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Empieza la Feria del Libro de Madrid: a la reina Letizia le gustan Salman Rushdie y la poesía gallega
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hasta el 16 de junio

Empieza la Feria del Libro de Madrid: a la reina Letizia le gustan Salman Rushdie y la poesía gallega

La cita literaria madrileña se ha inaugurado esta mañana con la presencia de la Reina y las polémicas habituales por el espacio central. Es una de las ferias más internacionales de los últimos años

Foto: La reina Letizia inaugura la 83 edición de la Feria del Libro (EFE Chema Moya)
La reina Letizia inaugura la 83 edición de la Feria del Libro (EFE Chema Moya)

De blanco y en playeras. Así inauguró esta mañana la reina Letizia la 83 edición de la Feria del Libro de Madrid. Y comenzando por la caseta de la Policía Nacional y acabando por la de la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica, que este año celebra su 90 aniversario. Y entre medias, muchos libros. La reina se ha interesado por literatura indie-comercial: en la caseta de la librería Grant (con sede habitual en Lavapiés) ha preguntado por lo nuevo de Salman Rushdie (Cuchillo, su famoso intento de asesinato), de Maggie O’Farrell, y de Rodrigo Cortes -quien fuera compañero de facultad-. De la caseta del sello Tránsito se ha llevado los libros de dos nuevas y (muy buenas) escritoras como Clara Morales (Ya casi no me acuerdo) y Greta García, que también es una excelente actriz de teatro (Yo solo quería bailar). Y, curiosamente, también se ha hecho con mucha poesía en gallego, desde seis poemas de Lorca de 1935 en esta lengua a Poesía Mínima, de Elena Villar y Antídoto, de Emma Pedreria, todos en la caseta de la editorial gallega Alvarellos.

El paseo entre caseta y caseta, acompañada por la directora de feria, Eva Orúe, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun (con quien ha coincidido en la compra del libro El murmullo del agua, de María Belmonte, en Acantilado, una de las editoriales favoritas del ministro), el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida -que ha confesado a los medios que aún no se había leído el libro de su compañera de partido Andrea Levy-, y el consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, Mariano de Paco, ha sido como el de todos los años: mucho follón con la seguridad para los periodistas y mucha señora queriendo hacer una foto a la reina y colándose entre los plumillas. Letizia, que se ha parado en más casetas y estands de los previstos, también ha accedido a selfis con niños y adolescentes.

Y mientras todo esto ocurría, los libreros y editores se preparaban para una feria que este año está dedicada al deporte (aunque esta presencia no sea demasiado notoria) y que, como asegura Orúe, es más internacional que nunca. De hecho, al paseo monárquico han acudido varios embajadores y hay casetas dedicadas a Quebec, a Andorra, más el pabellón europeo habitual. También pasarán por la feria notables escritores como Richard Ford, Yan Lianke, Lionel Shriver, Gabriela Adameșteanu o Amin Maalouf, solo por citar algunos nombres.

Superar los 11 millones de euros en facturación de 2023 sí sería posible. Sería así un aumento del 10%, lo cual sería una gran noticia

Con estos mimbres, el presidente del Gremio de Editores, Daniel Fernández, se las prometía muy felices para esta edición. También porque la industria editorial, dice, viene con una trayectoria ascendente en ventas desde la pandemia. “A estas alturas la venta del libro de librería ha aumentado entre un 5% y un 7% con respecto al año pasado”, ha comentado manifestando que, pese a la inflación, el sector había conseguido mantener los precios. No obstante, se ha querido mantener prudente y no asegurar que al final de 2024 se podría alcanzar un aumento del 10% como sí estiman otros colegas. “Creo que nos quedaremos en torno al 7%”, ha señalado. Ahora bien, en relación con la feria, junto a Manuel González, al frente del Gremio de Madrid, sí han manifestado que superar los 11 millones de euros en facturación de 2023 sí sería posible. Sería así un aumento del 10%, lo cual sería una gran noticia, han asegurado. Habrá que esperar al 16 de junio para ver la cifra real.

La polémica anual

Y como todos los años, la feria también tiene su puntito polémico, que tiene que ver, como siempre, con las casetas habilitadas en el espacio central. Este año, además de Indómitas, el pabellón dedicado a editoriales extrañas y exóticas -un experimento que, según todos los implicados, salió muy bien- se ha creado un espacio octogonal con sellos pequeños, pero que en otras ocasiones sí habían estado en la parte lateral, muchas veces compartiendo caseta. Y eso ha traído de nuevo malestar.

Así lo comentaba Francisco Llorca, de la editorial Las Afueras (por cierto, la reina se llevó de aquí Como bestias, de Violaine Berot), que no quería señalar directamente a la dirección - “nos consta que están haciendo esfuerzos por ubicarnos”- sino “al reglamento que hacen los gremios, que al final son nuestros compañeros”. La cosa, para quien no lo conozca, es que ha habido cambios y ahora para estar en una caseta de la feria la editorial debe tener más 80 libros vivos, es decir, que no estén descatalogados (pero muchas veces un libro no está descatalogado, pero no lo encuentras por ninguna parte, así que eso de “vivo” siempre es un poco complicado). Antes era una cifra más baja con lo cual muchas editoriales pequeñas, agrupándose con otras, conseguían caseta.

“Se está primando el volumen cuantitativo, y claro, yo hago ocho libros buenos al año, y no puedo competir con las editoriales que tiran más de 300”, añadía el editor. Por su parte, Elena, de Tránsito, también en este espacio, manifestaba no entender muy bien que no se priorizara a las editoriales madrileñas siendo una feria de Madrid.

Ante esta cuestión, Eva Orúe, como ya señaló en la presentación del programa de la feria, volvía a recalcar que el espacio en el Retiro es limitado y el que es. “No cabían en las casetas y la alternativa era no estar. A pleno sol se podrían poner más casetas, pero nadie quiere estar ahí”, ha insistido sobre el encaje de bolillos para esta organización.

Y así, con estos asuntos que siempre se convierten en el cotilleo de la feria, comenzó una nueva edición que se volverá a llenar de visitantes -siempre hay más que compradores de libros-, en la que se espera que la climatología buena aguante, y en la que a la reina hasta le regalaron una foto de cuando el rey Felipe, todavía príncipe, fue por allí. Era el año 1999. Mucho ha llovido desde entonces, pero lo cierto es que las casetas de la feria siguen exactamente igual. Eso sí, si va, se va a encontrar con mucha más gente (esta mañana ya estaba atiborrada), más pabellones y hasta toldos. La feria cuantitativa.

De blanco y en playeras. Así inauguró esta mañana la reina Letizia la 83 edición de la Feria del Libro de Madrid. Y comenzando por la caseta de la Policía Nacional y acabando por la de la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica, que este año celebra su 90 aniversario. Y entre medias, muchos libros. La reina se ha interesado por literatura indie-comercial: en la caseta de la librería Grant (con sede habitual en Lavapiés) ha preguntado por lo nuevo de Salman Rushdie (Cuchillo, su famoso intento de asesinato), de Maggie O’Farrell, y de Rodrigo Cortes -quien fuera compañero de facultad-. De la caseta del sello Tránsito se ha llevado los libros de dos nuevas y (muy buenas) escritoras como Clara Morales (Ya casi no me acuerdo) y Greta García, que también es una excelente actriz de teatro (Yo solo quería bailar). Y, curiosamente, también se ha hecho con mucha poesía en gallego, desde seis poemas de Lorca de 1935 en esta lengua a Poesía Mínima, de Elena Villar y Antídoto, de Emma Pedreria, todos en la caseta de la editorial gallega Alvarellos.

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