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Kirill Petrenko convoca a Bruckner en el cielo de Granada
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Kirill Petrenko convoca a Bruckner en el cielo de Granada

El maestro ruso inaugura una fabulosa edición del festival andaluz que supone la despedida de Antonio Moral y que reúne a la Filarmónica de Viena, Klaus Mäkelä y los grandes monstruos del piano

Foto: Kirill Petrenko dirigiendo en 2019 a la Filarmónica de Berlín frente a la Puerta de  Brandenburg. (EFE/Omer Messinger)
Kirill Petrenko dirigiendo en 2019 a la Filarmónica de Berlín frente a la Puerta de Brandenburg. (EFE/Omer Messinger)

Es difícil comprender la reputación de la música clásica en España sin la mediación de Antonio Moral en estas últimas décadas. Lo demuestran la iniciativa pionera del Festival Mozart o el interés de los ciclos de lied y de cámara. Lo prueban su gestión luminosa en el Teatro Real y en el Centro Nacional para la Difusión de la Música. Y lo hace la repercusión y enjundia que ha alcanzado Festival de Granada bajo su imponente liderazgo.

Se despide Moral al frente de serial granadino después de un lustro de fructífera relación. Y ha conseguido reunir un cartel de máxima excelencia, entre cuyos hitos destacan la escala de la Filarmónica de Viena, el niño prodigio de Klaus Mäkelä con la Orquesta de París y el concierto inaugural de Kirill Petrenko con las huestes de la Joven Orquesta Mahler.

Ha logrado Moral, en efecto, que el director titular de los berliner comparezca este viernes en el Palacio de Carlos V para celebrar el “año Bruckner” con la interpretación de la Quinta sinfonía.

Y no hace falta disponer de una entrada para asistir al acontecimiento. Los micrófonos de Radio Clásica transmiten el concierto a las diez de la noche, remarcando sentido institucional de un festival que cumple 141 años de historia, que aloja 116 espectáculos, que se prolonga hasta el 14 de julio y que respira entre los palacios, iglesias, cuevas y auditorios de la ciudad.

Es el de Granada un caso insólito de integración y de popularidad. Y una plataforma internacional cuya trayectoria cosmopolita tenía pendiente la visita de la Filarmónica de Viena. Será el joven maestro suizo Lorenzo Viotti quien resuelva la deuda el 23 de junio con un programa dedicado a Rimsky, Rachmaninov y Dvorak, aunque la mayor referencia adolescente del escalafón se llama Klaus Mäkelä y comparece el 29 y 30 de junio con la Orquesta de París. Pudieron descubrirlo los granadinos hace tres años en un golpe intuitivo de Antonio Moral. Porque lo convirtió en arista residente. Y porque el maestro finlandés -28 años- ya expuso entonces el talento arrollador que explica haberse convertido en el nuevo director de la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam y en el sucesor de Riccardo Muti como titular de la Sinfónica de Chicago.

placeholder La pianista argentina Martha Argerich, en una imagen de 2023. (EFE)
La pianista argentina Martha Argerich, en una imagen de 2023. (EFE)

El prodigio Mäkelä compagina La noche transfigurada de Schönberg con la Cuarta de Mahler. Alude a Stravinsky, Debussy y Mozart. Y redunda en las maravilla de una programación que tanto reúne a los monstruos del piano como -Paul Lewis, Seong-Jin Cho, András Schiff, Martha Argerich, Elisabeth Leonskaja- como hace inventario de las compañías y recursos nacionales: Christoph Eschenbach comparece la orquesta de RTVE (16 de junio), David Afkahm dirige la Misa Solemnis de Beethoven con la Orquesta Nacional (26 de junio), Tarmo Peltokoski se pone al frente de la Orquesta Ciudad de Granada (20 de junio) para repasar el repertorio de Sibelius, mientras que Vasily Petrenko -no confundir con Kirill- se alista con la Sinfónica de Castilla y León para sumarse a los vaivenes de año Bruckner (12 de julio).

Ha conseguido Antonio Moral obrar un milagro con un presupuesto descaradamente inferior al de los principales festivales europeos. La cantidad equivale a la calidad (y viceversa) en una cartelera que identifica la red de amistades artísticas y de relaciones personales que el agitador cultural ha ido tejiendo todos estos años. Moral es un marchamo de calidad. Y una garantía creativa que tanto ha sabido atraerse las estrellas planetarias de la música como ha descubierto o reivindicado las grandes referencias del talento nacional. Lo demuestran los fichajes de Savall y de Yago Mahúgo en el repertorio barroco. Y lo hacen la presencia del Trío Arbós, del Cuarteto Quiroga y del Cuarteto Gerhard, enfatizando el compromiso histórico de Moral con la música de cámara.

Tiene gracia que sea una orquesta francesa la que despide el festival el día de la fiesta nacional… francesa (14 de julio), aunque la Orquesta Nacional del Capitole Toulouse no va a consumar un ejercicio de chauvinismo, sino un homenaje a Wagner (obertura de Los maestros cantores), Richard Strauss (Cuatro últimas canciones) y Bruckner que contiene el monumento de la Novena sinfonía bajo la dirección musical de Tarmo Peltokoski. Es la despedida que se merece Antonio Moral. La cima. La plenitud. Y el punto de partida de la siguiente experiencia.

Es difícil comprender la reputación de la música clásica en España sin la mediación de Antonio Moral en estas últimas décadas. Lo demuestran la iniciativa pionera del Festival Mozart o el interés de los ciclos de lied y de cámara. Lo prueban su gestión luminosa en el Teatro Real y en el Centro Nacional para la Difusión de la Música. Y lo hace la repercusión y enjundia que ha alcanzado Festival de Granada bajo su imponente liderazgo.

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