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Así se eligen los musicales que ves en la Gran Vía madrileña
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Así se eligen los musicales que ves en la Gran Vía madrileña

Esta calle de Madrid se ilumina con anuncios de musicales de Broadway que han triunfado en otros países. Detrás hay un análisis de mercado exhaustivo y grandes inversiones

Foto: Escena de 'El rey León' en Madrid. (EFE/Mariscal)
Escena de 'El rey León' en Madrid. (EFE/Mariscal)

"Cuando interpreté el papel de Anastasia llevaba una vida prácticamente monacal porque cantaba mucho y estaba dos horas en escena. Esta vida es muy exigente, usamos la danza, el canto y la interpretación y hay que estar en una forma física adecuada para aguantar ocho veces a la semana", la que habla es la actriz Jana Gómez, que actualmente interpreta a Jasmine en la producción musical de Aladdin que se encuentra en la Gran Vía de Madrid. Es uno de los tantos musicales que componen la oferta de lo que podríamos llamar "el Broadway español".

Stage Entertaiment es la empresa encargada de traer la mayoría de las producciones musicales que conforman la céntrica calle de la capital, llena de letreros luminosos y coloridos, anunciando nombres. Lo más probable es que el lector piense en El Rey León cuando evoca un musical exitoso, pero este es solo uno más de tantos, pues la multinacional (surgida en Holanda) lleva 25 años exportando producciones que han sido un éxito en otros países. Mamma Mía, Cats, Los Miserables o El fantasma de la Ópera son solo algunos de los nombres que han pasado a lo largo de estos años por los diferentes teatros de la Gran Vía.

"Hacemos una investigación de mercado exhaustiva", cuenta a este medio Yolanda Pérez Abejón, directora general de Stage Entertainment. "También se lleva a cabo un análisis con clientes y valoramos muchas cosas antes de decidir qué musical vamos a producir. Aunque un musical lo pete en Broadway o en el West End de Londres no significa necesariamente que también vaya a funcionar aquí porque el público español es distinto. Aquí lo que gustan son los musicales alegres, con mucho colorido, por eso hay que hacer mucho análisis de mercado, porque la inversión es enorme".

"Aquí a veces llegan algunas adaptaciones sin músicos, escenografías cutres con el fin de abaratar costes... eso en otros países no pasa"

Los creadores, directores y escritores de musicales suelen concebir sus obras con la idea de exportarlas a otros países y en distintos idiomas, y después del análisis de mercado correspondiente, Stage Entertaiment se encarga de contratar un adaptador para las canciones, así como a dramaturgos para que hagan adaptaciones del texto que está, normalmente, en inglés. "En general, los musicales los producimos para que estén en cartelera un año o dos", explica Pérez Abejón. "El Rey León es excepcional porque sigue estando lleno y, por tanto, como sigue funcionando, pues se queda". (De hecho, eso de que la gente de provincias suele visitar la capital para ir a ver El Rey León se ha convertido en una broma frecuente en redes sociales).

¿Y producciones al estilo Malinche? "Malinche es una producción propia de la empresa de Nacho Cano, que solo existe en España, la diferencia sería entre producciones propias o de licenciantes como puede ser Disney. Propias tenemos, como Tina o Anastasia, desarrolladas por Stage. La diferencia está en que somos una empresa internacional y lo hacemos entre todos, por así decirlo, al no ser local hay gente involucrada de diferentes países".

placeholder Una imagen de la cartelera en Broadway. (Neilson Barnard/Getty Images)
Una imagen de la cartelera en Broadway. (Neilson Barnard/Getty Images)

En cifras, pueden acudir 10.000 personas a ver dicha producción todas las semanas, mientras que Aladdin (la otra obra musical que se encuentra actualmente en cartelera) la visitan unas 8.000. Aunque hayamos hablado del 'Broadway español', a día de hoy no jugamos en la misma liga que la mítica calle neoyorquina, por supuesto, pues según sus propias estadísticas en la temporada 2022-2023 tuvo una asistencia de 12 millones de personas, pero tampoco las condiciones son las mismas: tan solo en esa temporada, en Nueva York se estrenaron 44 producciones diferentes.

Aunque no vamos nada mal para establecernos terceros en el podio de países con mayor oferta musical. Pese a que no dan cifras, Stage Entertaiment sí señala en un estudio realizado (anterior a la pandemia) que el 21% de los turistas españoles que visita Madrid lo hace para ver un musical. En la temporada 2023-2024 se estrenaron Cantando bajo la lluvia (tras su paso por el Apolo de Barcelona), Tina, Charlie y la fábrica de chocolate (dio el salto al West End bajo la dirección de Sam Mendes), Malinche, Bailo bailo (musical basado en las obras de la fallecida Raffaella Carrà) Matilda, La historia interminable, El fantasma de la ópera (que ya se había podido ver en nuestro país en el pasado), y Los chicos del coro. Todo eso sin contar las producciones que se encuentran de gira por el resto de la geografía española. Menos Malinche y Bailo, bailo, todas las demás son producciones internacionales que contribuyen a llamar la atención de los turistas extranjeros.

