Es noticia
'El niño Jesús no odia a los mariquitas', ni a los analfabetos
  1. Cultura
Juan Soto Ivars

Por

'El niño Jesús no odia a los mariquitas', ni a los analfabetos

Dibujar contenido sexual explícito con trazos de libro infantil para colorear es más viejo que el sol: se satiriza aquí el libro para colorear y nada más que eso

Foto: La bandera LGTB cuelga de un balcón. (EFE/Nacho Gallego)
La bandera LGTB cuelga de un balcón. (EFE/Nacho Gallego)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Ha salido un librito que se llama El niño Jesús no odia a los mariquitas; autor, Don Julio. El niño Jesús tampoco odia a los analfabetos, ni a los editores, ni a las hordas de Twitter, ni la tortilla con cebolla. No odia a nada ni a nadie, es puro amor. Me parece demasiado tolerante. Con este teclado me pasaría la vida entera dando puntapiés en el templo de los mercaderes de productos averiados.

El producto averiado que traigo hoy viene con el librito arriba mencionado: es una polémica. Todo empieza con un librero que se irrita creyendo que le ha llegado un texto para niños y muestra una página en la que hay que recorrer un laberinto de cipotes para ver cuál llega al culo de un bebé. No sé si la distribuidora lo etiquetó como literatura infantil o para la sección de pedofilia. Tampoco sé qué confundió al librero. ¿Las prisas? En Amazon, por lo visto, venía para mayores de seis años. Algún día os cuento en qué secciones tan raras de las librerías he encontrado mis propios libros.

De cualquier forma: el librito en formato infantil y lleno de contenido para adultos es básicamente una sátira. En la descripción pone explícitamente que es un libro "para adultos", con lo que la sátira queda desinflada por el editor. Tendría más gracia, a mi juicio, si no lo explicitase. Pero, claro, te pueden poner una demanda. Ahora solo falta que le ponga una demanda Abogados Cristianos para que termine de petarlo. (Actualizo: ¡ya la han puesto!)

En su formato está toda la sátira que yo he podido encontrar: el resto me parece un mensaje simple y catecúmeno, "ser homófobo está feo". Dibujar contenido sexual explícito con trazos de libro infantil para colorear es más viejo que el sol: se satiriza aquí el libro para colorear y nada más que eso. Fin de la cita.

placeholder Portada del libro de actividades 'El niño Jesús no odia a los mariquitas'.
Portada del libro de actividades 'El niño Jesús no odia a los mariquitas'.

*Si no ves correctamente el módulo de suscripción, haz clic aquí

Swift satirizó los discursos racionalistas con Una modesta proposición hace casi trescientos años, pero no aprendemos. ¡Las cosas no son lo que parecen, carajo! Pero el impresionismo también derribó los muros del realismo hace doscientos, y la gente todavía está dispuesta a escandalizarse por un retrato (precioso) como el que Jonathan Yeo ha pintado del Rey Carlos III. Lo mismo le pasa a este cuadernito que juega a provocar con la distancia entre su contenido y su formato.

El contenido de El niño Jesús no odia a los mariquitas, por cierto, es el mismo que aparece en la revista El Jueves, donde trabaja Don Julio: esa que sale los miércoles, que ayer fue mordaz y hoy es más bien tirando a monjil. Está pensado para el mismo lector: gente de izquierdas que se ríe con mensajes potencialmente ofensivos para gente muy facha que, en general, no los recibe.

¡Nos encanta la provocación en España! Pero solo cuando provoca a otro. La línea roja siempre la marca MI sensibilidad

El placer de sentir la provocación que se dirige a otro desde una revista que ha erradicado de sus páginas todo lo que potencialmente podría ofenderte a ti (machismo, racismo, homofobia, etc) es un vicio curioso. El lector visualiza en su mente al facha ofendido y disfruta, pero sin riesgo de sufrir sofocos. ¡Nos encanta la provocación en España! Pero solo cuando provoca a otro. La línea roja siempre la marca MI sensibilidad.

Bueno: pues esta vez se han alineado los astros. Se ha irritado el grupo que jamás se acercaría a un librito como este. La polémica es tan inane que escribo con pereza. Se alimenta de una paranoia de moda en cierto sector, la derecha tuitera y cierto feminismo antitrans: la sospecha de que el movimiento LGTB es, en realidad, una coartada de las élites de Davos para normalizar la pedofilia. Hay gente convencida de esto, sí.

Coincide esta polémica con la aparición de un cartel institucional en Almería absolutamente idiota. Se ve a un niño lloroso y pone que "si dice no, no es sexo, es agresión", lo que hace pensar que las instituciones están diciendo que un niño que diga sí al sexo (¿con adultos?) no está siendo violado, es decir, de nuevo: que las élites intentan normalizar la pedofilia. De ahí al Pizzagate hay un salto llamado "locura".

El cuadernito ha recibido la mejor promoción imaginable: apariciones en la tele y advocaciones puritanas que lanzarán sus ventas

Por cierto: parte de la paranoia que describo hunde su parte racional en los excesos inenarrables a los que llega un sector del activismo LGTB, que confunde educación sexual y sexualización, y ofrece librejos infantiles que sí son aberrantes o manda a una drag queen a un colegio (esto suele pasar en EEUU, pero aquí somos imitativos). El problema viene cuando se agarra el rabanito por las hojas y se atribuye a lo anecdótico y disparatado condición de normalidad, para alimentar con esto la sospecha. También está el tema de que hay gente que preferiría que no existiera ninguna clase de educación sexual a los niños en la escuela, porque cualquier alusión al sexo le parece pornografía: es otro debate.

Sea como sea, creyendo que El niño Jesús no odia a los mariquitas es un cuaderno para que los niños asuman este verano la pederastia con ejercicios para colorear, miles de tuiteros han dado pábulo a sus temores ancestrales y lanzado salvas y gritos al eco de su burbuja. Con esto, el cuadernito ha recibido la mejor promoción imaginable: apariciones en la tele y advocaciones puritanas que lanzarán sus ventas.

En fin: que Don Julio puede estar contento. No hay campaña de promoción más exitosa. Por 24 páginas de dibujos y mensajes simples, es para celebrarlo. Porque esta es la extensión del cuaderno: 24 páginas. El autor tiene otro, del mismo formato y extensión, donde dice que ser nazi está mal. Sacó varias ediciones. Eso es mucha gente diciendo al autor: "Gracias, Don Julio, por recordarnos que ser nazi está mal". ¡Trabajar poco, decir nada y vender mucho!

Sí, tengo que aprender de Don Julio. Tanto escribir cansa. Si la literalidad es la forma más común de analfabetismo en las sociedades alfabetizadas, los cuadernitos para colorear son el formato que nos merecemos.

Ha salido un librito que se llama El niño Jesús no odia a los mariquitas; autor, Don Julio. El niño Jesús tampoco odia a los analfabetos, ni a los editores, ni a las hordas de Twitter, ni la tortilla con cebolla. No odia a nada ni a nadie, es puro amor. Me parece demasiado tolerante. Con este teclado me pasaría la vida entera dando puntapiés en el templo de los mercaderes de productos averiados.

LGTBI Pederastia Trinchera Cultural
El redactor recomienda