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Así se convirtió esta alemana en la actriz de moda (y ahora recupera el mito de Sisí)
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Así se convirtió esta alemana en la actriz de moda (y ahora recupera el mito de Sisí)

Después de 'Anatomía de una caída' y 'La zona de interés', Sandra Hüller se mete en la piel de una dama de compañía de Isabel de Baviera en 'Sisí y yo', que se estrena este viernes en Filmin

Foto: La actriz Sandra Hüller en los premios César de la Academia francesa celebrados el pasado febrero (REUTERS Johanna Geron)
La actriz Sandra Hüller en los premios César de la Academia francesa celebrados el pasado febrero (REUTERS Johanna Geron)
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En los últimos años ha habido una revalorización de la incomprendida figura de Isabel de Baviera —la famosa Sisí— probablemente porque funciona convenientemente bien con el feminismo actual. Desde que surgieran las adaptaciones excesivamente afectadas de los 50 de Ernst Marischka, con Romy Schneider —sin contar una serie de dibujos que hubo en los 90 y alguna otra excepción, como el Ludwig de Visconti en los 70— habían pasado más de 60 años sin que nadie se acordase especialmente de ella, pero en un lapso de dos años se han producido hasta tres adaptaciones diferentes que recalcan la personalidad original y rebelde de la esposa de Francisco José: La emperatriz (Netflix, 2022), Sisi (Disney, 2021) y por supuesto, La emperatriz rebelde (2022), dirigida por Marie Kreutzer con Vicky Krieps en el papel de la princesa bávara. Y ahora, a todas ellas, se suma Sisi y yo (2023), que se estrena este viernes en Filmin.

Sisi y yo, —segundo largometraje de la alemana Frauke Finsterwalder, que debutó con Finsterworld (2013)— a diferencia de sus predecesoras, decide centrarse en la figura de Irma Sztáray (Sandra Hüller), la que fue dama de compañía de la emperatriz de Baviera y la única persona presente cuando fue asesinada mientras paseaba por el lago Lemán en Ginebra. Mientras que las producciones anteriores modernizaban a la princesa de manera un tanto anacrónica y se enfocaban en sus ansias de libertad tras vivir en el ambiente distendido de Hungría frente a Austria, o bien dulcificaban en exceso su relación con el emperador, aquí la directora tenía claras sus intenciones dejando a un lado a Sisi para fijarse en el personaje interpretado por Hüller, que es uno de los grandes acierto de la película.

Hüller (Alemania, 1978) se dio a conocer de manera internacional con Toni Erdmann en 2016, pero lleva desde 1999 dedicándose al cine y no es precisamente una actriz amateur, con varias nominaciones (y tres galardones) en los Premios del Cine Alemán o un Oso de Plata que consiguió en Berlín en 2006 por Réquiem, el exorcismo de Micaela, drama basado en una historia real sobre una mujer que falleció tras un exorcismo. Sin embargo, ha sido este año cuando ha conseguido verdadera relevancia internacional —la consolidación, como suele suceder, ha sido en Hollywood— con una impresionante carrera hacia los Oscar gracias a Anatomía de una caída, que le valió el César a Mejor Actriz y el Premio del Cine Europeo, además de nominaciones a los Oscar y Globos de Oro (que finalmente se llevaron Emma Stone y Lily Gladstone respectivamente).

Hüller lleva más de dos décadas en el cine europeo, pero este año ha conseguido relevancia internacional

Probablemente el hecho inusual de que Hüller acudiera a los Oscar no por una sino por dos películas (Anatomía de una caída y La zona de interés) que requerían actuaciones tan diferentes, llamó la atención en Hollywood, dispuesto a calificarla rápidamente como actriz del método. De hecho, se viralizó un curioso momento durante la alfombra roja: un par de entrevistadoras quisieron saber cómo se había preparado para una escena particular de Anatomía de una caída. Ella, con sencillez, discreción y cierta frialdad germana, contestaba impenetrable: "Lamento decepcionaros pero solo me aprendí el diálogo".

Era normal pensarlo, de cualquier forma, pues en Anatomía de una caída la actriz compone el papel de Sandra, una escritora acusada del asesinato de su marido, consiguiendo que planeé sobre ella la duda hasta el punto de que ni la propia actriz está segura de si su personaje es culpable o no, como aseguró en la ceremonia de los Oscar —Justine Triet, la directora, jamás se lo dijo para no sugestionarla—. Más duro y frío si cabe es su papel como Hedwig, la mujer de un comandante de Auschwitz en La zona de interés, ese retrato de la banalidad del mal de Jonathan Glazer que se llevó la estatuilla a Mejor película extranjera.

placeholder Sandra Hüller en una escena de 'Sisi y yo'. (Filmin)
Sandra Hüller en una escena de 'Sisi y yo'. (Filmin)

Con método o sin él, Hüller se mueve bien en el anacronismo de la película de Finsterwalder, grabada en 16 mm, en la que realmente no hay nada muy nuevo porque vuelve a contarnos esas relaciones ambiguas sexualmente entre mujeres con poder y sus damas de compañía (en algunos momentos parece imitar directamente a La favorita, de Yorgos Lánthimos y también parece beber de La doncella, de Park Chan-wook, con escena en la bañera incluida). Combina las escenas con música de Portishead o Nico, y que ya no nos sorprende en exceso acostumbrados a revisiones históricas de lo más bizarras, que van desde los personajes de Los Bridgerton a Tarantino cambiando sin pudor hechos relevantes para la humanidad. Aunque el filme más cercano a este es, probablemente, aquella María Antonieta con zapatillas Converse de Sofía Coppola.

