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Parece agua, pero no lo es: es una obra de arte de las más peligrosas y solo se puede ver en Barcelona a través de un cristal
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En la Fundación Joan Miró

Parece agua, pero no lo es: es una obra de arte de las más peligrosas y solo se puede ver en Barcelona a través de un cristal

La fuente destaca no solo por su belleza, sino también por la profunda historia y los riesgos que encierra. Creada en 1937, honra a los mineros de Almadén

Foto: Fuente de mercurio de Calder. (Fundación Joan Miró)
Fuente de mercurio de Calder. (Fundación Joan Miró)

Encargada por la II República Española, la obra destaca la ardua labor y los sacrificios de los mineros de Almadén, cuyas minas proveyeron una tercera parte del mercurio utilizado mundialmente. Presentada en la Exposición Internacional de París de 1937 junto al Guernica de Picasso, esta pieza combina belleza minimalista con un simbolismo profundo. La fluidez hipnótica del mercurio crea una imagen impactante que emula el movimiento del agua, pero con un brillo y una densidad únicos.

La Fundación Joan Miró de Barcelona alberga una de las obras de arte más intrigantes y peligrosas del mundo. Se trata de una fuente de mercurio creada por el escultor estadounidense Alexander Calder en 1937, como homenaje a los mineros de Almadén, una localidad española históricamente conocida por la explotación de este metal.

Una obra de arte peligrosa

El mercurio es una sustancia altamente tóxica, y la exposición a sus vapores o el contacto directo puede causar graves problemas de salud. Por esta razón, la fuente solo puede ser vista a través de un cristal. Esta medida de seguridad es indispensable, ya que el aire en el recinto que alberga la fuente contiene una concentración de mercurio muy superior a los niveles seguros.

Para reducir la evaporación del mercurio, los 268 litros que conforman la fuente se mantienen a una temperatura por debajo de los 20 grados centígrados. Gracias a esta precaución, se estima que no será necesario añadir más mercurio durante al menos 70 años.

La fuente de mercurio de Calder no solo es una obra de arte excepcional, sino también un recordatorio de las condiciones inhumanas que enfrentaron los mineros de Almadén. A lo largo de casi dos milenios, muchos perdieron la vida debido a la toxicidad del mercurio. En la actualidad, las minas de Almadén han sido cerradas, y sus galerías se han convertido en un sitio turístico donde se narran las historias de aquellos tiempos oscuros.

Los visitantes de la Fundación Joan Miró pueden contemplar esta pieza única desde una distancia segura, permitiendo que la obra de Calder cumpla su propósito de honrar a los mineros y de concienciar sobre los peligros del mercurio, sin poner en riesgo la salud de quienes la admiran.

Encargada por la II República Española, la obra destaca la ardua labor y los sacrificios de los mineros de Almadén, cuyas minas proveyeron una tercera parte del mercurio utilizado mundialmente. Presentada en la Exposición Internacional de París de 1937 junto al Guernica de Picasso, esta pieza combina belleza minimalista con un simbolismo profundo. La fluidez hipnótica del mercurio crea una imagen impactante que emula el movimiento del agua, pero con un brillo y una densidad únicos.

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