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'Del revés 2': Golpe de estado adolescente
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'Del revés 2': Golpe de estado adolescente

La tardía secuela de la obra maestra de Pixar resulta meritoria, pero se queda a años luz de la original

Foto: Fotograma de 'Del revés 2'. (Disney/Pixar)
Fotograma de 'Del revés 2'. (Disney/Pixar)

El otro día llevé a mis hijos a ver una película infantil donde, en los primeros cinco minutos, moría la madre. Luego, durante la siguiente media hora, el padre agonizaba en el hospital, a punto de palmarla. La película se titulaba Amigos imaginarios, y saqué a mis hijos del cine con determinación, como si se hubiera declarado un incendio. No estoy a favor de traumatizar a los niños si no es estrictamente necesario.

Llevar a los niños al cine para ser traumatizados no lo veo estrictamente necesario.

Desde Bambi, el cine de niños ha matado a demasiadas madres. Yo creo que deberían avisar en la propaganda de las películas: “Aquí matamos madres”. Miyazaki mismo ha matado unas cuantas.

El caso es que hoy se estrena Del revés 2, la típica película a la que quieres llevar a tus hijos. Del revés 1 (2015) es una cinta inolvidable. Tierna, bonita, original, divertidísima, gustó a todo el mundo, salvo a algún ser sin corazón. Aunque es mejor en inglés que en castellano, está llena de gags desternillantes. La frase “Remember the funny movie where the dog dies?” (“¿Te acuerdas de esa película tan divertida donde el perro se muere?”) es por sí sola un mito. El personaje secundario de Bing Bong está delineado con una precisión sentimental que (sin exagerar) hace que se me salten las lágrimas. Hay guiños a Chinatown (1974), de Polanski, y a la guerra de sexos tal y como la conocíamos. Es una película que puedes vez diez veces y siempre descubres un rizo más de genialidad.

placeholder 'Del revés 2'. (Disney/Pixar)
'Del revés 2'. (Disney/Pixar)

La técnica narrativa de sus creadores es muy eficaz. Toda la película se orienta secretamente hacia una lección de vida. En el caso de Del revés 1 era: la tristeza no es mala, a veces sólo nos queda llorar. También en otra gran película infantil, Onward (2020), se emplea de forma brillante este recurso. Aunque a algunos puede parecerles convecino de la moraleja, toda la película cobra de pronto una luz nueva, llegado ese final lectivo minuciosamente preparado.

Del revés nos presentaba a la niña Riley en su azarosa mudanza de Minnesota a San Francisco. Debía empezar de cero, hacer nuevas amistades y adaptarse a la pizza con brócoli. La historia se narraba en dos escenarios: la realidad y la cabeza de Riley. En esta, sus “emociones” antropomórficas discuten sobre qué hacer ante cada giro de la vida. Se creaba todo un entramado cerebral increíblemente consistente para, encima, entretener de lo lindo.

La película, allá por 2015, acababa con la llegada de Riley a la adolescencia. Parecía que la secuela era inminente. Pero han tardado diez años en hacerla.

Ansiedad

Del revés estaba dirigida por Pete Docter, que también participaba en el guión. Pete es de Minnesota, por ejemplo. Entre sus guiones encontramos los de Toy Story 1 y 2, Monsters Inc, Wall-E, Up o Soul,, ¡nada menos! Sin embargo, Pete Docter no cuenta para nada en Del revés 2 (salvo como productor ejecutivo, que me parece que significa muy a menudo “no contar para nada”). Dirige Kelsey Mann (en su debut como director) y repite como guionista Meg Lefauve. Un tal Dave Holstein completa la autoría de la historia.

Nos encontramos a Riley con trece años recién cumplidos, y emperrada en conseguir el éxito como jugadora de hockey sobre hielo. Acude a un campamento de hockey con sus mejores amigas. Pronto se da cuenta de que puede haber amigas todavía mejores, más guays, con el pelo tintado. Toda la película es un tira y afloja entre la fidelidad amical y la traición.