"A nivel del público sí hay cultura y la gente entiende", cuenta Pérez Abejón. "Pero a nivel de productoras es diferente. En Broadway el West End hay un nivel de calidad uniforme, entonces sabes que siempre vas a ver algo bueno, con una orquesta con músicos y actores de primera. Aquí a veces llegan algunas adaptaciones sin músicos, o con músicos de aquella manera, escenografías cutres con el fin de abaratar costes... eso en otros países no pasa".

Cada semana acuden 10.000 personas a ver 'El Rey León': "En España lo que gustan son los musicales alegres, con mucho colorido"

No significa, sin embargo, que los procesos de audiciones no sean tan complicados como en cualquier otro país con una cultura de musicales superior. "Son cortos en periodo de tiempo, pero muy intensos", cuenta Gómez. "Suele haber como tres o cuatro fases. La primera es la más fácil, normalmente te piden una canción libre y luego un par de escenas, y conforme vas pasando fases haces pruebas con distintos compañeros para ver la química que tienes con ellos, si encajan los perfiles, etcétera, con la idea de que todo el elenco funcione. Se va intensificando todo un poco y una vez acabas la fase final puedes pasarte fácilmente un mes o mes y medio esperando hasta que te dicen si te han cogido. En España las audiciones suelen ponerse en las páginas web públicas de teatro musical, así que puede acceder todo el mundo. Se presenta mucha gente, pero lo bueno que tiene es que no hay que ir por agente como en Estados Unidos, que todo el rollo es más privado".

La pandemia y la industria

La industria de los musicales fue una de las más afectadas durante la pandemia del coronavirus, a nivel global. En Nueva York, el inicio de temporada se retrasó diez semanas debido al covid y se produjeron muchas cancelaciones relacionadas con el virus. En un comunicado de prensa, una productora del West End, Eleanor Lloyd, declaro que: "La industria del teatro de Londres ha logrado algunos avances en 2022, en la recuperación de la pandemia. Si bien debemos ser conscientes de que los creadores de teatro se enfrentan a más desafíos que nunca porque todavía estamos lidiando con el impacto duradero de largos periodos de ingresos bajos o nulos durante el covid".

placeholder Fotografía de una escena de Aladdin. (Cedida)
Fotografía de una escena de Aladdin. (Cedida)

Aquí no fue muy diferente. Según señala Pérez Abejón, tuvieron que cerrar de un día para otro: "De hecho, lo hicimos tres días antes de que se decretara el estado de alarma, porque ya se controlaban los sitios en los que hubiera mucha gente. Estuvimos 18 meses cerrados y no pudimos volver a abrir hasta octubre del 2021, por lo que los ingresos cayeron directamente a cero y había mucha gente a la que pagar salarios. Al final tuvimos que hacer un erte masivo".

"Si actúas en Broadway eres una estrella. Aquí, sin embargo, puedes estar protagonizando algo hoy y mañana en el paro"

Gómez también la recuerda como una época especialmente dura. "Yo estaba en Anastasia, el proyecto más grande que he hecho, y no me pude despedir del personaje. Cuando estaba haciendo mi última función no lo sabía. Durante los primeros meses de la pandemia, tanto Stage como los propios actores creíamos que duraría menos, pero al final se tuvieron que tomar algunas decisiones y se terminó abruptamente. Para mí, el haber vuelto con Aladdin en el mismo teatro donde hacía Anastasia y con la misma empresa ha sido un poco como poder cerrar ese agujero".

Gómez asegura que ya no lleva una vida tan "monacal" como antes de la pandemia, pero, aun así, los esfuerzos siguen siendo enormes. "Yo me levanto por la mañana, intento no hablar mucho durante el día de cara a la función que es a las ocho de la tarde y como sano para que no me repercuta a la garganta. Los viernes y sábados hay dos funciones por lo que entramos en el teatro a la hora de comer y hasta la una de la mañana no salimos. Es muy gratificante, pero muy sacrificado".

¿Podrá compararse algún día la Gran Vía a Broadway o el West End? Gómez duda un momento antes de contestar: "Es verdad que cada vez hay más oferta de musicales y más trabajo, parece que el público los acepta. Pero también es cierto que en los países anglosajones les enseñan desde niños que ir al teatro o al teatro musical es como ir al cine, algo normal, y aquí, sin embargo, es como un día especial una vez al año, y desde el colegio tampoco se incentiva demasiado. Ahí no existe una separación entre un actor musical o uno de cine, si estás protagonizando un musical en Broadway eres una estrella. Aquí, sin embargo, puedes estar protagonizando algo hoy y mañana estar en el paro. Se puede vivir de ello, pero es un trabajo precario y hay que luchar por mejorar las condiciones. El mundo cambia y esto se queda un poco estancado".

"Cuando interpreté el papel de Anastasia llevaba una vida prácticamente monacal porque cantaba mucho y estaba dos horas en escena. Esta vida es muy exigente, usamos la danza, el canto y la interpretación y hay que estar en una forma física adecuada para aguantar ocho veces a la semana", la que habla es la actriz Jana Gómez, que actualmente interpreta a Jasmine en la producción musical de Aladdin que se encuentra en la Gran Vía de Madrid. Es uno de los tantos musicales que componen la oferta de lo que podríamos llamar "el Broadway español".

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