketing masiva que potencia que la gente se pegue por las ediciones, que se hable de ella en redes sociales... como anécdota curiosa, estando en la Casa del Libro vi a varias personas que andaban buscando la edición especial y si no estaba, no se compraban el libro. Eso te hace plantearte qué valor real se le da a la historia más allá de que la edición sea bonita. Se ha desatado mucha locura pero sobre todo por una campaña de marketing masiva".

Solo el tiempo dirá si este fenómeno será comparable a otros, como el caso de Harry Potter. Por su parte, San Román lo duda: "Antes no había redes sociales y Harry Potter funcionó muy bien por el boca a boca. Además es una saga en la que la autora innovaba mucho y se esforzaba por sacar buenas cosas, mientras que Alas de sangre se dedica a reciclar. A nivel estilístico es bastante simplón. Yo no diría que vaya a tener el mismo mérito que Harry Potter porque este creció con una generación, mientras que la primera parte de esta novela salió en primavera del año pasado y ya ha salido la segunda entrega. Veremos cuánto tiempo funciona antes de que el fenómeno se desinfle".