Le ayudan a complicarse la vida nuevas “emociones”, siendo Ansiedad la líder del comando recién llegado. En la versión inglesa han traído a Adele Exarchopoulos desde París sólo para grabar las nueve frases contadas que dice Ennui (Aburrimiento). Luego hay dos o tres emociones más que no recuerdo cómo se llaman.

El primer problema de la película es que sitúa a demasiados personajes juntos al mismo tiempo, y hacerlos hablar a todos resulta muy poco fluido.

La película tiene una buena idea, que podemos denominar “golpe de estado adolescente”. Cuando todo parece perdido para el fan, Ansiedad y los otros sentimientitos nuevos se hacen con el control de la cabeza de Riley, y mandan a Alegría y a sus compañeros a presidio. Esto está muy bien pensado, genera fricciones, objetivos y enemigos. Ansiedad es retratada (en uno de los pocos momentos realmente inspirados de la cinta) como el Gran Hermano de 1984, desde una pantalla de televisión gigante. Luego son muy bonitos unos hilos plateados que salen por ahí. Poco más.

'Del revés 2' acaba pareciendo una película de Lars von Trier, una cinta de una intensidad emocional (negativa, encima) insoportable

Se echa de menos todo el relleno que tenía Del revés 1, o sea, los gags, los chistes, las coñas puntuales, a la manera de las películas de los Minions. A los niños la historia les da lo mismo: quieren bromas, payasadas, culos, velocidad. Del revés 2 acaba pareciendo por momentos una película de Lars von Trier, o sea, una cinta de una intensidad emocional (negativa, encima) insoportable. Riley, en fin, se pasa sufriendo como en La casa de Bernarda Alba durante media hora seguida por lo menos, todo el tramo final, y únicamente porque quiere que la seleccionen para un equipo de hockey. Ya les digo que yo al cine no llevo a los niños para que se me vuelvan profundos. Los llevo para que sean superficiales.

Que la película pivote sobre el apasionante juego del hockey sobre hielo no ayuda mucho. Las chicas nuevas de las que quiere hacerse amiga Riley parecen al cabo una banda de neonazis, siempre con esos monos o uniformes oscuros y esas actitudes desafiantes. De hecho, no sale ni un solo personaje varón en toda la película, aunque hay chicas de todas las razas y (se entiende) orientaciones sexuales. Chicos no hay ninguno. A los 13 años. En un colegio.

Ya ven. A los 13 años Riley no tiene una sola conversación sobre amor incipiente, cuando las niñas de hoy ya hablan de “novios” a los ocho.

No sale ni un solo personaje varón en toda la película, aunque hay chicas de todas las razas y (se entiende) orientaciones sexuales

Algunos personajes secundarios asoman para animar la fiesta, pero todos fracasan. Se parodia ese tipo de dibujo animado que se dirige a la audiencia y le pide elegir entre varios objetos (Dora exploradora, La casa de Mickey Mouse), pero esto no acaba cuajando en un personaje entrañable. Los operarios cerebrales que eran graciosísimos en Del revés 1 aquí no dicen nada que pueda ahora repetirles. Los padres de Riley son completamente planos, así como sus “emociones” adultas.

Estoy escribiendo esto al mismo tiempo que diversos críticos de cine americanos hablan ya de “obra maestra” y auguran que “será otro éxito”. Están muy preocupados por que haga no sé cuántos millones de dólares en su primer fin de semana.

No tuvimos hijos para otra cosa que para hacer a Disney ganar mil millones de dólares.

El otro día llevé a mis hijos a ver una película infantil donde, en los primeros cinco minutos, moría la madre. Luego, durante la siguiente media hora, el padre agonizaba en el hospital, a punto de palmarla. La película se titulaba Amigos imaginarios, y saqué a mis hijos del cine con determinación, como si se hubiera declarado un incendio. No estoy a favor de traumatizar a los niños si no es estrictamente necesario.

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