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La lata de membrillo que guardó durante 60 años las primeras grabaciones de Paco y Pepe de Lucía
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La lata de membrillo que guardó durante 60 años las primeras grabaciones de Paco y Pepe de Lucía

El disco 'Pepito y Paquito' (BMG) reúne una hora de música grabada por los dos hermanos en Algeciras en 1959 y que ahora ha sido restaurada con ayuda de inteligencia artificial

Foto: Los hermanos Pepe y Paco de Lucía, en un tren de niños. (Cedida)
Los hermanos Pepe y Paco de Lucía, en un tren de niños. (Cedida)

Si existe una Piedra Rosetta del flamenco es este disco que ha aparecido este 31 de mayo y que lleva por título Se comerá mi dolor. Contiene 21 piezas grabadas por los hermanos Paco y Pepe de Lucía cuando tenían solo 11 y 13 años respectivamente. Y llega con una historia singular: la cinta magnética original fue olvidada y encontrada 60 años después en una lata de membrillo.

"Es el primer testimonio de la genialidad de Paco y de su disrupción del flamenco clásico", cuenta Javier Doria, músico y productor, además de director artístico de la filial española de BMG, "pero también de Pepe, verdadero protagonista de estas grabaciones; en aquel momento parecía que iba a ser el genio de la familia".

Pepe de Lucía reconoce a sus 78 años su emoción con el descubrimiento de estas pistas encontradas en 2022, donde ya se reconoce el asombroso sentido del compás y de la musicalidad de su hermano, y la destreza de su propio cante: "Yo ahí escucho una voz muy bonita, muy afinada, muy empastada… Ese niño canta como un viejo, que en nuestro argot flamenco es lo que decimos para hablar del conocimiento y la sabiduría". ¿De dónde la obtendrían? "De mi padre. Siempre nos hacía estudiar, porque aquí nada te sale de una lámpara de Aladino. Aquí hay mucho trabajo, mucho estudio, mucho escuchar música durante todo el día, no jugar…".

No era tiempo de academias: ese estudio del que habla Pepe de Lucía era pura atención a lo que podían ver o escuchar en las calles de la Algeciras de los 50. "Aprendimos de Carbonerillo, Manuel Torres, Tomás Pavón… Escuchamos mucho a La Niña de los Peines. Y a Fosforito, que marcó una época en la historia del flamenco cantando por alegrías muy bonitas". Los hermanos de Lucía se familiarizaron así con la técnica y la tradición que su padre traía a casa directamente del Pasaje Andaluz, donde él tocaba la guitarra junto a Rafael el Tuerto o Chaqueta. "Ahí nosotros no podíamos ir, tan pequeños. Eso era una casa de mujeres que fuman, como llamaban antiguamente. De mujeres de trato. De mujeres de la vida. Ahí iba mi padre de noche, porque de día trabajaba en la verdulería, con el corretaje y vendiendo telas. Dormía una hora y luego se iba al Pasaje a buscar la vida".

placeholder Pepe y Paco de Lucía, en una foto de época. (Cedida)
Pepe y Paco de Lucía, en una foto de época. (Cedida)

Casilda Sánchez, hija de Paco de Lucía y nieta de aquel Antonio Sánchez, ayuda a situar a su familia en aquellos días: "Mi abuelo se cría solo porque se queda huérfano con diez años y su tía lo manda a vivir a un chabolo; come lo que le dan en un cuartel y vive una vida de privación absoluta. De ahí que su plan maestro, su verdadera obsesión, fuera que sus hijos tuviesen una manera de buscarse la vida, de poder tirar para adelante".

Figura fundamental para ello es Reyes Benítez, que es quien regala su primera guitarra a Paco, lleva a Pepe al Concurso de Cante de Jerez (que este gana) y consigue el magnetofón Grundig y el micrófono (de contrabando vía Gibraltar) con el que se graban las piezas ahora recuperadas. "Este disco", explica Pepe de Lucía, "lo rescaté por la amistad que nos une con la familia Benítez. Reyes ha sido para nosotros un hombre tan sublime como mi padre. Cuando murió, Paco llamaba cada diez minutos para ver si se había recibido la cruz blanca que él había mandado".

El material encontrado —que, como dice Casilda, "se les había olvidado; no tenía valor cuando se grabó porque ninguno era nadie"— no podría haberse restaurado exitosamente hace cuatro o cinco años, pero sí con los programas de inteligencia artificial que existen en la actualidad. "Hemos dividido las pistas de guitarra y de voz, se han limpiado por separado y se han vuelto a montar", cuenta Javier Doria. "Tuvimos el dilema de hasta donde llegar sin pervertir la realidad de la cinta, que son dos niños de 11 y 13 años grabando en una fábrica de corcho en Algeciras. Hay fallos que hemos querido mantener. Recuerdo un momento en que Pepe sugiere corregir un fallo de Paco y Jesús Bola [ingeniero de Paco, Pepe y Camarón], se dio la vuelta y dijo: 'Yo a Paco no le corrijo porque sé que voy al infierno directamente'".

Lo que ha quedado son 21 piezas —18 de Paco y Pepe, y tres solos de guitarra: los primeros grabados de Paco—, "un ejercicio de voyeurismo: mirar por un agujero y trasladarte a Algeciras en 1959, donde puedes escuchar a los niños divirtiéndose y al padre jaleándoles", cuenta Doria. Una hora de música rescatada, literalmente, de una lata de membrillo que, bromea el de la discográfica, "habría que mandar a la luna".

Si existe una Piedra Rosetta del flamenco es este disco que ha aparecido este 31 de mayo y que lleva por título Se comerá mi dolor. Contiene 21 piezas grabadas por los hermanos Paco y Pepe de Lucía cuando tenían solo 11 y 13 años respectivamente. Y llega con una historia singular: la cinta magnética original fue olvidada y encontrada 60 años después en una lata de membrillo.

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