Por la pantalla van pasando toda clase de personajes reales, exagerados hasta el extremo, con la idea de aportar un retrato satírico de la sociedad aristocrática de Viena de la época como si del mundo de Guermantes proustiano se tratase, rodeada de excesos. Sisi (Susanne Wolff) es bulímica, esotérica, adicta —también a los tatuajes—, narcisista, bisexual y rebelde. Prefiere pasar el tiempo en Grecia rodeado de mujeres, con tal de escapar de Viena. Irma Sztáray se desplaza tímida y sexualmente confusa a su alrededor. Incluso aparece una figura tan irreverente como lo fue Luis Victor de Austria (Georg Friedrich), el hermano homosexual de Francisco José, que escandalizó a la corte con sus amantes. En lugar de contar la historia de Sisi de manera trágica como venía siendo habitual, decide hacerlo de manera humorística (o todo lo humorística que puede ser una película alemana basada en la vida de la emperatriz), por lo menos al principio, pues la película va tornando cada vez más dramática.

placeholder Sandra Hüller es Sandra, la escritora protagonista de 'Anatomía de una caída'. (Elastica Films)
Sandra Hüller es Sandra, la escritora protagonista de 'Anatomía de una caída'. (Elastica Films)

Queda claro que Finsterwalder no pretende en ningún momento establecer un relato históricamente fidedigno, como demuestra colocando una Coca-Cola en el agua a la que Sisi se tira en un momento del filme desde un acantilado, —momentos antes ha estado cantando The Lady with the braid de Dory Previn, canción de los 70, junto a Irma—, o contratando a la diseñadora Tanja Hausner, que se encargó de que el vestuario fuera particularmente anacrónico (perteneciente a los años 60 y 70). El hecho de que no haya rigor histórico en esas cenas pantagruélicas o las conversaciones asíncronas durante las caminatas kilométricas no es por falta de información: la propia condesa Irma Sztáray relató por escrito en 1909 su vida junto a Sisi, contando los viajes que emprendieron juntas hasta el día en que la emperatriz murió en sus brazos.

Finsterwalder leyó los diarios de Sztáray, pero ha recalcado en varias ocasiones que la película es absoluta ficción. "El papel fue escrito desde el principio para Sandra Hüller", indicó. "Había visto de pequeña las películas con Romy Schneider y son perfectas por sí mismas, cuentan exactamente lo que quieren contar: una historia de amor muy cursi entre Francisco José y Sisi, no tenía sentido volver a hacer algo así. En este caso lo que me interesaba era la relación de Irma con ella y lo que pasó entre ambas mujeres, cómo Irma cayó bajo el hechizo de Sisi y se perdió con ella, pero también se liberó al conocerla. Mi película es, ante todo, una historia de liberación". En la rueda de prensa de la Berlinale también explicó el interés por Sisi: "Era algo así como una estrella pop. Todas las mujeres querían ser como ella".

placeholder Sandra Hüller en 'La zona de interés'
Sandra Hüller en 'La zona de interés'

La película termina con una carta de amor, con todos esos planes que ambas mujeres quizá realizaron antes del asesinato de la emperatriz: "La mañana del 10 de septiembre nos sentaremos juntas a las siete de la mañana, comeremos todo a lo que te has negado durante estos años, será maravilloso". Aquel día de finales de siglo, en 1898, las dos paseaban por el lago Lemán cuando se cruzaron con el anarquista Luigi Lucheani, que le clavó un estilete en el corazón a la emperatriz, la cual ni siquiera se dio cuenta. Cuando comenzó a marearse fue la condesa la que le desabrochó el vestido para descubrir la herida mortal.

Al final, Irma continúa dando largos paseos incluso después de que su compañera de caminatas se haya ido, demostrando que, aunque desaparezcamos, podemos seguir viviendo en las costumbres que legamos a los otros. Sisi y yo fue la película ganadora del premio del público de la 25ª edición del German Film Fest.

En los últimos años ha habido una revalorización de la incomprendida figura de Isabel de Baviera —la famosa Sisí— probablemente porque funciona convenientemente bien con el feminismo actual. Desde que surgieran las adaptaciones excesivamente afectadas de los 50 de Ernst Marischka, con Romy Schneider —sin contar una serie de dibujos que hubo en los 90 y alguna otra excepción, como el Ludwig de Visconti en los 70— habían pasado más de 60 años sin que nadie se acordase especialmente de ella, pero en un lapso de dos años se han producido hasta tres adaptaciones diferentes que recalcan la personalidad original y rebelde de la esposa de Francisco José: La emperatriz (Netflix, 2022), Sisi (Disney, 2021) y por supuesto, La emperatriz rebelde (2022), dirigida por Marie Kreutzer con Vicky Krieps en el papel de la princesa bávara. Y ahora, a todas ellas, se suma Sisi y yo (2023), que se estrena este viernes en Filmin.

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